Shoujin escribió:Porque es el propio autor el que busca el desarrollo psicólogo en prácticamente cualquier personaje. No son sencillos, para nada, lo que yo percibo es que son poco realistas, sobre todo los que tienen POV. Aquí se juntan dos aspectos y es que Sanderson, en su intento de dotar de contexto toda la obra, hace que sus personajes sobreanalicen y sopeses cada uno de sus pasos, cálculos mentales que tienen mucho más que ver con los robots que con los humanos. Me da la impresión de que Sanderson genuinamente piensa que las personas tendemos inequívocamente al bien, excepto cuando nos perdemos (para volver a rescatarnos). Hay una moral religiosa determinista volando en todo eso.
El segundo punto es más conflictivo porque ni siquiera yo, que lo he empezado, sé muy bien lo que pensar. A veces la magia de sus novelas parece más ciencia que otra cosa. Seguro que aquí hay gente, y me incluyo, que le gusta conocer bien el porqué de todo. Pero al mismo tiempo, le quita un poco de gracia a esa magia intangible y misteriosa que, como toda cosa que la mente humana no puede concebir, nos resulta tan sugerente. Esto ocurre más en Mistborn que en el Archivo, pues todo el rollo metales, que a veces puede resultar cansino (no hace falta saber a cada paso qué metal están quemando), se percibe veces más como herramientas. En el Archivo sí que hay más una verdadera progresión y sacrificio en la adquisición de nuevos poderes.
Parece que odio a Sanderson y no eh, me turboflipan sus libros.
No puedo hablar de Sanderson específicamente, pero en cuanto a los sistemas de magia, duros o blandos, cada uno tiene sus ventajas e inconvenientes. Un sistema duro hace todo más consistente y obliga al autor a ser creativo con lo que se puede hacer dentro de los límites fijados. La pega es esa, si no sabes cómo trabajar dentro de los límites que le has impuesto al sistema este se va a hacer aburrido, y por eso no son necesariamente lo mejor.
Los sistemas blandos funcionan mejor, en mi opinión, si la magia no es central en la historia, si se le quiere dar un aire misterioso. No saber cómo funciona ni cuáles son los límites claros da mucha libertad al autor, pero se arriesga a querer usar la magia para resolverlo todo. Vendría siendo como en el ciclo de el Legado cuando el autor recurre a "magia inexplicable de dragones" para salir de callejones donde se había metido.
Hay un riesgo muy presente de acabar con deus ex machina a cada rato y quitarle la tensión a la historia si no está claro qué puede o no puede hacer la magia.
Luego están los falsos sistemas duros, como en Naruto, donde la magia se sustenta con una energía inmedible que es muy difícil de mantener coherente, porque los personajes tienen que verbalizar que se están quedando sin chakra/maná/chi si el autor quiere poner fin a una pelea, o si alguien hace una burrada mágica es porque tiene "increíbles reservas de chakra/maná/chi" o algo así, y al final no hay límites realmente.