Concurso mensual - 46ª Edición: Aventura

[Tilver]

Yo apuesto por una edición erótico-festiva también, aunque la ruina es un tema que suena bastante interesante...también me pongo del lado de Marty ¡verguenzas fuera!

Y gracias por las criticas. Cierto es que me deje llevar más por lo que sentía al escribirlo, y no me puse en la piel del lector al no darle un buen repaso, la referencia final a la torre, la niebla y el desierto son sobre otros relatos que escribí escuchando música,pero que queda floja y sin explicación al no tener forma de relacionarlo. Me alegra, y hasta sorprende, que fuera tan inmerso como comentáis.¡salud y a por la próxima!

Como proyecto personal, y para sacarle el polvo al paquete de adobe, estoy montando un revista con los relatos (entre otras cosas) va lenta pero segura...aunque espero que tenga más suerte que aquello que le da nombre...

[javisba]

Parece que gana lo erotico, a pesar de que empezo ganando de paliza la ruina.

Como siempre contad con mi hacha pa recoger y eso, que poli le de salida cuando quiera xD

A ver si repetimos la buena participacion que son fechas relativamente tranquilas.

[Polizonte Nack]

Cero votos para los microrrelatos, dos para el trío de microrrelatos, cinco para la temática ruinosa, y con seis votos tenemos a la próxima temática del concurso de relato corto PK.
Al lío, mentes calenturientas:

TEMA: Erotismo

PLAZO MÁXIMO DE ENTREGA DE LOS RELATOS: 25 de septiembre

Normas:
- Todas las historias tienen que seguir el hilo conductor. El ganador decidirá el próximo hilo.
- El jurado serán todos aquellos que participen escribiendo y posteando una historia obligatoriamente.
También pueden votar personas que no hayan participado, cuanto más seamos, más divertido.
En caso de que un participante no vote, se le restará un número de puntos igual a la cantidad de relatos presentados.

Temática de esta edición:
Erotismo y demas petisoperias

Extensión máxima permitida:
3500 palabras + 500 de margen por exceso, en caso de pasarse de ese margen se participará fuera de concurso.

Plazo máximo de entrega:
25 de septiembre.

Encargad@ de la recogida de los relatos:
Javisba, sempiterno.

Metodología de puntuación:
"Eurovisiva".

Preguntas frecuentes:

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¿Qué? ¿Cómo? ¿Dónde? ¿42?

Para los que aún estén un poco perdidos, en resumidas cuentas el concurso mensual consiste en realizar un relato propio, de no más de 3.500 palabras, y cuya temática se centre en la escogida por el ganador de la edición pasada.

¿3.500 Palabras? ¿He de contarlas yo? Pero si tardo menos de 3,2 nanosegundos, ¿pasa algo?

No, no es necesario ponerse a contar uno mismo las palabras (se puede hacer, pero no lo aconsejamos). La mayoría de los editores de texto poseen una función que se encarga de dicha tarea. En el caso de Microsoft Office, puedes encontrarla en: "Herramientas/Contador de Palabras..."

Bien, ya tengo mi historia ¿Ahora qué? ¿Larga y próspera entrega?

Una vez tengas terminado tu relato, tendrás que enviárselo al encargado de recogidas mediante mensaje privado. Recuerda que el relato no entrará en concurso si no cumple la norma de máximo de palabras o si se entrega fuera del plazo previsto.

¿Y luego? ¿Siempre he sido y siempre seré candidato?

Posteriormente, el encargado de recogida posteará todas las historias sin los nombres de los autores. Cada participante tendrá que leer el resto de historias enviadas al concurso para posteriormente someterlas a votación.

¿Y el premio? ¿Una bola de luz blanca que no tengo ni idea de qué es?

El premio sera un condensador de Fluzo facilitado por nuestro patrocinador. Pero como no tenemos patrocinador os vais a conformar los novatos con un "Felicidades, me he sorprendido, sigue asi", para los no novatos "Al fin ganas campeón, ya iba siendo hora", y para los no novatos ganadores de otras ediciones "QUIERES DEJAR DE GANAR YA HIJO DE PUTA ACAPARADOR DE MIERDA, SI ES QUE ASÍ NO SE PUEDE CONCURSAR".

[Eli Lawliet]

Supongo que como adultos que somos (cuando menos en edad) podemos ser todo lo explícitos que queremos, verdad?

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Se frota las manos para el yaoi hard

[trafalgar ha muerto]

Cago en la leche Merche. A ver que se me ocurre. Ahora, eso de fuera vergüenzas... creedme, al menos a mi me sería mucho más fácil escribir porno que algo erótico. De hecho, yo aviso que la cosa en mi caso probablemente acabe oscilando entre Reverte describiendo el sexo y un fanfic hentai cutre.

[Polizonte Nack]

Supongo que como adultos que somos (cuando menos en edad) podemos ser todo lo explícitos que queremos, verdad?

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Se frota las manos para el yaoi hard

Estrictamente hablando, siempre he pensado que podíamos ser todo lo explícitos que quisiéramos en todas las ediciones, independientemente del tema. Otra cosa es que a nadie le diera por ponerse a escribir porno zombie o sexo espacial en ingravidez en sus respectivas ediciones xD

Dicho lo cual, y por acotar un poco más la temática, yo el tema del erotismo lo entiendo como que hay que buscar una sensación de... "Picorsito" a la hora de escribir.
Da un poco igual que sea sexo explícito, lubrico y gráfico, que sea más sugerido que mostrado, o que sea una simple descripción de un masaje de pies que te deja con la boca seca y otras cosas algo más hidratadas.


PD: También te digo que, viendo tu spoiler, me sentiré profundamente decepcionado si en tu relato no hay al menos una doble felación simultaneada con penetración anal aderezado con un poco de voyeurismo consentido.
Contado con pelos (o bueno, ausencia de ellos, me imagino) y señales.

