Tiempo que no escribia nada por aquí, pero sólo mi ausencia era en lo escrito, ya que he estado leyendo casi todos los dias este tema. Hay varias cosas que quiero comentar, pero ahora ando algo corto de tiempo, así que lo dejo para luego. Sólo me limitare a responder la pregunta de Gargadonmon; pregunta que por cierto llevaba bastante tiempo esperando que me hicieran. El asunto con el barco y el porque en un principio me referia a él como si estuviese a punto de hundirse, es simple y sencillamente la manera en la que represente un extraño fenomeno en torno al barco, que por cierto, creo, olvide comentarle a Rido, y es el hecho de que efectivamente, luego de reaparecer, el barco estaba a bastante mal traer, pero sin embargo, a medida que va recuperando a sus tripulantes, empieza a recuperar también su viejo y normal estado(para referencias vease el capitulo donde se reunen con As). Seria esta una especie de regeneración, la cual, pronto sera nuevamente tema. Espero de esta forma haber saciado en algo tu duda, amigo Ren..bah, digo Gargamon...jejeje. Y bueno, eso, ya luego comento los excelentes capitulos que han dejado y de paso cuelgo el mio que se esta atrasando bastante. nos leemos.
Pues yo iba a decir que me ofrecía a algo (si me necesitaban) con esto de la influenza porcina de mi país (han hecho mucha alarma para que hoy en la mañana digan en radio que no es tan peligrosa como se pensaba ¬¬) pero ahora mismo me ha salido un trabajo de Digimon Adventure para mi página web y tengo que terminarlo antes del jueves que regreso a clases.
Parece que nadie postea... así que dejaré un aviso que Silver me dio hace como dos semanas o más...
Long_Jhon_Silver escribió:Por otro lado debo informarte que lamentablemente me tardaré bastante en actualizar el otro tema, ya que por alguna extraña razón los capitulos que había logrado terminar, han desaparecido de mi pc...Así que hasta que no vuelva a tener tiempo, no podre dejar nada por allí.
Ahora quisiera lanzar una pregunta al aire como método de distracción: ¿Qué es lo que hacen antes de escribir un capítulo? ¿Cómo enlazan las ideas en la mente antes de plasmarlas?
Y ya que estamos con el link que puse un poco más arriba, les invito a que conozcan mi otra faceta de "no-digitard", en otro tema que he abierto por aquí. Es algo que llevo haciendo en mi tiempo libre, y una manera de perder el tiempo viendo que nadie actualiza por aquí.
PD: Sí, he hecho publicidad, pero menos descarada que la que hace Rido, lo es.
Valla tela como esta el tema de parado. Por mi parte solo pedir disculpas por no pasarme y no dejar historia alguna, pero la guerra me tiene completamente absorbida. Intentare hacer un hueco y poner alguna cosilla.
@Eratia: Espero que en FanFiction.net. les este gustando los capítulos publicados
Yo simplemente tengo demasaidas cosas en la vida presonal, juntado con una falta total de inspiración. Simplemente no puedo escribir últimamente. Buena idea la de eratia, pero creo que deberías empezar por las que no son de Silver que esos ya están en FF.net, mejor empezar por los que no están.
Si crees saber algo con certeza preocupate, quiere decir que no sabes nada del tema
¿Todavía no lo sabes?El verde esta de moda|| 7NA Mi blog||The Night Watch is watching you
Una suave lluvia caía en Syrup. La nube había llegado por la tarde, y caía suavemente sobre la pequeña isla, como si intentara con su suavidad arrastrar las dudas y el miedo que manchaban las almas de las personas. Eratia llevaba un rato en el exterior, sin hacer ningún esfuerzo para cubrirse de la lluvia. La única concesión que había hecho a la lluvia fue quitarse las gafas, porque con el agua ver era visión imposible.
Eratia había descubierto tiempo atrás que estar bajo la lluvia le ayudaba a pensar y a concentrarse cuando tenía que darle vueltas a algún asunto. Aunque, como venía siendo una costumbre, simplemente, estaba pensando en todo lo que le había pasado en ese tiempo. Normalmente no era una persona demasiado introspectiva, ya que vivía siempre a la situación presente, y no disfrutaba dándole vueltas a los acontecimientos pasados, pero no podía asimilar todo lo que había ocurrido en ese tiempo. Así que intentaba encontrarle a todo un sentido, pero sentía que le faltaban piezas para poder montar el minipuzle.
-¿Se puede saber que haces aquí?
El navegante se giró para ver quien le interpelaba. La había reconocido por la voz, pero eso no impidió que entrecerrara los ojos para distinguirla la cara.
-Nada en especial, Estella.
La médico llevaba un paraguas con el que se protegía de las gotas que caían del cielo. Tenía una sonrisa resignada, como si se esperase cualquier cosa.
-Y mira que pensaba que tú eras el que tenía la cabeza mas amueblada de entre nosotros. No te imaginaba quedándote afuera con la lluvia. Porque si sigues así te vas a pillar un trancazo de aupa. Así que adentro de la casa, o te llevo de la oreja.
-Vale, vale, ya voy. – Pero aún así el hombre sonrió. La doctora, tras los días que habían pasado tras el incidente del Starsy, había conseguido integrarse como una más en el grupo. Estella, Mei, Rido, Hilmar y Seastone estaban empezando a llevarse bien (aunque el fantasma era demasiado cargante muchas veces). Y el navegante estaba contento de poder ser incluido dentro de ese grupo
El empapado Eratia se levantó, con una pequeña sonrisa en los labios. Y se dirigió hacia la casa de Usopp, escuchando la amable pero severa regañina que le estaba echando. Al final, para que dejara de darle la tabarra, intentó cambiar de tema.
-¿Y tu que haces fuera? Porque no pareces del tipo de persona que le guste pasear bajo la lluvia.
Estella esbozó una sonrisita, perfectamente consciente de lo que quería intentar el navegante, pero, por esta vez, lo dejó pasar.
-Estuve practicando un rato. Cuando empezó a llover no me quedó más remedio que ir a la casa de la doctora Kaya. Y como la gente estaba preocupada porque no aparecías, salí a buscarte.
Y tras eso, reanudó su charla al chico. Casi le recordaba a su madre cuando había hecho una tontería con Taanis y Senka. Cuando al fin llegaron a la mansión, Merry, el mayordomo, puso el grito en el cielo, y arrastró al empapado Eratia hacia el baño, sin escuchar ninguna de las quejas del chico, que seguía insistiendo que si le daban una toalla estaría bien.
Estella, por su lado, dejó el paraguas en el sitio que le habían indicado para que secara, y entró a uno de los salones de la mansión, donde esperaba encontrar a los demás. La verdad es que últimamente esa casa era una locura. En más de una ocasión había visto volar huevos lanzados por el hijo de Usopp…que invariablemente acertaban a su víctima, que por desgracia para el, había acabado siendo Franky de una forma casi constante.
Brook también era un espectáculo. Mei y Seastone se le habían quedado mirando más de una vez, susurrando entre ellas si su afro era de verdad o solo una peluca. Esto le había partido el corazón al esqueleto, según el, aunque un instante después añadió que no lo tenía, y que no, gracias, no quería que Mei le troceara para usar sus huesos para el cocido, yohohohoho.
Usopp, en cambio, era un personaje bastante normal. Era serio y parecía bastante cabal… hasta que le daba la neura y empezaba a contar historias tan increíbles que no podían ser mas que invenciones… por lo menos con un 90% de probabilidad que fueran falsas. En ese mundo nunca se sabía.
Kaya, por otro lado, parecía estar llevando bien su embarazo, y había disfrutado mucho de las charlas que había mantenido con ella. En algunas ocasiones se les había unido Robin. Aún se acordaba de la primera vez que la vio en la Joya de la Corona. Tras toda la tensión que fue había sido su deserción, casi le dio un ataque cuando le presentaron tanto a Franky como a Robin.
