Oden acepta la condena, pero realiza una última petición, que pasado el tiempo que Kaidou estime, todo el que sobreviva sea liberado. Kaidou no ve problema a esta petición y pone una hora como límite. Oden entra en la gigantesca olla de aceite hirviendo sosteniendo a sus nueve vasallo sobre una plataforma de madera. La agonía se hace eterna, así como la paciencia de los asistentes que desean ver ya muerto al "señor estúpido". Pero Shinobu salta en rabia explicando el sacrificio de Oden. Orochi pretendía vengarse de todo Wanokuni por lo que hicieron a su familia, estaba entregando a sus habitantes como esclavos a Kaidou. Oden prometió humillarse y bailar para ponerle fin, hasta que los barcos de Kaidou estuviesen listos para partir.
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