[javisba]

Me paso a dar un recordatorio de que teneis hasta el 25 para mandar relatos, que nunca viene mal recordarlo xD.

[trafalgar ha muerto]

Yo justo iba a decir que tengo el mio casi acabado. Ha sido divertido de escribir, aunque sospecho que es más puta mierda de lo normal xD.

[Tilver]

Algo me dice que lo gracioso va a ser criticarlo (plus, con el morbo seguro que le causamos un general error al foro)

P.D: una idea que descarté, pero que me resultaba eroticofestiva/morbointeresante es imaginar como afectarian los inventos de mundos como Harry Potter a su industria erotica: pociones, lociones, transfiguraciones corporales...imaginaos las posibilidades...algun dia (suelto la patata caliente por si alguno la pilla, aunque es tierra fangosa XD)

[javisba]

Pues alargar el plazo no ha servido para nada XD. Vamos con los 3 que habia ya de antes:

[center]Al otro lado de la Travesia[/center]

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Alcanzaron el puerto con las últimas luces del crepúsculo a popa. El rostro nocturno de la ciudad se desperezaba en el parpadeo de los neones y el anaranjado de sus farolas. En el silencio de sus fábricas y el bullicio de sus callejuelas. El vaporeto atraco entre pesqueros y barcazas ambulantes, tosiendo los últimos hilillos de vapor. Repiqueteó la campana de abordo y la tripulación se dispersó en las promesas de una noche libertaria.


Hay ritmo en el cosquilleo, en la urgencia a alcanzar, en la sed que produce el no tacto.

Desparramado en un sillón, rasca la planta de los pies contra la alfombra, buscando saciar un picor y una urgencia ubicados, anatómicamente hablando, más superiormente. Hay vaho en la ventana.

Y esta ella, la seda, muralla de las curvaturas de ébano, privilegiada del tacto de la diosa y etéreamente azulada en todas sus arrugas. Hay en sus rizos una picaresca, un deslizamiento de sudor en su cuello, una ruborización en sus pezones erizados. Descalzos serpentean sus pies en la alfombra hasta que, poderosos, se alzan sobre él, sobre el sillón, sobre el picor. Se alza la seda sobre el monte de venus, se desboca el latido y la gota de sudor sobre la frente. Un pie sobre la rodilla del hombre, otro en su cintura y la fractura sellada entre sus labios. La diosa de ébano empuja con su cintura, golpea la nuca contra la pared, más los labios no ceden y las manos conquistan lo que alguna vez fue privilegio de la seda.
Manos curtidas, castigadas por el tiempo y el esfuerzo ascienden, de áspero relieve, pero cuyo cosquilleo surca el muslo e inquieta la cintura, que libre, embiste el placer.
Una mano a esclavizado la coronilla del hombre, un pie a apresado su muñeca, estirando su brazo diestro contra la pared, descubriendo en toda su extensión la falda del monte. la mano alza y desciende, en los labios menores de la diosa hay enterrado un obelisco, una virilidad artificial que la diosa guía hacia la boca del hombre que, desconcertado, la atrapa por la planta, entre sus dientes.
Se encuentran los latidos desbocados al chocar los iris, hay un destello, el brazo es liberado, los muslos de la diosa atrapan las mejillas del hombre y la Cintura empuja.
Hacia arriba.
Hacia abajo.
Asciende en suspiros.
Desciende en susurros.
La lengua se ahoga en su aroma, en el fruto de su esfuerzo, paciente espera ser liberada de nuevo, íntima es la esencia que los embarga en el sudor.
Se alza
y cae.
Abraza el hombre la cintura de la diosa, aparta la falsa virilidad de su fractura, tumba sus curvas en la alfombra, libera sus mejillas; Besa entonces el monte, el ombligo, el valle y el arco del cuello al hombro, con suavidad, con tiempo, con humedad. La lengua, liberada, susurra en su oreja, antes de acariciarla.
Y retrocede, retrocede para que su índice y su corazón se curven dentro de la diosa, y palpen, en esa cueva de los deseos, un tacto bulboso. Ella le mira, aspira sorprendida. él presiona de nuevo, y desliza, sumerge y repite. Lo que fue picor es latido desenfrenado, la acompaña en las respiraciones entrecortadas, no pierde vista sus iris, el temblor de su ombligo y todo lo que le rodea. Ella susurra, aparta su mano de una bofetada y atrapa su virilidad.
El hombre la alza, y la hace caer sobre su cintura. Y lo que antes sintió en su índice y su corazón, lo siente ahora en su latido, profundo. Ella lo abraza, lo sumergen en sus curvas, muerde el arco de su hombro a su cuello, aspira eufóricamente sorprendida.
Asciende en suspiros.
Desciende en susurros.

[center]La minipizza[/center]

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Después de un largo lunes de oficina pude llegar a casa y relajarme. Estaba vacía, gracias a las clases de natación de los niños. Si no fuera por estos momentos de tranquilidad que me permiten despejarme y liberarme, no se lo que haría. Rápidamente me quito la ropa del trabajo y la doblo cuidadosamente para guardarla en el armario, para dar ejemplo a mis hijos. Odio que me obliguen a llevar ropa tan ajustada, pero adoro la sensación que se me queda cuando me quedo en ropa interior. Sin ponerme nada más encima, enciendo el ordenador y espero a que cargue. Mientras, echo el pestillo de la habitación y me quito las pulseras para que no me molesten luego en la muñeca. Cojo mis gafas negras a juego con la ropa interior y entro en mi rincón secreto.

> Usuario: Minipizza24
> Contraseña: *****

El chat grupal se abre . A la izquierda puedo ver todos los que están online en ese momento. La mayoría son tíos, aunque atisbo algunos nicks de chicas. Saludo en el chat, y los habituales me acogen amablemente. Algunos nuevos también. Después de tantos años, algunos nos conocemos bastante. Pronto empiezan a aparecer decenas mensajes privados.