Cuando cruzó por fin la puerta del salón, se sorprendió un poco al ver a los tripulantes de la Joya de la Corona allí, sentados. Mei-Lian Arakeist, Seastone y Rido estaban allí, y supuso que Hilmar estaría cuidando del barco. Su nuevo compañero de travesías era un bicho la mar de raro. Aparte de para fastidiar no servía para mucho, pero su mera presencia daba yuyu.
-Ya estas aquí.- Hizo notar Seastone.- ¿Has encontrado a Eratia?
-Si. Estaba bajo la lluvia, calándose. Ahora está en el baño. –Contempló la cara de seriedad que tenían todos.- ¿Ocurre algo?
-Tenemos que hablar.- Dijo Rido, serio.- Íbamos a esperar a Eratia, pero podemos empezar sin el.
Salgari se sentó en uno de los asientos, con cara de interés.
-Pues adelante. ¿De que queréis hablar?
-De que es lo que vamos a hacer.- Mei tenía una expresión solemne en su carita, que hacía bastante gracia. Resultaba sorprendente como era la chica. En un momento dado era dura y seca (y bastante peligrosa, hay que añadir) y al siguiente un trozo de pan.
-Vale… Ahora, ¿os importa explicar exactamente a que os estáis refiriendo?-Estella decidió cortar la deriva en la que estaban yendo. Estaban sugiriendo cosas, pero no especificaban nada.
-Muy sencillo. ¿Qué hacemos a partir de ahora?- Respondió Rido, con el ceño fruncido.- Hasta ahora nos hemos estado uniendo, pero simplemente por necesidad. Nos hemos juntado todos porque no podíamos ir a otro sitio. A mí y a Eratia nos buscan. Estella huyó por las atrocidades que vio en su antiguo… “trabajo”. Hilmar… es Hilmar. Seastone está aquí por sus propias razones…- Rido no sabía cual había sido la historia de la domadora de kariouseki, así que no quería decir nada para no herirla.- Por lo que se, solamente Mei está aquí por su propia voluntad.
-Creo que voy pillando tu punto.
-Lo que quieres preguntarnos, es si queremos seguir aquí o tomamos caminos distintos, ¿me equivoco?- Preguntó Seastone
-En absoluto.
Siguieron unos minutos de silencio, mientras todos le daban vueltas al asunto. Mei-Lian fue la primera que lo rompió.
-Yo quiero seguir aquí. Yo… yo…-La niña, porque eso era, parecía a punto de romper en lágrimas.- No tengo otro sitio a donde ir.
Estella contempló a Mei, y la decisión que llevaba tanto tiempo rondando por su corazón se transformó en definitiva.
-Es cierto que si en estos momentos quisiera regresar a la Marina aún podría hacerlo. Pero… aquí estoy mucho mejor.- No fue capaz de decir que por primera vez se sentía aceptada.- Así que yo me quedo.
-Esos son exactamente mis sentimientos.- Disparó Rido. Había perdido todo. Pero, a pesar de todo, estaba dispuesto a buscarse un nuevo lugar en la vida.
Todas las miradas se desviaron a Seastone. Todos sabían que la chica también pertenecía a los Outlaws de Silver, así que sería lógico que no quisiera abandonarles. Pero ella se estaba acordando de la vez que conoció a Eratia y el le salvó la vida, de cuando escuchó su historia, las charlas que mantuvo con Estella, la salvaje Mei Lian… y sobretodo cuando la salvaron de si misma sin siquiera reprocharle nada.
-Yo… me quedo también.
Los demás se quedaron callados unos segundos, mientras asimilaban lo que había dicho. La sonrisa subió a sus labios mientras lo asimilaban.
-Así que solo falta Eratia…- Dijo Mei con una sonrisa pícara.
-Por lo poco que se de el,- intervino Estella, con una sonrisa similar.- no dirá que no.
Pero esta vez Seastone fue la que sonrió pícaramente.
-Tengo una sugerencia…- Hizo un par de gestos para que todos se acercaran para contarles su idea.
-Buf. Que bien me he quedado.- Eratia había salido del baño de muy buen humor. Después de todo, no muy a menudo podía darse un buen baño caliente en una bañera sin tener que salir corriendo a mitad de enjabonado (Ya fuera por una gamberrada de Kaiten o porque unos cuantos cañonazos informaban que la marina llegaba). Así que había disfrutado de ese poco común lujo todo lo que había podido, y estaba bien relajado.
Se había puesto una camisa blanca y un pantalón limpios, y tenía una toalla en los hombros. Bajó las escaleras silbando, sorprendido de la falta de jaleo. Estando cerca de loa Muguiwara uno se acababa acostumbrando al ruido, así que supuso que estarían en el Thousand Sunny, o en cualquier otro lugar, preparando su cruzada contra el mundo. Aunque, si se paraba a pensarlo, pobre mundo. Si hubiera un corredor de apuestas cerca, apostaría por ellos sin pensarlo.
Cuando vio a Merry, el mayordomo, se acercó a preguntarle donde estaban todos. Pero el hombre del extraño peinado le dijo que le esperaban en el salón.
-¿Me esperan en el salón?-Eratia alzó una ceja. Por su mente pasaron en un momento una infinidad de posibilidades.- ¿Quién?
-El señor Rido, y las señoritas Seastone, Arakeist y Salgari. Me pidieron que en cuanto estuviera disponible que le avisara de que querían verle.
-…Ah.- Mentalmente, se arreó un capón por haber dejado que su mente se pasara siete pueblos.- Pues voy a ver que quieren.
Cuando entró en el salón vio como todos estaban allí, con la mirada perdida. Pero en cuanto entró, todos desviaron la vista hacia el. De pronto, de forma simultanea, una sonrisilla maliciosa cruzó sus caras. Era tan parecida a la que había visto en las caras de Senka y Taanis cuando iban a meterle en un lío que todos sus instintos le estaban gritando que se diera la vuelta y batiera todos los record de velocidad que existían para alejarse de allí.
-Euh… ¿Qué andáis tramando?- Las sonrisas se acentuaron. El navegante tragó saliva. Vale. Se acababa de meter en un buen lío. No tenía ni idea de en que fregado exactamente se había metido, pero le había caído encima uno gordo de verdad.
-¡¡¡¿PERO QUE?!!!- Eratia estaba boquiabierto. Y tampoco era precisamente común en el gritar, pero le habían pillado totalmente fuera de tercio. Se llevó la mano a la cara y respiró profundamente para calmarse.
-Vamos a ver. Tiempo muerto. Y volvedme a explicar todo, que me parece que no pillo de que va el asunto. Y, por favor, que me lo explique solo uno.
Estella se aclaró la garganta.
-Es muy sencillo. Hemos estado discutiendo sobre que queremos hacer con nuestros futuros.
-Aja.
-Y hemos decidido formar nosotros una tripulación pirata por nuestra cuenta. Ni Outlaws ni nada por el estilo. Nosotros solos.
-Vale, hasta ahí lo sigo.
-Y queríamos que tú fueras el capitán de esa tripulación.
El navegante suspiró, antes de decir algo.
-Vale, parece que antes si que escuché bien.- Se quitó las gafas y se restregó los ojos, haciendo tiempo para pensar.- No tengo ningún problema con lo de la nueva tripulación, y formaría parte de ella encantado. ¿Pero porqué tengo que ser yo el capitán?
Los otros cuatro intercambiaron una mirada y se encogieron de hombros, suspirando. A Eratia le cayó una gota de sudor por la cabeza, porque tenía la impresión de que estaban pensando algo del estilo de cómo podía ser tan espeso.
-Vamos a ver…-Soltó Rido.- ¿De verdad necesitas preguntarlo?
Eratia solo alzó una ceja, intentando ignorar a Mei, que se estaba revolcando en el suelo de la risa.
-Tcht.- Soltó Estella.- Si al final Robin va a tener razón.- Como si estuviese explicándole algo un niño, la doctora empezó a hablar.- No creo que lo hayas hecho de forma consciente, pero desde el principio, has empezado a actuar como el responsable del grupo. Decidías las rutas por las que íbamos,- ignoró las quejas del hombre diciendo que era exactamente eso lo que hacía un navegante, que, casualidades de la vida, era a lo que el se dedicaba.- aunque normalmente no decías nada, tomaste el mando en momentos de crisis, y fuiste tu, tu, el que diseñó en un momento las estrategias con las que salvamos varios escollos muy complejos.- Paró un segundo y luego siguió.- Además, que tengas una recompensa como la que tienes no es precisamente algo malo en este negocio.
