Bueno púes hice caso a tu consejo de subir a mis personajes al 80, que no tomo mucho con el item ese que te dobla la experiencia matando monstruos en la torre perpetua. Despues fui a con el sabio y me mato, pero al segundo intento fue diferente, casi ni daño me hizo, la estrategia fue simple. Tiz era Ninja/Esgrimago. Agnes era Maga Espiritual/Maga Blanca, Ringabell era Templario/Caballero, Edea Monje/Caballero Oscuro.JoNaota escribió:Mi consejo, en primer lugar, es que subas un poco más de nivel, al menos hasta que estés al 75 u 80, pues te facilitará todo lo que viene ahora bastante (las batallas contra los poseedores de asteriscos se complican bastante).
Por otra parte, esta batalla realmente no es difícil, tan sólo es muy, pero que muy pesada. El Sabio Yulyana se dedica básicamente a hacer dos cosas: potenciarse exageradamente en ataque físico para hostiarte y potenciarse brutalmente en ataque mágico para fulminarte a hechizos. ¿Cuál es la clave? Aparte de estar siempre muy atento a las tareas curativas (y a ser posible, subirte tú también los stats defensivos), lo suyo es que le reduzcas su ataque físico o mágico en cuanto lo haga. Si dejas que este tipo se potencie y te pegue un par de veces, ya tienes el combate sentenciado.
Oficios como el Pirata (para anular los potenciadores del Sabio), el Maestro Espiritual y el Artista (para mejorar tus defensas y disminuir los daños recibidos) pueden serte muy útil.
Espero haber sido de ayuda y suerte, ¡mucha suerte!
Con Tiz Bravex4 cargaba magia de fuego y atacaba a full.
Default con Agnes para lanzar lazaro+ o cura++ al grupo y lanzarle tambien antimagia al sabio cuando se necesitara.
con Ringabell protegia a Agnes.
y con Edea, vuelo de fenix y diferencial a full.
la estrategia no vario mucho en toda la pelea, el monje se dedicaba a atacarme solo a Agnes por alguna extraña razón y a usar ese ataque que le potencia sus estatus. lanzaba el antimagia de Agnes al sabio, y cuando me atacaba a Agnes le quitaba solo 1 de daño a Ringabell. lo demas fue trabajo de Tiz y Edea.