> “45cms”: ¿Quieres ver algo gigantesco?

Bah, demasiado típico. Paso al siguiente sin responder siquiera.

> “Superman”: Hola, necesito ayuda con esto. *Haga click para ver foto adjunta*

Demasiado pronto para ver algo tan asqueroso. Siguiente.

> “Juan43”: Por qué minipizza?

> “Minipizza24”: Me gustan las minipizzas, y soy muy bajita, 1'50 cms.

> “Juan43”: A mí me gustan las pizzas también, y las bajitas

> “Minipizza24”: lol.

> “Juan43”: Que llevas puesto?

> “Minipizza24”: Sólo la ropa interior, acabo de llegar de trabajar. Y tú?

> “Juan 43”: Yo sólo unos boxers negros…. Y de qué color es?

> “Minipizza24”: Sujetador y bragas negras.

> “Juan43”: Me gustaría estar allí para ayudarte a relajarte… Vamos a jugar, haz lo que yo te diga y te relajarás.

> “Minipizza24”: Vale papi…

> “Juan43”: Quiero que te empieces a tocar las tetas y te masajees los muslos para mí, zorra….

Bah, demasiado rápido y yendo a lo bestia. Fuera. Siguiente.

> “John Locke”: Holaa

¿De verdad? Buena suerte. Siguiente.

> “Master”: Estás trabajando en una pequeña tienda de ropa íntima de la ciudad. Es tu primer día de trabajo, así que estás un poco nerviosa, aunque por ahora no ha habido ningún cliente. Es casi la hora de cerrar cuando yo entro en la tienda, vestido de traje de chaqueta, ejecutivo. “Buenas tardes, estoy buscando un complemento para mi mujer. ¿Tienen por casualidad algún tipo de catálogo?”.

Este sí.

> “Minipizza24”: “H-h-hola señor. Sí, tenemos un catálogo, déjeme que lo busque...” Me doy la vuelta buscando en el mostrador. Llevo un traje negro y largo, ajustado, y elegante, a juego con lo que ofrece la tienda. “Aquí lo tiene señor.”

> “Master”: “Gracias, señorita. Estoy buscando algo picante para mi mujer. Pronto es su cumpleaños y quiero sorprenderla. Algo bastante provocativo, pero a la vez elegante. ¿Puedes recomendarme algo?”

> “Minipizza24”: “C-c-claro. Déjeme ver… Tenemos este conjunto de sujetador y braguitas negro, que incluye un liguero, y está rebajado de precio. Si quiere algo más divertido, también tenemos disfraces de enfermera, o de policía para usted.”

> “Master”: “No. No quiero complementos baratos. Quiero algo que tú misma te pondrías...”

> “Minipizza24”: Me sonrojo. “Oh, no sé, en ese caso… Tenemos este de cuero, ajustado. Como ve tiene un generoso escote, y realza el trasero.” Me doy cuenta de lo que he dicho. “No es que yo me lo ponga, pero es bonito”.

> “Master”: “Esto ya me gusta más… Además en casa tenemos jueguetes que podríamos usar con él...” Te miro de arriba a abajo. “¿En que tallas lo tenéis?

> “Minipizza24”: Noto como me miras, lo cual me pone un poco, imaginando esos juguetes de los que hablas. “P-p-pues, aquí en tienda tenemos cualquiera que necesite. ¿Que talla tiene su mujer?.”

> “Master”: “Si te digo la verdad, no se exactamente la talla de mi mujer. Tiene más o menos tu figura...” Te vuelvo a mirar de arriba a abajo, sonriendo. “¿Que te parece si te pruebas uno y así veo como quedaría? Por comprobar, claro.” Sonrío lujuriosamente, mirando tu cuerpo.

> “Minipizza24”: “¿Q-q-qué?… No creo que… No estoy segura de si me dejarían, además me da corte, puede entrar un cliente...”

> “Master”: “No te preocupes por eso. Cierra la tienda para que no entre nadie, aunque a esta hora pocos clientes más quedarán por venir. Así no tendrás que preocuparte por nada. Te prometo que me iré de aquí comprando algún artículo caro, no perderás tu tiempo”.

Esto va demasiado lento, voy a tener que darme prisa.

> “Minipizza24”: Siendo mi primera venta, y un poco movida por la excitación, decido que es buena idea. “De acuerdo, pero no puede salir de aquí o mi jefe se enojará”. Dicho esto cojo una caja de una estantería y me dirijo hacia la puerta de la tienda, la cual cierro con llave y cuelgo el cartel de “Estamos cerrados”. Vuelvo hacia ti con la caja, viendo cómo me desnudas con los ojos, lo cual termina de excitarme del todo. Te indico que te sientes en un sofá que tenemos para los maridos que esperan a que sus mujeres se cambien. Tú te acomodas en él, con tus piernas abiertas, mirándome sin cortarte un pelo. Yo, de espaldas a ti, sonriendo, me despojo de mi vestido lentamente, y me pongo el que hay en la caja, bastante apretado. “¿Y bien?”

> “Master”: Con la boca abierta, “Sí, a mi mujer le quedaría bien. Sin duda. Aunque creo que a ti te queda mejor...” Veo como te sonrojas. “Date una vuelta para mí, quiero ver cómo te queda al completo.” Tu das la vuelta sobre ti misma, lentamente, dejándome recrearme en las vistas. El culo, totalmente marcado por el cuero, aparece respingón. El escote descubre unos pechos turgentes, apretados y deseando salir. “Perfecto, simplemente perfecto. Ahora, si no te importa, me gustaría hacer algunas comprobaciones.”

> “Minipizza24”: “¿Comprobaciones? A que se refiere?”