El citado navegante no sabía que decir. De principio, nunca había querido el cargo. No tenía el más mínimo interés en mandar sobre nadie y los fregados que se podían derivar de todo eso. Pero tampoco le desagradaba la idea en extremo.
El auténtico problema era la táctica que estaban empleando las tres chicas del grupo. Las tres a la vez le estaban poniendo ojitos de cachorro. Tras años con Senka, había desarrollado una cierta inmunidad a esa táctica. Pero un ataque a tres bandas era demasiado hasta para el. De facto, Rido estaba pegado a la pared, no fuera que el aura que emitían las tres le afectara también.
-Sigh… Vale, pero con una condición.
-¡¿Cual?!-Los otros cuatro que estaban en la sala habían dicho eso a la vez, lo cual provocó un interesante efecto sonoro.
-Que antes de que decidáis si queréis que yo sea el que mande o no, que escuchéis lo que tengo que deciros. Todo. ¿De acuerdo?
Y tras eso, Eratia empezó a contar todo lo que le había pasado en su vida. Todo. Lo de sus padres, su infancia, su tiempo en la marina y su expulsión. Su tiempo en la banda de Senka, como conoció a Hakurón, como superaron distintos problemas. Contó también el hecho de que habían experimentado con el cuando era joven y el incidente de Xarmentes. Como pasó varios años oculto en un pueblo y lo que le ocurrió en Punto Ciego.
Se guardó algunos datos, como la historia de Hakurón (porque estaba seguro de que Mei no podría soportarla) y algunos secretos que prefería mantener ocultos de momento. Pero por lo demás… contó todo. Varios de ellos conocían partes del total de la historia, pero hasta ese momento nade conocía la totalidad. Y las caras de su auditorio eran bastante explícitas.
Mei se estaba acordando en esos momentos de lo que le dijo al navegante cuando se conocieron.
-Y tú... ¡NO TIENES NI IDEA! ¡Estilo de la Luna Triste! ¡Kamaitachi Kaiten!
-No tengo ni idea, es cierto,-Susurró Eratia.- pero tú tampoco.
Tras haber escuchado la historia, se estaba sintiendo mal de verdad. No había tenido ni idea de nada cuando dijo le dijo todo eso, pero debió haber intuido algo cuando Eratia comentó que había mas personas que habían pasado un infierno. Poniéndolo mal y pronto, se le estaba cayendo la cara de vergüenza.
Rido, en cambio, parecía que se había tragado un limón de la cara que había puesto. Enterarse exactamente de porqué le habían hecho a Eratia lo que le habían hecho en el Starsy le había sentado mal de verdad.
Estella, en cambio, parecía dispuesta a levantarse y golpear a algo, preferiblemente si llevaba un traje blanco con bandera de gaviota.
Y Seastone… la sorpresa se notaba en todos los poros de su cuerpo. Ella había escuchado antes la historia de su juventud, pero el resto la había pillado desprevenida.
-Y creo que eso es todo lo importante que debía contaros.- Finalizó su historia Eratia.
Unos minutos de silencio siguieron a la finalización de esta historia. Eratia, durante todo ese tiempo, mantuvo una cuidadosamente construida cara de poker, mientras observaba las caras de sus compañeros. Hasta que al final uno de ellos rompió el silencio.
-¿Porqué nos has contado todo esto?- Rido. Directo al grano. Seguramente mas de uno se estaría haciendo es pregunta… junto con otras. Pero, no quería responder a otras preguntas de momento.
-Muy sencillo. Me estabais pidiendo que fuera vuestro capitán. Pero no sabíais gran cosa sobre mí. Algunos ya sabían algo, pero nunca la totalidad. Y además, ¿Cómo podéis confiar en alguien del que no sabéis gran cosa? Y mas aún si queréis que sea vuestro… jefe.
-¿Con eso quieres decir que no confías en nosotros?- Preguntó Estella, un poco seca.
-Todo lo contrario.- Eratia no pudo evitar una sonrisa ante la cara de mala leche de la doctora.- ¿O es que te crees que le voy contando mi vida al primero que pasa? Todo lo que os he contado solo se lo podría haber contado a otras tres personas en el mundo. Yo confío en vosotros. Pero, lo que quiero con esto (y más si al final me acaba cayendo encima el marrón), es que vosotros confiéis en mí. Nada más. Y ahora la pregunta. Tras todo lo que habéis escuchado de mí, ¿aún queréis que sea vuestro capitán?
Los cuatro cómplices en el delito cruzaron una mirada y asintieron. Luego le miraron.
-Sesh. Parece que hay mayoría.- Eratia sonrió para si mismo.- De acuerdo, vosotros ganáis. Seré vuestro Capitán. Aunque sigo sin considerar que valga para el puesto, que conste en acta.
El carpintero loco estaba sentado en un sofá, con una botella de coca-cola en la mano, mirando a las musarañas.
-¿Huuu? Ah, eres tú. ¿Qué tripa se te ha roto ahora?
-Tengo un problemilla entre manos.
A Eratia siempre le había costado abordar al esquivo carpintero. Cuando lo conoció en Relthar, normalmente siempre acababa recurriendo a Rido, ya que tampoco es que se llevaran especialmente bien. Ni tampoco mal. Simplemente, no se llevaban. En la Joya, la situación cambió a lo raro, con la desaparición de toda prenda de cintura para abajo del hombre, si obviamos los tangas, claro.
-¿Un problemilla?
-Para ponerlo de forma directa, necesito un barco.
Franky se quedó sin saber que decir a eso.
-¿Un barco?- Repitió las palabras del navegante levantándose las gafas de sol.
Y en ese momento Eratia suspiró y contó lo que le había ocurrido un rato antes, mientras el y los demás estaban fuera.
-Entiendo…- Franky se había reído con ganas cuando Eratia le contó lo que pasó mientras ellos estaban ocupados en sus asuntos (principalmente, asegurarse de que tuvieran muuuuuuucha comida en el Thousand Sunny para cuando pudieran rescatar a Luffy).- ¿Pero cual es tu problema?
-Que el único barco que hay disponible, la Joya de la Corona, no es como el Zafiro. No me pertenece a mí ni a mi tripulación. Es del Rey de los Piratas. Es vuestro. O eso le entendí a Rido.
-Quitando al Sunny, la Joya de la Corona es nuestra mejor obra. Iceberg, Pauly… Todos colaboramos para fabricarlo. Pero…- Franky se quedó callado unos instantes, recordando todo lo que habían pasado con el Sunny y recordó el Merry.- Por lo menos yo, sabía entonces que ese barco nunca sería dirigido por el cabezón de nuestro capitán.
Eratia se quedó callado, pero en esos instantes dio un respingo al escuchar una nueva voz.
-Así que eso es lo que ha pasado…
-¡¿Robin?!- Como siempre salía de la nada.- ¡Chica, otra de esas y me da un ataque!- Saltó Eratia, sorprendido.
La arqueóloga se rió, divertida.
-Parece que al final acabé acertando, Capitán.
-…Eres adivina.
Esto le hizo mucha gracia a Robin, porque se echó a reír ante la cara de fastidio del navegante.
- Es la primera vez que me llaman eso.- Soltó un par de risas mas.- Y yo creo que no habría problema con que fueras tú el que te quedaras con la Joya. ¿Qué opinas tú, Franky? Eres uno de los padres de la criatura, después de todo.
Esto arrancó una sonrisa de los dos hombres que estaban en el salón.
-Me acuerdo perfectamente del día en que te conocí. Tu barco, el Zafiro de las Olas, si no me acuerdo mal, era una embarcación muy peculiar. No se exactamente por lo que pasasteis juntos, pero casi diría que si hubierais estado mas tiempo juntos, hubiera aparecido un Klabauterman.