> “Master”: Me levanto y me pongo a tu lado. “Nada serio, es que quiero ver le vestido desde distintos ángulos.” Con un gesto rápido, te pongo de rodillas, mirando hacia mi ya clamoroso bulto. “Sí, desde aquí se ve bastante bien.” Después te levanto, y súbitamente te cojo en brazos, sentándote en el mostrador. “Sí, desde aquí también.” Finalmente te vuelvo a poner de pie, y te doy la vuelta, inclinándote y dejando tu culo contra mi cadera. “Todo en orden, sin duda.”

> “Minipizza24”: A cada movimiento me sentía más excitada. En el último noté como mi culo rozaba con tu enorme bulto, y no lo separé ni un centímetro. Callé, dejándote a ti llevar la iniciativa, esperando. De repente, noté un azote en el cuero que cubría mi culo, lo cual me hizo dar un gemido. Antes de que pudiera recomponerme, vino el segundo, y el tercero. La situación me estaba excitando cada vez más y más, ya no podía guardar la compostura. Tras el cuarto azote me arrancaste el vestido y lo tiraste a un lado, dejándome desnuda contra el mostrador. Mi piel se puso de gallina, pero moví mi culo contra tu bulto, restregándolo lentamente. Escuchaba como te estabas quitando la camisa, luego la chaqueta… Todo al suelo. Finalmente, cuando creí que te ibas a quitar los pantalones, volviste a girarme para tenerme cara a cara.

> “Master”: Me quedé mirando tus pechos y empecé a chupar tus pezones, suavemente. Te di un pequeño mordisco en uno de ellos para hacer el contraste con los suaves círculos que hacía mi lengua. Tu apretaste mi cabeza contra ellos, pidiendo más fuerza, pero aún no habías desatado a la bestia. Te senté en el mostrador, y hundí mi cara entre tus piernas. Todo estaba muy húmero, pero pronto lo estaría aún más. Mi lengua se movía al principio lentamente, arriba y abajo, hasta que la dejé jugar con tu clítoris mientras te oía gemir de fondo. Suavemente introduje un dedo, luego dos, y rítmicamente los empecé a mover hacia dentro y hacia fuera.

> “Minipizza24”: No paro de gemir y de mover mi cadera para disfrutar de toda tu boca. Estoy empapada mientras tu lengua juega y me pone a mil por hora. Me corro por primera vez y lo notas, alejándote de la zona dando pequeños mordiscos por toda mi pierna. Veo como me miras sonriendo, satisfecho con lo que has conseguido, mientras te vas desabrochando el cinturón y bajándote los pantalones. Yo me apresuro y me pongo de rodillas, con la boca abierta y la lengua fuera, esperando ansiosa.

> “Master”. El verte desde ahí abajo me hacer apresurarme y quitarme rápidamente los calzoncillos, dejando el enorme bulto al aire, frente a tus ojos. Tú, sin pudor ninguno, lo coges y lo empiezas a saborear. Primero pasas la lengua, asegurándote de no dejarte ni un solo centímetro, y luego poco a poco la introduces dentro de tu boca. Veo como te cuesta, pero sigues metiéndola hasta que está entera, y mueves tu cabeza hacia delante y hacia atrás, cada vez más rápida. Tu cara empieza a ponerse roja por el esfuerzo y por la falta de aire, pero ni se te pasa por la cabeza el parar. Yo pongo los ojos en blanco mientras gimo y te acaricio la cabeza. Con un esfuerzo enorme, te separo de mí, aunque con tus ojos me dices que te gustaría seguir. Yo sonrío mientras te cojo en brazos y te vuelvo a sentar en el mostrador. Te pongo las piernas sobre mis hombros y empiezo a frotarla contra tu clítoris. Luego meto un poco la punta, dejando que me ruegues que la meta entera.

> “Minipizza24”: “Por favor, la necesito dentro de mí, por favor, entera, estoy muy mojada, no puedo aguantar más”. De nuevo por sorpresa y con una sola embestida, me la metes entera hasta el final, provocando que grite de placer. Cada embestida es más salvaje que la anterior y veo en tu cara cómo todas tus energías las estás concentrando en hacerme el amor contra el mostrador. Te oigo gemir, pero mis gritos enmudecen a los tuyos. Noto cada embestida dentro de mí, y empiezo a notar cómo vuelvo a llegar al orgasmo, cómo va creciendo dentro de mí hasta que no puedo sostenerlo más y grito aún más fuerte, sintiendo todo el placer que me estás dando.

Tras enviar el mensaje escucho cómo se abre la puerta de mi casa. Rápidamente cierro la página, apago el ordenador, me limpio un poco y recojo todo. Pienso en el pobre, que estará apunto de correrse y le abre cortado el rollo yéndome así. Bueno, suele pasar, estará acostumbrado. Rápidamente me pongo el pijama, me echo un último vistazo para comprobar que estoy visible para mi familia, y abro el pestillo. Al salir veo a mis hijos sentados en la mesa de la cocina, sacando platos y poniéndolos encima de la mesa. Miro el reloj, es la hora de cenar.

— Ah, estabas aquí, no te había oído. Ha sido un infierno llegar hasta aquí con el tráfico. Tus hijos han insistido en comprar pizza para cenar, y quién soy yo para decir que no a una pizza… ¿Estás bien cariño? Tienes una cara…

— Nada, el cansancio del trabajo. Los lunes siempre cuestan — digo mientras le doy un beso en la mejilla.

— Bueno, ahora te acuestas temprano y descansas, ya me encargo yo de acostar a los niños. Yo también voy a caer rendida en la cama, a menos que alguien quiera mantenerme despierta… — dice en voz baja mientras me mira sugerente y acerca su cuerpo contra el mío.

— Hoy no cariño, no podría ni aunque quisiera, estoy acabado.

— ¿De verdad? Hace ya tiempo que no… Y estoy notando aquí un bulto sospechoso que me está provocando — ríe a la vez que me pone la mano en el estómago y la baja hasta el límite del pantalón del pijama.

— De verdad, hoy no — la interrumpo bruscamente y me siento en la mesa —. ¿Que habéis pedido?

— Lo de siempre, papá — dice uno de mis hijos —. Una familiar para mamá y nosotros, y una minipizza para ti.

[center]¿Cuál es el femenino de robot?[/center]

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Sonó el timbre. Atrás quedaron los tiempos de la primera generación, en los que el robot llegaba en una antiestética caja de cartón y había que desembalarlo frívolamente y configurarlo. No, el Gobierno quería que te acostumbrases lo antes posible, que dejases de pensar en él como una cosa. En cuanto a los ajustes… bueno, no por nada llevaban tres siglos con la cantinela de la inteligencia artificial. Aquel robot era, sin duda alguna, tan inteligente como ella. Con la sutil diferencia de que tenía una calculadora incorporada, acceso a internet y memoria ilimitada, lo que siempre había demostrado ser muy útil para sus parejas. El timbre volvió a sonar, y ella abrió la puerta. Ante ella apareció el que, de ese punto en adelante, sería su compañero:

— Buenos días, soy Robb —se quitó la gorra e improvisó una reverencia— encantado de conocerte, Sally. Seguro que ya lo sabes, pero me obligan por ley a informarte. Estoy aquí para acompañarte y ayudarte, como parte del regalo que hace el Gobierno a todos los ciudadanos de 15 años.

Era, sin ningún género de dudas, guapo. Ella no había podido elegir más que unas pocas características básicas, pero sin duda se adaptaba a sus preferencias. Despedía por todos los lados una actitud juvenil que recordaba a un cachorro intentando parecer un adulto. Era rubio, tanto que recordaba a un surfista australiano, y llevaba un collar que acentuaba esa sensación. Vestía informalmente, pero se encontraba muy recto, como si tuviese miedo de que le dijese algo.

Sin duda, lo que más llamaba la atención era el par de líneas que separaban las placas de la cara. Más que un efecto del montaje, era una deferencia a sus interlocutores. Todo el mundo quería saber que estaba hablando con un robot, y más de una vez se habían dado sonados casos de desafortunadas confusiones, o directamente fraudes, en el pasado. Al margen de eso, era humano. Su piel tenía la misma textura, la misma plasticidad. Sus ojos se movían igual, pestañeaba. Tenía lengua, tenía pelo. Algunos modelos crecían sin necesidad de actualizarlos. No daba la sensación de ser diferente a un humano.

— Pasa —dijo simplemente—.

— Gracias.

Y pasó.

Sally vivía en una casa relativamente antigua, al estilo ya pasado de moda del siglo XXI. Una caja con tejado a dos aguas, toda para ella sola. Afortunadamente, era soleada y no muy grande, y estaba lo suficientemente automatizada como para que sólo tuviese que ocuparse de tareas extraordinarias en la casa. Lo que la dejaba con una gran cantidad de tiempo libre.

Le enseñó al trasto su habitación, aunque no fuese a “dormir” allí. No mucho tiempo. Lo de ayudar, pese a ser cierto, no dejaba de ser un eufemismo. La idea había surgido hacía ya veinte o treinta años, debido a que el aumento de libido pululante había empezado a causar problemas al Gobierno. Al fin y al cabo, el sexo entre humanos estaba prohibido salvo con una autorización tremendamente cara. Desventajas del estricto control de la población. La mayoría no se tomó muy bien lo de renunciar a obrar. Siempre había ascetas, pensó Sally, pero eran pocos y ya no tenían apenas relevancia.

Así que cuando surgió la alternativa, pocos hicieron ascos. Lo que en un principio se estigmatizó socialmente como la “condena de la raza humana” a los dos o tres años se generalizó. En la actualidad, era raro ver una persona sin su robot cuando iban de compras o interactuaban socialmente. Siempre podías sustituirlo por otro si querías. Y no daban la paliza, ni se peleaban contigo. Normalmente.

Aquella tarde, Sally llevó a Robb al centro comercial en hyperloop. Debía hacer unas compras, de todas formas. Hacía sol, y en general la gente aprovechaba el buen tiempo de comienzos de mayo. A pesar de ser tan jóvenes, la gente los miraba con naturalidad. No era inusual ver a muchos adolescentes dando vueltas con sus robots. Los más viejos ya solo meneaban la cabeza cuando veían una pareja de integrantes del mismo sexo, todavía tabú para ellos, o cuando detectaban una pareja sólo humana, muy inusual. Robb preguntaba mucho:

— ¿Qué flores te gustan más, Sally?

Toma clasicazo. Ni las inteligencias artificiales se libraban.

— Amorphophallus titanium. ¿No tienes GPS ahí metido? —preguntó distraídamente Sally, que se había confundido de calle—.

— ¡Claro que tengo GPS! —curiosamente, mostraba recelos cuando alguien cuestionaba sus capacidades—. Para ir al centro comercial, tenemos que dar media vuelta y seguir una calle más por la que habíamos cogido antes.

No se lo había dicho antes. Supuso que porque querían que se adaptase a ella incluso en eso; ella podría haber querido ir por otro camino. En cualquier caso, sí tenían una urgencia, Robb solo debía buscar en la red. Cuando llegaron al centro comercial, Sally compró algo de ropa para él, unas bolas de pádel ingrávidas en el C-Cathlon que se le habían agotado y, sin pestañear, toda clase de artículos sexuales. No pensaba usarlos en el futuro próximo –Robb ya tenía para casos especiales un curioso arsenal que se salía de lo humano, aunque el manual y diversas opiniones a su alrededor desaconsejaban usarlo al principio— pero de algún modo la tranquilizaba tener juguetes sexuales manuales…. ¿por si acaso? No era algo racional, sin duda. Robb y la cajera —robótica, para variar— abrieron ligeramente los ojos al ver la cantidad, pero ninguno comentó nada. Robb pagó con un chip en su brazo vinculado a la cuenta de Sally, que se rellenaba, como la del resto de la población, cortesía de la riqueza generada por otros robots.