-¿Un que?
-Te lo explicaré luego. Y me acuerdo perfectamente de lo que me respondió el chaval cuando le pregunté. Dijo que merecías tener un barco.
Eratia estaba un poco sonrojado, ya que no estaba acostumbrado a las alabanzas y ese día había recibido ya una buena ración.
-Además, si vosotros no os hacéis cargo de el, la Joya se quedará cogiendo polvo. Y un barco solo encontrará su destino navegando, no quieto en un puerto.
Eratia suspiró. Parecía que el problema del barco estaba solucionado.
Era de noche. La noche en que de nuevo su vida había cambiado de golpe. Tenía nakamas. Sonaba bien, y hacía tiempo que añoraba eso. En esos momentos, estaba echando un vistazo al interior de la Joya de la Corona. No es que no la hubiera ya visitado antes en su totalidad, pero la sensación era distinta. Hilmar no estaba visible, lo que era una suerte.
De todas formas, lo que buscaba estaba en una de las bodegas. El Zafiro de las Olas. O la barca que habían construido con su madera. El mascarón que había pasado tantas horas limpiando, esa serpiente con esa joya azul, permanecía tal cual, para su alegría. Por lo menos una parte de esa embarcación con la que retó uno de los mares mas terribles de la tierra seguía con el. No quería perder a un viejo y fiel amigo como ese.
Cuando subió a la cubierta de la Joya, se acercó poco a poco al mascarón. La belleza de la corona seguía asombrándole, aunque ya estaba acostumbrado a ella. Giró los ojos a cubierta y se imaginó a sus nuevos tripulantes en ella. A Rido arreglando algún desperfecto, Estella tomando tranquilamente el sol en una hamaca de cubierta, Mei detrás de Hilmar con los brazos en la cintura y diciéndole algo mosqueada, y Seastone y el intentando calmarla.
Si, definitivamente le gustaba la idea. Trasladó su mirada al horizonte, y luego se dio la vuelta para volver a la mansión de Kaya. Mientras regresaba, seguía pensando en sus nuevas responsabilidades y se prometió a si mismo que esa estampa que se había imaginado, haría todo lo posible para hacer que fuera realidad.
Buenoooooo cuanto tiempo sin pasarme por aqui...., os dejo la siguiente entrega de mi historia, espero que os guste mi última patinada neuronal solo una cosa que decir en mi defensa está sin revisar y habrá patadas al diccionario fijo
- El loco este pretende que le pague mil millones de berrys y...¡CLACK!-
- Mierda, Sakura.- Gritó Sei tumbada boca abajo con Hana sentada en su espalda.
- Le han colgado, no hace falta que grites.- Le dijo Akane soltándose del abrazo del oso con que la espachurraba Hana.
- Vamos a buscarla pero ya.- Ordenó Hana.
- Pues claro que sí, no hace falta que te pongas así.- Dijo Akane.
Fueron corriendo a babor para bajar a tierra de un salto, pero cuando llegaron allí había un ejército de tíos raros, como el que se la había llevado.
- La madre...- Murmuró Akane.- ¿Qué se supone que vamos a hacer con estos muditos?- Preguntó señalándolos con cara de fastidio
- Son demasiados.- Dijo Sei.
- Sí, pero Akane y yo podemos entretenerlos mientras tú vas a por Sakura.-
- Pero si yo me voy aún tendréis menos posibilidades de aguantar, ¿no?-
- Eso lo dirás tú.- Contestó Akane.- Serás muy buena con lo tuyo pero peleando eres un paquete.-
- EEEEHHHH.- Se quejó Sei.
- La verdad ofende.- Remató Akane con solemnidad, con el aire azotando su pelo, al fondo se veía a Sei mirándola con cara de fastidio.
- Dejad de discutir de una maldita vez, no es el momento más adecuado.- Ordenó Hana.- Sei, cuando veas hueco libre, echa a correr como no lo has hecho en tu vida. Akane, ¿preparada?-
Por contestación sólo obtuvo sendos movimientos afirmativos de sus cabezas. Cuando dio la orden Hana y Akane saltaron del barco y empezaron a atacar.
Eran cientos contra dos, pero eran cientos con una lentitud pasmosa de modo que pese a estar en aparente desventaja Akane y Hana no tardaron en abrir un pequeño hueco en la densidad de pasmaos. Inmediatamente abierto el agujero, Sei saltó del barco y se escurrió como una flecha evitando los lentos golpes dirigidos hacia ella con total facilidad.
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Mientras en el palacio del perturbado de Sanbubu, había hecho un aliado. Tras colgar el mini den den mushi el hombre joven me habló.
- Sanbubu tiene escuchas en los den den mushis, será mejor que apagues eso.-
- ¿Qué?- Me extrañé no me fiaba de los aliados repentinos.- ¿Qué pretendes?- Le pregunté con suspicacia.
- Sacarte de aquí y que me lleves contigo.- Contestó Exane.- No pienso pasarme la vida sirviendo a este chiflado, pero tampoco me quería arriesgar a una lobotomía hasta que viniese alguien con alguna posibilidad de salir entero. Tú eres mi caballo ganador.-
- Ves a cagar hombre.- Le contesté.- La suerte que tienes es que necesito tu ayuda, entonces tú me ayudas a salir de aquí y yo te llevo conmigo hasta que te canses.- Dije tendiéndole la mano.
- No me asustes leche, creía que me ibas a decir que no.- Sonrió apretándome la mano en un fuerte apretón.- De momento no se imaginan nada de esto así que debemos aprovechar mientras podamos para...-
Mientras hablaba el joven se empezó a escuchar la música de Benny Hill a todo volumen.
- ¿Pero que...?- Me extrañé.
- Es la alarma.- Explicó Exane.
- Pero en que lugar absurdo me he metido.- Exclamé enfadada.
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Akane y Hana luchaban a brazo partido, espalda con espalda y desde luego ganaban por goleada cuando de repente una música absurda empezó a escucharse por toda la isla.
- ¿Qué demonios es eso?- Preguntó Hana dándole un derechazo a un pasmao que tenía cerca.
- Ni idea.- Contestó Akane descargando un golpe con una vara que había encontrado por allí.- Pero me están entrando ganas de correr a cámara rápida.-
Mientras la que sí corría a cámara rápida era Sei, que veía cómo el edificio con forma de palacio japonés se iba acercando a su vista.
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En el palacio Exane y yo nos asomamos con cautela a la puerta, estábamos en un corredor larguísimo repleto de puertas en ambos lados del pasillo. Al no ver a nadie en el pasillo salimos de puntillas de la habitación pero cuando nos disponíamos a desaparecer tras una puerta apareció un montón de guardias sin lobotomía alguna. Inmediatamente echamos a correr con los guardias tras nuestros pasos, entramos por la tercera puerta de la derecha y salimos por la primera de la derecha confusa me giré en todas direcciones sin entender qué demonios pasaba allí, los guardias entraron tras de nosotros pero salieron por la quinta puerta de la derecha. Al vernos echaron a correr y nos metimos por la primera puerta de la izquierda con los guardas detrás, Exane salió por la segunda puerta de la izquierda y yo salí con un guardia delante de mi por la primera puerta de la derecha. El guarda al darse cuenta de que era el perseguido en lugar del perseguidor se giró corriendo, al verlo venir hacia mi agitando una porra de acero en la mano derecha se metió por la puerta por la que había salido, Exane al verla echó a correr tras el guardia y salió antes que nadie por la cuarta puerta de la derecha mientras el guardia y yo salíamos por puertas opuestas, ya pensaba Exane que me volvería a esconder por la puerta que tenía detrás cuando...
- Pero que demonios hago.- Murmuré, acto seguido le estampé un puñetazo al guarda en toda la nariz provocando un crujido que dolía solo de escucharlo, y un chorro de sangre salió disparado salpicándome.- Esta musiquilla nos está volviendo idiotas.-
- Es precisamente el objetivo de la alarma.- Afirmó Exane.
En ese momento aparecieron el resto de los guardias por las distintas puertas.