Robb siguió preguntando, ya sentados ambos en una cafetería. Jugueteaba con una servilleta mientras lo hacía. ¿Prefería café o HeroCola? En general le interesaba lo que le gustaba o no lo hacía, y las elecciones que haría en casos que ponía al azar. También preguntó sobre su pasado un poco. Sally sabía que en parte se estaba adaptando a sus gustos y a su personalidad. No sabía nada de ella, y ella tampoco sabía nada de él. También Sally tenía curiosidad, ya que del mismo modo que los robots eran una práctica obligación para los adultos, eran bastante desconocidos para los niños. Robb resultó ser buen conversador —lo suficiente como para que no pareciese un interrogatorio, que tenía mérito—, aunque la mayoría del tiempo sus opiniones, como su personalidad en sí misma, eran bastante pasivas.

— ¿Tienes datos, Robb?

— 115G. ¿Quieres que busque algo?

— Sí, porfa. Mira a ver cuando pasa el próximo tren. Deberíamos ir volviendo.

— Vamos a ver… dentro de 14 minutos. Todavía tenemos algo de tiempo. ¿Te parece que vaya al baño?

— Ningún problema. Está entre el de chicas y el de chicos, lo vi antes.

Por supuesto, no necesitaba ir al baño en un sentido tradicional. Los fabricantes no habían creído necesario introducir más fluidos en su diseño que la saliva y, puestos a especificar, una versión (estéril) del semen. Pese a ello, Robb sí bebía. Hasta cierto punto podría aprovechar lo que bebía, de hecho. Pero los baños para robots eran lugares públicos para hacerse un mantenimiento diario y, en general, hacer todo lo que los demás no querían que les viesen hacer. Como para el resto del mundo, por otra parte.

Mientras estaba en el baño, Sally reflexionó. Había visto hacer cosas impresionantes a los robots, pero nunca había pasado de considerarles herramientas. Recordaba a su padre llamando “montón de cables” a su asistenta. Sin embargo, en la época de su padre todavía eran torpones. Miró a la mesa. Sobre ella reposaba una pequeña grulla de papel resultado del jugueteo de Robb con la servilleta. ¿De verdad alguien programaría a un robot para eso? ¿De verdad era… un montón de cables? Miró a su alrededor. No había ningún humano interactuando con otro humano. Sin duda los montones de cables resultaban eficaces. ¿Eran más humanos los robots... o más robots los humanos? Sally lo guardó en el cajón de reflexiones inútiles y se quedó mirando a Robb volver.
* * * * * * * * * * * * * * * *

Una noche, Sally pensó que tampoco merecía la pena esperar. A diferencia de que en el pasado se ocultaba, en aquella época se animaba a los niños a que experimentasen. Sally, sin duda, lo había hecho. No era ajena a la masturbación, y tampoco sentía una especial vergüenza. Al fin y al cabo, Robb era un robot. No debía preocuparse de si lo estaba disfrutando. Sally sí sentía, por supuesto, una cierta tensión. Pero se había acostumbrado a él durante aquellos días y sabía que, de alguna manera, si lo seguía posponiendo llegaría el punto en el que lamentaría su tardanza.

Tras mentalizarse, apareció en la habitación del robot en sujetador. Robb no necesitó más señales. Se acercó como cauto a ella, como un gatito que no se fía del todo. Sin previo aviso, empezaron a respirar más fuerte de lo normal. Sally sintió como su cuerpo se calentaba sin explicación… ¿echaría feromonas aquel trasto? Se sentía ligeramente mareada, pero Robb sabía que hacer, de todas formas. La guio despacio hacia la cama, y ambos se sentaron. La expresión de Robb, que desde que había cruzado por primera vez el umbral de la casa había sido una sonrisa educada, cambió. Ahora la miraba con atención, y sus gestos empezaron a parecer, más que nunca, tranquilizadoramente humanos.

Robb empezó a acariciarla. Ella se dejó hacer, disfrutando tanto como la dejaban sus nervios. “Es una máquina, Sally. No te va a morder”. De forma totalmente casual, Robb aprovechó para morder suavemente su oreja. Empezaba a aventurarse más. Desvistió lo poco que quedaba de la ropa de Sally, un poco torpemente. Su respiración era real, su calor era real. Y, sin embargo, podía pedirle más que cualquier humano. Lo que quisiese. Hizo uso de ese derecho.

— Ro… Robb. Puedes bajar. Con la… boca —elevó el tono la última palabra, convirtiéndolo en una pregunta.

— Claro —murmuró.

Sus labios trazaron su piel hasta llegar a sus piernas. Lentamente recorrió con la lengua tentativamente su vulva entera, hasta llegar al clítoris. No lo lamió inmediatamente, si no que empezó con los alrededores. La excitación de Sally subió velozmente, y empezó a gemir imperceptiblemente. Poco después, empezó a besar la zona. Sally ya estaba muy excitada, pero no quería dejar que su orgasmo llegase demasiado pronto. Sin embargo, justo cuando creía que podía relajarse un poco, Robb empezó el asalto final. La vulva entera se convirtió en su patio de juegos, cada vez con más velocidad, con la presión justa, con precisión apasionada. Sally empezó a arder, dejó de contener los gemidos, convulsionó. Con la espalda arqueada, dejó de pensar. Y llegó el orgasmo, entre sacudidas. Nada de lo que había experimentado (y Sally se enorgullecía de ser creativa) podía compararse. Robb siguió un tiempo, con cuidado y con la boca y la nariz mojadas de líquido que no era suyo.

Pasado un rato corto, Sally empezó a poder respirar de nuevo. Y dijo a Robb que parase un momento. Había perdido todo el reparo, y quería más. Robb, aún vestido, tenía un bulto en los pantalones. Entre los dos se los quitaron. Su pene modelaba la forma de sus calzoncillos. Sally acercó la cara y lo rozó con los labios. Respondió a su contacto. Por supuesto, no se diferenciaba de cualquier pene más de lo que se diferencian dos penes aleatorios entre sí. Robb se quitó también sus boxers. Jadeaba, y le goteaban los jugos de Sally de los labios. Suavemente la recostó.