- Amos, que la vamos a liar parda.- Murmuré haciendo crujir los nudillos.
A mi lado Exane había empezado la faena, y aunque no podía verlo bien, pude comprobar que Exane daba puñetazos como panes. Sonriendo me puse a repartir golpes.
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La situación estaba empezando a apoderarse de Hana y Akane, aunque eran lentos eran difíciles de derribar y eran como las moscas, cuando mataban a uno acudían más al funeral.
Por su parte, Sei ya había llegado al enorme portón de entrada, como esperaba estaba cerrado, así que se puso a forzar la cerradura. Pero al poco de empezar se abrió de un golpe brusco dejando a Sei aplastada contra el metal como si de un mosquito en un parabrisas se tratara. Salió un ejército de descerebrados que sin duda se dirigían a la explanada del barco, cuando terminaron de salir todos por la puerta se coló Sei con rapidez.
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Exane y yo ya habíamos acabado con los guardias así que empezamos a correr de nuevo, esta vez con un sentido.
Exane delante de mí iba indicándome el camino. Cruzamos una puerta y nos encontramos frente a un abismo descomunal, tan solo un pequeño puente de piedra permitía salvar el barranco. Acongojada me pegué a la puerta, había estado a punto de pisar en falso con las prisas, Exane me miró riéndose.
- Si ya has pasado por aquí a la entrada.-
- ¿A sí?- Pregunté con los ojos desorbitados al no ver el suelo.
- Sí.- Contestó el joven, iba a dar un paso fuera del puente, aterrada le cogí del brazo tratando de detenerlo. Sin entender ni jota, Exane empezó a reírse como un loco y finalmente dejó caer el pie pesadamente en la nada. De pronto lo entendí todo, ese hijo de su madre me había tendido una trampa en la que había caído como una tonta, intentando evitar la desgracia solté su brazo apresuradamente, si caía que cayera solo el muy loco. Me aplasté de nuevo contra la pared mientras veía su pie cayendo a cámara lenta, hasta que... ¡¡TAP!!
Había cerrado los ojos para evitar ver la desgracia por lo que el sonido me descolocó, entorné los ojos y pude ver a Exane sobre el precipicio.
- ¿Qué?- Me extrañé.
- Está pintado, es un efecto óptico.- Se descojonó Exane tirado en el suelo y revolcándose como un crío.
Con la cara sombría pensándome si lo mataba ahora o me esperaba a luego y las manos en los bolsillos empecé a caminar por encima del “abismo”.
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Mientras la situación de Akane y Hana empezaba a ser preocupante estaban acorraladas en un círculo rodeadas de un montón de miradas nubladas y sin entendimiento.
Sei, que ya había logrado atravesar casi todo el castillo sin ser vista por los guardias entró en la última estancia que le quedaba por registrar, era una habitación oscura con una cama y una silla en el suelo vio la mochila que Hana le había dado a koraxan al salir del barco con el mini den den mushi conectado cerca. Debían de haberla capturado, recogió la mochila y el den den mushi, fue a la ventana para ver si lograba orientarse y de paso ver cómo les iba a Hana y Akane y vio dos cosas preocupantes, la primera parecía que a las chicas le iba bastante mal, y la segunda...
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- Ya salimos.- Me aseguró Exane, abrió la puerta de un golpe y la luz del sol entró a raudales.
- ¡AH! He visto la luz.- Grité.- Y quemaaaaaa.- Me puse las manos en los ojos tratando de que mi visión se adaptara a un sol tan radiante y me dejé caer, quedándome sentada como una niña enfurruñada.
Exane se paró junto a mi con paciencia y esperó a que mis ojos se habituasen a la luz, tras unos minutos de lagrimeo parecía que ya podía abrir los ojos sin problema, todavía me molestaba tanta luminosidad pero parecía que ya podría echar a correr sin causar más problemas, me levanté dispuesta a correr como una liebre ya que mi cura había sido meteórica.
- ¡¡¡¡¡¡¡ KORAXAAAAAAAAAAAAAN!!!!!!!- Escuché.
- ¿Sei?- Me extrañé mirando en derredor sin verla.
- ¡¡AQUIIIIIIII!!- Volvió a gritarme.
Siguiendo la voz me giré hacia el palacio y pude ver la silueta lejana de Sei en una ventana, asomada hasta la cintura y agitando los brazos como loca, mientras me gritaba.
Me di una fuerte palmada en la frente y se la señalé a Exane.
- Hay que ir a buscarla.- Le dije.- Es mi aprendiz.
- Sin problemas.- Dijo Exane dispuesto a volver a entrar en la que había sido su prisión hasta aquel momento.
- ¡¡ESPERAAAAAAAD!!- Gritó el punto lejano a pleno pulmón.- ¡¡YA BAJO YO!!-
Inmediatamente empezamos a oír un estruendo que se iba acercando poco a poco, unos segundos después apareció Sei por la puerta con una enorme estela de humo tras ella, al salir se dobló por la cintura y resoplo con los ojos apretados con fuerza. Era la primera vez que la veía, era una chica jovencita, con el pelo rubio cortado a capas hasta un poco más abajo de los hombros y unos ojos verdes como dos enormes esmeraldas, vestía una camiseta blanca con mangas piratas de color rojo y unos pantalones piratas de deporte de color negro con una raya gruesa de color blanco en la parte externa.
- Vaya mierda de sitio, todo nos sale raro.- Dijo Sei una vez hubo recuperado el aliento.
- Sí.- Afirmé.- Vámonos de aquí.- Le puse la mano en la espalda para asegurarme que pasara por delante de mi y echamos a correr los tres, Exane delante para guiarnos a Sei y a mi.
Nos acercamos donde estaban Akane y Hana y abrimos un buen hueco a base de golpes hasta juntarnos con ellas, todos juntos por fin empezamos la limpieza hacia el barco.
Una vez junto al barco, dejamos subir a Hana y Akane que estaban más cansadas y después fuimos subiendo hasta dejar a Exane que al ver cómo yo terminaba de subir se agarró a la cuerda y empezó a subir con soltura, al llegar arriba cortó la soga para evitar que subiesen los descerebrados. Sei y yo levamos el ancla y Hana soltó las velas mientras Akane ponía rumbo fuera de aquella isla.
Una vez acabamos la huída celebramos con alegría el haber podido salir con vida de allí y con mis ojos por fin en perfecto estado.
"es mejor estar callado y parecer estúpido, que abrir la boca y demostrarlo."
Trabajos, algo de cansancio, los exámenes, el parón que supuso la falta de ordenador durante +o- un mes... cualquier excusa serviría, mal que bien, para justificar por qué hace más de cuatro meses que no pongo un pie en el foro. Pero no merece la pena dar explicaciones. La cuestión es la siguiente: tengo algo/bastante mono de escribir, así que he decidido comenzar a volver a ponerme al día y terminar, ahora sí, el parte de trabajo 20. Espero tenerlo esta semana o, como muy tarde, la que viene. Todo depende de cómo estén de engrasados los ejes...
En fin. En cuanto lea lo que me falta por comentar, comento y respondo a cosas que hayan podido salir en los comentarios.
¡Rido está vivo! Me estaba preguntado que le había pasado a este muchacho. Bueno verte de regreso. Y parece ser que la memoria me jugó una mala pesada pues al abrir este tema veo que no había comentado el capítulo del navegante de la exuberante recompensa. La verdad creo que es el que queda mejor en el cargo y una forma entretenida y divertida de presentarlo, además de una buena carga emocional con el reltato del pasado. Ahora veremos que dice Rido al respecto.
En cuanto a mí, avance bastante en mi próximo capítulo, sin emabrgo la aprte que me saía más naturalemten, el combate, me está creando problemas, pues el "pace" (se me fue la palabra castellana) no es correcto, queda demasiado coonglomerado, matando toda emoción.
Por cierto, a ver si todos hacemos algo ahora que terminan las vacaciones (para mí ya terminaron) y animamos el tema, los que están en bandas, los que no y también los lials, que todso nos hemos desentendido del asunto demasaido tiempo.