Y no fue sutil. Sally no necesitaba sutilidad en ese momento. Empezó rítmico, pero pausado. Dando tiempo para acompasarse, para ajustarse. Sally buscó la boca de Robb y se besaron, interrumpiendo brevemente el movimiento. Sabía a ella misma. De repente Robb empezó a mover la cadera, buscando otra posición. El punto de contacto cambió ligeramente. Volvió a mover la cadera, y el punto volvió a moverse. Robb repitió la operación varias veces hasta que ella se tensó y se agarró a él. Ambos respiraban agitadamente. Sally pasaba su sudor a Robb. Robb llenaba su vagina de lubricante artificial, que se juntaba al natural de ella. Así, natural contra artificial, Robb aceleró. La fricción… Sally se olvidó de que existía. Sólo existía aquel calor sobrenatural, la presión sobre su punto G, el placer. Sintió que llegaba otro orgasmo. Robb también lo hizo, porque su patrón cambió. Sus movimientos empezaron a ser más fuertes, a llegar más profundo. Volaba sobre ella, y si Sally hubiese podido pensar, hubiese comprendido para que servía todo ese lubricante. El sonido chapoteante cambió, Sally se volvió a arquear, más de lo que había creído posible, juntándose con él y hubo una embestida final. Se corrió mientras volvía a tener un orgasmo, mucho más intenso esta vez. Su vagina se llenó de sus fluidos, pero de repente sintió algo mucho más cálido y supo que Robb también había terminado.

Permanecieron tumbados el uno sobre el otro, el uno dentro de la otra, durante largo tiempo. No se molestaron en limpiarse, pese a la creciente mancha sobre las mantas. Hubo una tercera vez, mucho más lenta. El pene de Robb volvió a crecer dentro de ella, y se movieron de nuevo. Como ascuas sobre ceniza, priorizando placer sobre pasión. Cuando terminaron, entre sus brazos, Robb habló.

— Me alegra que hayas sido tú, Sally. Me alegra estar contigo.

Iba a decir algo más, pero se detuvo. En cualquier caso, había algo profundamente humano en su vacilación, y Sally agradeció el comentario.

¿Aquello había sido masturbación o sexo? Sally no lo sabía, y en ese momento, tampoco le importó. Tal vez Robb no podría ser totalmente humano, cierto. Pero daba igual. Porque ella sí podía ser, un poco al menos, su robot. Y, revolviéndose ligeramente en los brazos de aquel montón de cables, pensó que no le disgustaba la perspectiva.

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Aquí debería ir el clásico recordatorio de como votar y eso, pero creo que los escritores de esta edición ya saben como va y a mi me da una pereza enorme hacer el copypaste xD
Si alguien tiene dudas aun así que pregunte.

Hasta el 10 de octubre este incluido para votar, al turrón.

[Eli Lawliet]

Al otro lado de la travesia

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Espacio. Enter... Hay que revisar siempre antes de mandar el MP.

No lo sè, està demasiado adornado para mi gusto. Tal vez hubiera preferido algo mas explicito que la forma tan romantica en que relatas el acto sexual. Que no digo que estè mal, està bien, pero no me pega a mis gusto personal.

La minipizza

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Wehehehehehehe... sospecho con el pecho de quien es este.

Bueno, perfecto en estructura. Una historia dentro de una historia, eso le ha dado un toque bastante chulo.

> “Juan 43”: Yo sólo unos boxers negros…. Y de qué color es?

> “Minipizza24”: Sujetador y bragas negras.

Que miedo el mundo del internet, nunca sabes con quien te estàs mensajando. Al principio, cuando menciona la ropa ajustada y luego saca esto pensaba que era mujer. Pero con la conversacion del final me da el ataque cuando resulta ser hombre. ¿Estoy bien o mal?

Me he tenido que leer la parte final como 98347534659345789 veces porque no sabìa si minipizza es hombre o mujer xDDDDDDDDDD

¿Cuál es el femenino de robot?

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OIGAAAAAAAAAAAAAA DONDE CONSIGO YO UN ROBOT ASÍ? xDDD

Sabes, por el titulo no esperaba mucho, pero m ha dejado contenta. Me ha recordado un poco a la pelicula esta de Silvestre Stalone "El demoledor" (o como le llamen en España xD) donde tenías sexo virtual usando unos casquitos.
Me gustó mucho, no tengo nada que objetar, has manejado perfectamente la escena del sexo sin ser vulgar. Tal vez lo unico que tuviera que decir en contra es que la introduccion al relato me parecio un poco brusca, tal vez se podría haber abordado de otra manera (me refiero al primer parrafo).

Enhorabuena por los guiones. No gasto "saliva" en vano.

EDITADO CON PUNTUACIONES Y COMENTARIO
PUNTAZOS!

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1 puntote.- Al otro lado de la travesía
2 puntotes.- Minipizza
3 robopuntotes.- Robota (?)

Shame on me, i'm sorry Yabis!


Que lastima que fueron tan pocos los que participaron ye so que es un tema muy divertido. Yabis me dio una semana de más pero se me olvidó y cuando me acordé faltaban horas para entregar. Espero poder participar en la siguiente edición.

[Marty McFly]

Al otro lado de la Travesia

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Siempre me pasa con tus relatos que me dan la sensación de ser una escena de una historia mucho más amplia. Y mientras los leo, en vez de centrarme en lo que está pasando, me imagino de donde vendría el barco, quiénes serían los protagonistas, que estética le darías al relato. Para mi gusto, escribir de forma tan delicada no es compatible con un relato corto, o al menos no uno que no tenga un principio y final bien definidos, porque a mí por lo menos me pasa lo descrito antes. Por eso en relatos cortos creo que pega más una escritura más directa. Pero es gusto personal. Por cierto:

Una mano a esclavizado, un pie a apresado su muñeca

Eso y que te saltas muchos acentos, incluso en el título xD

La minipizza

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Poco puedo decir de mi relato, me vino la inspiración un día y lo escribí un día antes de que terminase el primer plazo al poco. Me ha gustado como ha quedado, y me alegro que por fin saliese esta edición, aunque seamos tan poquitos xD

¿Cuál es el femenino de robot?