Si crees saber algo con certeza preocupate, quiere decir que no sabes nada del tema
¿Todavía no lo sabes?El verde esta de moda|| 7NA Mi blog||The Night Watch is watching you
kurokotetsu escribió:
Por cierto, a ver si todos hacemos algo ahora que terminan las vacaciones (para mí ya terminaron) y animamos el tema, los que están en bandas, los que no y también los lials, que todso nos hemos desentendido del asunto demasaido tiempo.
Hombre, si te vas a poner así... ¿Os acordáis de cierto Vicealmirante y cierto peluche XDD que estaban a punto de encontrarse? Si la respuesta es NO (muy probablemente), os recomiendo que os releáis los últimos capítulos de osin, Ghorrhyon, Terreis y míos.
Y si la respuesta es SÍ... Adelante .
Maximilien y Ricard miraron con verdadera furia al joven pirata que había osado dirigirse a ellos. El chico vaciló un instante, pero se armó de valor para continuar.
- Antes de irse, creo que debería ver a alguien.
- ¿A quien? –preguntó el pirata con impaciencia.
Y en ese instante de entre unos escombros aparecieron varios de sus hombres con gesto triunfal, arrastrando a un marine medio muerto. Maximilien lo observó mientras los hombres se acercaban y finalmente sonrió maquiavélicamente al reconocerlo.
- Acabamos con los otros cinco que lo acompañaban –retomó el joven alzando la voz orgulloso- pero a este quisimos dejarlo con vida para que usted lo viera, capitán.
Pero Doriem ya no lo escuchó. Tan solo se acercó al hombre mientras los demás lo dejaban caer al suelo como un trapo. El sanguinario pirata se acercó y lo agarró fuertemente por la cara. Un gesto parecido a la felicidad apareció en su rostro al ver que aún seguía consciente.
- Vaya, vaya… -dijo lentamente- Pero mirad a quien tenemos aquí…
- Se… señor… Do… -trató de responder el hombre moribundo, pero un puñetazo en el estómago le detuvo. Acto seguido Doriem lo lanzó al suelo violentamente y puso la suela de su bota sobre la cara del tipo.
- Nuestro acuerdo era claro, rata de cloaca. Yo te daba lo acordado y tú mantenías a tus marines en Water Seven quietecitos y sin hacer nada.
- Ughhh… -la bota del pirata presionó con más fuerza.
- Dime Nezumi!! ¿¡Por qué coño este maldito archipiélago está plagado de marines de Water Seven!? ¿¡Eh!? –el capitán pirata se encorvó y alzó la voz notoriamente- ¿¡Por qué mis hombres tienen que salir huyendo hacia Banaro sin tan siquiera poder celebrar la victoria de la batalla esta noche!? ¿¡Por qué maldito inútil!?
- Ra… Ramsus… -consiguió articular el antaño orgulloso capitán marine.
Maximilien apartó la bota de la cara de Nezumi y lo miró con desprecio.
- ¿Aparece un Vicealmirante y ya no sabes donde meterte? Deberías haber recordado quién es tu verdadero superior. –Doriem se giró y volvió a dirigirse hacia su pequeño velero- Eres tan despreciable que no mereces ni mi tiempo ni mi esfuerzo en matarte.
- Gra… gracias señor!! Chi… chi… -gritó el hombre rata con fuerzas renovadas.
- Mis hombres se encargarán de ti.
“Uaaaaaaahhggg” Con un alarido algo exagerado, el grandullón peludo que comandaba a la docena de piratas cayó al suelo de espaldas con un tajo en el pecho. A unos diez metros, sin inmutarse, Ramsus envainó la Luz del Alba mientras oteaba a su alrededor que no hubiera más amenazas.
“Uaaaaaaahhggg” Súbitamente un tipo exactamente igual que el anterior, incluso en la vestimenta, cayó del cielo y se estampó contra su compañero caído, ante la sorpresa del Vicealmirante. Un segundo después Ailing aterrizó a su lado, dio un par de palmaditas y con un pequeño salto rebosante de energía levantó el brazo en alto en señal de victoria. El resto de los marines presentes gritaron al unísono, excepto Ramsus, que tan solo suspiró ante el comportamiento de su amiga.
Con la conquista del Grove 47 Ramsus, Ailing y los refuerzos enviados por el nuevamente operativo Cuartel de la Marina habían conseguido al fin hacerse con toda la “Zona 40” del Archipiélago, cerrando así el círculo exterior de Sabaody y encerrando al grueso de los piratas en las peligrosas zonas centrales. Dicho círculo tan solo estaba debilitado por la “Zona 30”, curiosamente en la que había comenzado el operativo lanzado por Bassabel y el defenestrado Arhatkyo.
Todo ello se debía a que una buena parte del frente pirata se había hecho fuerte en Sabaody Park, probablemente más por simbolismo que por utilidad estratégica. El resto de la zona estaba controlada ampliamente por la marina, pero la reedición inversa del asedio del principio de la noche no estaba dando los frutos esperados. Y por ello es por lo que Ramsus decidió encaminarse hacia allí junto a sus hombres.
Mientras tanto, en el mar, tras recibir las órdenes del Vicealmirante vía Den Den Mushi, el “Polaris” y el “Altair” habían comenzado a abrir fuego a discreción contra los semivacíos navíos pirata, y estaban manteniendo perfectamente a raya la situación a la espera de los refuerzos que habían partido de Marineford y que llegarían en breve.
Habían sido varias horas de incesantes escaramuzas, y con el sol a escasos minutos de hacer su aparición sobre el horizonte, se podría decir que la paz impuesta por la marina poco a poco se iba apoderando del archipiélago. Lamentablemente en un lugar tan especial como Sabaody la palabra “Paz” no era sinónimo de “Orden”. A pesar del éxito que estaba alcanzando la misión, no paraban de llegar a oídos de Ramsus informes de batalla a cada cual más extraño y pintoresco. Desde bandas de piratas al completo derrotadas con tinta de color negro hasta la extraña noticia sobre enfrentamientos entre distintas tripulaciones sin mediación de la marina, pasando por rumores como el de que un desconocido que viajaba en un bote había conquistado un Grove él solo, que los cazarrecompensas presentes habían decidido entrar en la batalla para tratar de sacar beneficio de la situación, que el Florian Express totalmente fuera de control se había estrellado contra varios galeones enemigos cerca de la costa o que los Gyojin también se habían decidido a luchar representados por un grupo numeroso y compacto de especimenes bajitos cuya organización era un tanto caótica. Ni un solo informe daba la menor pista o indicio acerca de Long Jhon Silver, el Caledonia o quien quiera que fuese aquel que había acabado con la vida de su superior. Por suerte tampoco ningún rumor se hacía eco de lo sucedido en el viejo almacén horas antes.
- ¿Quieres un poco? –preguntó Ailing mientras ofrecía media tableta de chocolate a su amigo.
- Hmmm… sí, -Ramsus partió un par de onzas y se las llevó a la boca- Yo también necesito recuperar fuerzas. Esta noche está siendo realmente estresante.
- No tienes buena cara, Ram-chan. ¿Estás seguro de que no ha pasado nada mientras buscabas a Arhatkyo?
- Ya te he dicho que no puedo contarte nada de momento, ¿vale?. ¡Y deja de llamarme Ram-chan! ¡Estamos en una misión importante!
Ailing simplemente rió con picardía, provocando que una sonrisa apareciera en el rostro de Ramsus. Resultaba realmente milagroso el efecto que ella provocaba en el marine. Daba igual lo cansado, machacado, herido o hundido que se encontrase, ya que el mero hecho de que ella estuviera a su lado contagiándole su inagotable energía y optimismo era más que suficiente para que todos los golpes que había recibido en cuerpo y alma desde dos días atrás desaparecieran como por arte de magia.
- ¿Sabaody Park entonces? –preguntó la capitana cambiando de tema descaradamente.
- Sí. Ese es el nuevo objetivo. Y si todo sale como tengo pensado, será el último antes de que podamos proclamar la victoria total. ¿Dijiste que querías montar en la montaña rusa, no?