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Genial. Una historia muy manida, como es la de la "humanidad" en los robots, pero muy bien contada. No puedo ponerte ningún fallo pero tampoco decirte que es lo mejor que he leído por aquí. Muy delicado en la parte erótica y sin ser cargante en toda la historia previa. A diferencia del anterior, no echo en falta saber más de la trama de fondo que mencionas sobre el gobierno. Si eres quien creo que eres, has mejorado mucho para mi gusto.

Puntuaciones

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Máxima puntuación: ¿Cuál es el femenino de robot?
Segunda máxima puntuación: Al otro lado de la Travesia.

[trafalgar ha muerto]

Bueno, yo voto ya que si no se me pasa.

Al otro lado de la travesía

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Vale, tengo que decir que el estilo que usas personalmente no me gusta mucho. Y eso no tiene absolutamente nada que ver con su calidad o con quien lo escriba o con nada, simplemente no es algo que me atraiga. Dentro de eso y juzgando objetivamente y no en base a mis preferencias... me ha gustado, la verdad. Por alguna razón me ha llevado a la Bravoos de Juego de Tronos, aunque estoy bastante seguro de que no tenías esa intención al escribirlo xDD. Esa libertad de sugerir escenarios dejando completarlos a la imaginación, por dar otro punto de vista diferente del de Marty, es a mi parecer una fortaleza y no me parece incompatible con los relatos cortos para nada.

Por señalar algo ¿negativo?, no estoy muy segundo de hasta que punto pretendías hacer algo serio o no, pero ciertas expresiones como "en los labios menores de la diosa hay enterrado un obelisco" han causado cierta hilaridad en Whatsapp. Y joder, es genialmente hilarante en realidad xDD.

La minipizza

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Tienes un jodido don para escribir relatos divertidos. Cuando terminé de leerlo pensé, "relato divertido pero de final flojillo". Después leí la crítica de Eli, volví a leerlo debidamente y me sentí perturbado, enhorabuena. Con esa moraleja sobre los extraños de Internet te compro el relato y diez kilos más xDD. Por curiosidad, ¿hasta qué punto es ficción y hasta que punto... experiencia la idea de ese tipo de páginas?

Robots y tal

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Vamos a ver, para empezar debo decir que me ha costado muchísimo escribir este relato. De hecho este era el plan C o así porque lo que empezaba a escribir me parecía puta mierda o muy cursi o muy basto o totalmente ingenuo. Así que digamos que lo que hice y por lo que no estoy del todo contento es diluir el tema con otra cosa y no estoy seguro de hasta que punto he conseguido transmitir lo que tenía en la cabeza. De todos modos estoy contento, ha sido divertido de escribir y tenía ganas de meter una historia un pelín más compleja en uno de estos relatos. Tengo muchísimo que mejorar con los diálogos, eso sí xDD. Referencias: un hentai de una robot sexual y Made in Abyss. Sí, ya podeis ir llamando a la poli xD.

Si eres quien creo que eres, has mejorado mucho para mi gusto.

Agradezco muchísimo el feedback, me alegro de que le haya gustado a alguien y más en esta edición que, para mi, se las traía xD. Aunque no se si soy quien creias que soy.

Ah coño y los votos:

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2 pts para La minipizza
1 pto para Al otro lado de la travesía

[El D_Ablo]

Ke putada haberlo visto tan tarde, según os leía, se me estaba ocurriendo una historieta sobre lombrices coj...da, espero estar más al loro para la proxima.

[Tilver]

Al otro lado de la Travesia

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MI pequeño mosntruito de signos de puntuación y parrafada caotica XD
El primer parrafo sobre el navio y la ciudad lo escribí despues de escribir "el nudo" ya que se me volvía a quedar corto y desanclado, en parte creo que le falta un final y podría haber escrito un contexto más extenso. Pero el cuerpo surgió en un momento de inspiración, y retocarlo o continuarlo me daba la sensación de estropearlo XD
Recalcar que algo que me ha encantado de los vuestros, y con lo que me quede con ganas, es ese salirse de los "estandar" hacia nuevos horizontes (de ahí el asunto del obelisco falso que causo tanta hilaridad.)

La Minipizza

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¡No fumaaa, no fumaaaa!
Secundo totalmente la opinión de que tiendes a escribir relatos bastante divertidos. Añadiendo una cita a Poli(juraria que fue Poli, pero no encuentro el mensaje, lo que me desconcierta en exceso...) sobre tu estilo de "cinematografico o de encuadres " en tus relatos: todo es condenadamente visual sin apoyarse en parrafos tipo losa made in Dan Brown. Me ha gustado, asi como salirse del "redil" hacia los chat de sexo "en vivo"

¿Cual es el femenino del robot?

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Me ha gustado bastante, y en parte vengo un poco tocado por el tema de ver Blade Tunner 2045. La presentación de ese futuro de ciencia ficción me ha gustado en su ritmo y forma, dando pie a todo ese cambio social y aprovechandolo para llevar hacia la escena en cuestión, y experimentaod más hallá de lo estandar en la ambientación. Le has dado un transfondo a todo el relato, que ha llevado sim problema al desfoge, y a la pregunta retorica de ¿quien es más humano o robot?

Punticos:

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3 punticos para ¿cual es el femenino del robot?
2. puntos para "la Minipizza?"
1. pá mi.

Estaría bien intentar un 2.0 en el futuro para ver que tenían Eli y Poli....