- Bah, seguro que esos animales sin cerebro la han destrozado junto al resto de atracciones.
- No te preocupes. Si eso que dices es cierto, yo mismo me ocuparé de su reconstrucción. –Afirmó despreocupado Ramsus señalándose al pecho con el pulgar.
- Déjate de chorradas, anda.
- ¿Qué? ¿Es que acaso no me crees capaz de reconstruir un simple parque de atracciones?
Pero Ramsus no logró escuchar la respuesta de su amiga. Un descomunal estruendo retumbó por toda la zona, haciendo que todos los marines presentes se pusieran en guardia tras el susto y la confusión inicial. Aquella explosión no era como todas las que podían haber escuchado a lo largo de la noche. Aunque su procedencia parecía lejana debido a la total ausencia de onda expansiva, el impresionante sonido que había provocado había llegado nítido hasta los oídos de los marines presentes. El Vicealmirante sintió una familiar brisa en la cara y miró hacia arriba para encarar a Ailing, la cual se estaba elevando del suelo lentamente.
- Voy a ver qué ha pasado. –Dijo con gesto de preocupación- Vas a tener que ocuparte del parque tú solo.
- A la orden señora –Contestó Ramsus con una media sonrisa y haciendo con desgana el saludo oficial- Ten mucho cuidado Ailing.
- Tú también.
La capitana salió disparada de nuevo hacia el cada vez más claro cielo estrellado de Sabaody y desapareció entre las ramas de los mangles. El Vicealmirante se giró hacia sus hombres y con un gesto les señaló que era la hora de ponerse en marcha.
- Vicealmirante!! Vicealmirante Ramsus!!
“¿Y ahora qué…?” El marine se giró hacia donde provenía esta nueva voz con cierta indignación por la enésima interrupción de su marcha. Ante sus ojos, saliendo de entre las sombras provocadas por las inmensas raíces de los mangles, apareció un joven muchacho ataviado con un ensangrentado uniforme de la marina que llevaba sobre su espalda a un niño inconsciente y bastante maltrecho. El gesto del joven mostraba la alegría de quien consigue alcanzar un importante objetivo, pero no lograba ocultar el cansancio acumulado.
- Al fin lo encuentro señor. –Dijo el soldado con la voz entrecortada mientras se arrodillaba para poner al niño en el suelo- Necesitamos su ayuda urgentemente.
- ¿Qué sucede soldado? ¿Es por este niño herido?
- Sí, señor. –contestó haciendo el saludo marcial.
- Ese chico tiene muy mal aspecto –Respondió el Vicealmirante mirando con preocupación al niño tendido en el suelo y arrodillándose a su lado- y mucho me temo que la medicina no se encuentra entre mis especialidades. Si al menos Ailing estuviera aquí…
- Ese no es el problema… -contestó titubeante el soldado.
- Creo que lo mejor es que lo lleve al Cuartel de Grove 60. –Ramsus seguía mirando al niño, ignorando a su interlocutor- El camino está asegurado, aunque no estaría de más que vigilase…
- No es eso, señor! –interrumpió valientemente el chico. El Vicealmirante levantó la cabeza y miró al soldado a los ojos fijamente- E… Este niño… Este niño debe regresar con vida a Mariejoa cueste lo que cueste!
- ¿Mariejoa? –Ramsus no pudo evitar sorprenderse ante aquella revelación, pero al instante adivinó la respuesta que iba a recibir.
- Señor… este niño es un noble. Sus padres han muerto y si está vivo es gracias a la ayuda de mis amigos y los primeros auxilios de mi madre. Es el único superviviente de su familia… no podemos dejar que muera también.
En ese instante Ramsus comprobó como tres personas aparecían a la espalda del soldado. En primera instancia, una bella mujer de mediana edad que puso la mano con delicadeza sobre el hombro del chico. Por algún extraño motivo la cara de la que según las deducciones del Vicealmirante era la madre del joven marine reflejaba una insondable pena a pesar de la entereza que pretendía aparentar.
Y a ambos lados de ella surgieron dos figuras masculinas que llamaron la atención de Ramsus. A la izquierda, un tipo de aspecto fiero, sin duda alguna un pirata, que miró al Vicealmirante con una sonrisa descarada. El marine estaba seguro de haber visto antes esa cara en algún lugar, pero en ese momento no lograba recordar donde. Al otro lado se presentó un tipo bastante más delgado cuyo aspecto le chocó desde el primer momento: Aquel hombre de pelo largo y rubio presentaba un color de piel bastante blanquecino, probablemente provocado por la pérdida de sangre que había surgido de la herida que sujetaba con la mano en su hombro.
A pesar de que el dolor, la debilidad y el cansancio debían estar haciendo mella en él, su rostro mostraba una seriedad infranqueable para el Vicealmirante. Y entonces fue cuando le miró a los ojos. Apenas fue un segundo, nada más, pero en aquella pequeña fracción de tiempo el marine sintió como si la mirada de aquel hombre entrase a través de sus ojos y se colase hasta lo más profundo de su mente como si de una punzada se tratase. ¿Qué demonios era aquella sensación?
- Vicealmirante, al tratarse de la vida de un Tenryuubito he considerado que lo más lógico era entregárselo a usted o a un Almirante directamente. –explicó el chico algo más tranquilo.
- Tu madre y estos dos hombres han tocado a este chico, ¿cierto? –contestó Ramsus realmente aliviado de poder despegar su vista de los ojos de aquel extraño desconocido- Los marines estamos exentos, pero bien sabrás que la ley me obliga a ajusticiar a todo aquel que cometa un delito tan grave.
- Pe… pero… Señor!!
- Sin embargo, dadas las circunstancias y el hecho de que los tres Almirantes se encuentran… ocupados, creo que esta vez haremos la vista gorda. –El Vicealmirante dibujó una sonrisa tranquilizadora en su rostro.
- ¿Entonces nos va a ayudar con el muchacho o no? –Interrumpió súbitamente la mujer con un tono ciertamente crispado.
- ¿Es usted quien le ha vendado las heridas señora? –Respondió Ramsus inmutable.
- Sí, ¿y? ¿Va a detenerme por eso? Porque si eso es lo que…
- Gracias. –La interrupción del marine dejó a la mujer completamente boquiabierta.- Si este chico aún respira es gracias a sus cuidados. Usted le ha salvado la vida.
La señora bajó la cabeza ligeramente, aunque lejos de mostrarse ruborizada, a Ramsus le pareció como si hubiese provocado en ella un cierto rechazo que no llegaba a comprender. El Vicealmirante quedó pensativo por un instante.
- Stevens! –vociferó con autoridad.
- Señor! –a unos diez metros la voz de un marine tremendamente musculado y con la cabeza redonda y pequeña contestó al instante.
- Reúna a 10 de nuestros mejores hombres. Quiero que formen una escolta para el muchacho herido y este grupo de personas y les acompañen hasta el cuartel. Es de alta prioridad que embarque junto al Almirante Bassabel hacia Mariejoa esta misma noche.
- Sí Señor!! –el teniente Stevens respondió con convicción y comenzó a repartir órdenes entre sus hombres.
- Siento no poder acompañarles –Ramsus volvió a dirigirse al extraño grupo frente a él- pero necesito encabezar personalmente la reconquista del Archipiélago. Mis hombres se ocuparán de todo y se encargarán de hacer que lleguen sanos y salvos hasta el cuartel. Una vez más, muchas gracias por todo.
- Señor… si se me permite… yo quisiera… -el joven marine tendió su brazo hacia el Vicealmirante tratando de evitar la que parecía una inminente despedida.
- Luchar junto a nosotros, ¿verdad? –respondió Ramsus con una ligera sonrisa desde su posición ya de espaldas al grupo. Por toda respuesta el joven asintió con la cabeza totalmente avergonzado- ¿Cómo se llama soldado?
- Mora, señor. Soldado Mora Jr.
- Soldado Mora Jr. No hace falta ser demasiado intuitivo como para ver que su misión de esta noche ha sido tan peligrosa y encomiable como la que nosotros nos disponemos a llevar a cabo en Sabaody Park. ¿Realmente piensa dejar su misión a medias tras haber estado protegiendo toda la noche a este chico del ataque de sanguinarios piratas?
“Sanguinarios Piratas”. Aquellas palabras retumbaron en la cabeza de Ramsus de forma violenta, haciendo que un recuerdo encerrado en su mente desde hacía tiempo saliese a la luz.
- No… Sabaody Park no es el lugar en el que debe estar esta noche. –Prosiguió tras una mínima pausa, aún de espaldas al grupo y mirando a las cada vez más tenues estrellas- Soldado, su deber es hacer que este niño llegue a su casa con vida. Y por ello será recompensado como es debido.
- Sí… sí señor!
Resignado, Mora Jr. suspiró profundamente, fijó su mirada en el pequeño que yacía tumbado en el suelo y se arrodilló para recogerlo. Ese era el momento que Ramsus estaba esperando.
Con un movimiento eléctrico, el Vicealmirante giró sobre sí mismo desenvainando al tiempo a la Luz del Alba, cuya punta se colocó a escasos milímetros de la garganta del sonriente pirata con pinta de bruto. Sin embargo, décimas de segundo antes de terminar su giro, notó como el filo de su espada chocaba violentamente contra otro, produciendo un característico sonido metálico y haciendo que la Luz del Alba rebotara hacia atrás con fuerza, lo que provocó que Ramsus variase su postura, quedando con el brazo hacia arriba, evitando por poco ser desarmado.
No podía entenderlo. El joven Mora apenas se había percatado de lo sucedido, su madre tan solo había logrado abrir los ojos como platos en un claro gesto de alerta y angustia, el pirata ni se había inmutado, como sabiendo de antemano que esto era inevitable, pero aquel hombre, aquel extraño hombre… ¿Cómo era posible que un tipo herido y agotado hubiera podido anticiparse a su movimiento de semejante manera? ¿Cómo había logrado semejante velocidad y precisión en sus reflejos a pesar de su estado? ¿Acaso era un usuario de las habilidades?
El gesto de Ramsus cambió de incredulidad a irritación, y acto seguido bajó con rabia el brazo del arma hasta que la punta de su espada apuntó al suelo, apareciendo en él una pequeña grieta. Tras el Vicealmirante, el sonido de varios traqueteos metálicos indicó que sus hombres estaban listos para abrir fuego. El soldado Mora Jr. aferró al niño inconsciente entre sus brazos y, sin llegar a comprender lo que sucedía, retrocedió hasta apartarse de los tres hombres hasta un lugar seguro, mientras que su madre avanzó hasta colocarse al lado del pirata, sujetándose a su brazo y mirando a Ramsus con verdadero odio.
El pirata rompió el tenso silencio con una sonora carcajada.
- ¡¡¡Me temo que te he sobrevalorado, “Mecánico de Barcos”!!! –Vociferó entre risas- ¡¡Has tardado demasiado en darte cuenta colega!!
- No sé qué es exactamente lo que os proponéis, pero sea lo que sea, no pasaréis de aquí. –Respondió el marine con voz heladora- Has elegido el peor momento y el peor lugar para volver del infierno, Berto.
- Te equivocas Ramsus –interrumpió de repente el misterioso espadachín con voz serena- No estamos aquí para lo que piensas.
- ¿Y tú qué sabes lo que yo pienso? ¿Quién demonios eres? ¡Responde! –inquirió el marine.
El hombre miró a Ramsus directamente a los ojos y esbozó una media sonrisa plena de confianza.
El ritmo, kuro, el ritmo. ¿Qué tengo que decir yo de qué? ¿De que Eratia sea el capitán? Respecto a eso, nada que decir, de hecho lo decidimos juntos. Bien, ahora que ya me he leído todo... a comentar. Con permiso de koraxan los primeros serán los que dicen relación a la trama en la que yo me encuentro inmerso y luego ya te comento a ti:
@Silver:
Este lo había leído antes del parón, aunque no me acuerdo de haberlo comentado. Interesante, muy interesante, la nueva situación en la que se encuentra Fletcher, aunque lo más notable es ese giro final con la introducción de un nuevo personaje misterioso.
@Eratia:
En cuanto al primero de los dos capítulos, sigues dándole vueltas a la historia de Luna. En un sentido está bien y es muy interesante, pero en otro ralentiza demasiado la acción. Tengo laimpresión de que te había dicho esto ya... pero no recuerdo cuando. Yo sólo metería flashbacks de los protagonistas o aquellos que sean interesantes para la historia en general... Pero es tu opción y más vale algo que nada ^^ (¿En serio no había comentado esto? Porque si no lo había hecho, menudo deja vu xD
En cuanto al segundo, me gustó mucho. No voy a negar que alguna de las intervenciones o reacciones de Rido la hubiera puesto de otra forma, pero son cosas sin importancia. Vas a permitirme que lo revise en mi turno... aunque no cambiaré lo sustancial... Sólo darle un poco trasfondo a esto para darle coherencia. Pero lo que te decía, me ha gustado, sí señor.
@Cabezabone:
Deberías dejar de poner "axi", que el corrector del word te lo pasa a "axial" y así te quedan frases tan absurdas como la de Franky llevo fardahuevos porque soy axial de súper. Un capítulo muy en tu línea, interesante y que cierra un círculo. Sobre todo la parte con Yasop. Ahora ya eres un... un... como quiera que se llame la tripulación xD.
PD: Estella es pelirroja...
@Gargamon:
Tú vas a por las consecuencias de lo que ha pasado. Me gusta ese enfoque. Al fin y al cabo, alguien tenía que hacerlo, que no sólo vamos a proponer cosas nuevas. También hay que ir resolviendo lo que dejamos atrás, y la nueva posición de Fletcher y lo que había de pasar con Seiji no podía quedar en el tintero. Me sorprende que Fletcher hable de "un tal Monkey D. Luffy", como si fuera la primera vez que oía hablar de él. Al fin y al cabo, eso ocurrió 10 años atrás. Pese a todo, buen capítulo ^^
@koraxan:
Tu historia sigue siendo igual de descabellada que como la recordaba. Recuerda que es bastante bueno revisar las cosas un par de veces antes de darlas por terminadas, así evitas fallos de cualquier clase. En el primero de los dos capítulos que tenía sin leer me pareció que la historia de koraxan se hacía pesada. Está bien, pero si la está contando Hana (en lugar de contarla como un flashback, por ejemplo) debías hacerlo de una forma más natural y más ligera... Pero bueno, en general has mejorado bastante, así que enhorabuena
Y... ya. Ya estoy trabajando en el PT 20... A ver si el fin de semana publico
EDIT: OH UN RAMSUS CAPÍTULO... Ahora comento
@Ramsus
Vuelves y vuelves con fuerza... espero poder yo volver con la misma fuerza. Me ha encantado el capítulo. Emocionante y con ritmo. Además se reúnen osin y Ramsus... Ayer cuando me puse a releer los últimos capítulos de cada cual me quedé expectante de nuevo por ver cuando ocurría esto que parecía inminente y esa frase final...¡Sólo espero que no tardéis mucho en continuar!
rido escribió:El ritmo, kuro, el ritmo. ¿Qué tengo que decir yo de qué? ¿De que Eratia sea el capitán? Respecto a eso, nada que decir, de hecho lo decidimos juntos.
Gracias por la palabra, simplemente no me llegaba. Y en cuanto a decir, es que aportarías a la historia, pues supuse que lo otro ya lo habían discutido.
Bueno la verdad no esperaba ver un relato tan rápido. Tengo que admitir al principio me costó acordarme de todo lo anterior, pero al leer me acordé de quien era quien. Y la verdad buen capítulo, interesante la relación presentada la principio, bastatne inesperada. Y el encuentro final, auqnue sabíamos que pasaría fue muy bien llevado, y esa linea final nos deja a todos muertos por saber que pasará. Gran capítulo Ramsus.
Si crees saber algo con certeza preocupate, quiere decir que no sabes nada del tema
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