Los drabbles normalmente trataré de centrarlos en los Mugiwara o alguno de ellos en particular, pero también tengo planeado centrar alguno en personajes secundarios o de sagas anteriores. Además, la acción la situaré en el momento que quiera, por lo que puede ser desde la infancia de los personajes hasta post-2Y. Incluiré también una canción que creo que deberíais escuchar a la vez que se lee el capítulo.
Por si alguien interpreta la idea a su bola, este es un tema para mis drabbles. Si quieres postear uno tuyo abres un tema.
Agradecería que si lo leéis lo comentarais aportando ideas o criticas constructivas.
Aquí dejo el primero. Me ha quedado un poco largo pero trataré que los siguientes no lo sean tanto.
Tiempo: Post 2Y
Personaje(s): Banda del Sombrero de paja; capítulo centrado en Luffy
Canción de ambiente recomendada: Thank you space expert - Mogwai
Esa tarde, cuando hacía unas horas que habían acabado de comer, Zoro divisó una pequeña isla desde lo alto de su puesto de vigía. La emoción se expandió rápidamente por el Sunny, y todos sus tripulantes empezaron a prepararse para desembarcar en tierra firme. Por lo que una vez el barco amarró en la orilla, toda la tripulación encabezada por un entusiasmado Luffy empezó a poner rumbo hacia la cima de la pequeña montaña que coronaba la isla.
Esa isla parecía completamente desierta, habitada solamente por distintos y variados tipos de vegetación y una inescrutable calma que había sido rota con la llegada de la tripulación. Pero si Luffy no había ordenado abortar esa pequeña excursión, era por que al llegar a la isla habían visto que algo se alzaba en la cima de esa colina. Nami, Usopp y Chopper se mostraron un poco reticentes a subir la montaña debido a la extraña sensación de extrema tranquilidad que reinaba en la isla, y a esa gran figura que permanecía inescrutable en lo más alto. Pero Luffy les convenció de que ese era el motivo por el que debían subir, para descubrir de qué se trataba. Que esa era la aventura.
Pero lo que se encontraron al llegar al punto más álgido de la montaña no era una peligrosa bestia o un feroz enemigo. Lo que se encontraron fue algo totalmente inesperado, y que hizo que el corazón del capitán se estremeciera con fuerza. Lo que coronaba esa isla eran dos tumbas. Las tumbas de Edward Newgate, mejor conocido como Barbablanca, y de Portgas D. Ace, las cuales estaban rodeadas de flores marchitas y de espadas clavadas en el terreno.
El lugar quedó enmarcado en un silencio sepulcral, el cual nadie se atrevía a romper. Los componentes de la tripulación del Sombrero de paja permanecían estáticos en sus puestos contemplando la espalda de su capitán, el cual no había movido un músculo desde que habían vislumbrado esos monumentos.
La situación empezaba a hacerse difícil de contemplar, por lo que uno de sus miembros quiso tomar la iniciativa. Usopp tragó saliva y se dispuso a acercarse a su capitán, el cual se encontraba unos pasos delante de ellos, pero una figura se interpuso en su camino. Zoro detuvo el avance al francotirador colocando un brazo delante de él. Usopp iba a pedirle una explicación, pero el espadachín fue más rápido.
-Luffy-dijo el chico de pelo verde captando la atención de todos, excepto del recién nombrado, el cual permanecía inmóvil. –Vamos bajando, te esperamos en el barco. -El capitán, aún de espaldas a su tripulación, hizo un leve movimiento con la cabeza asintiendo.
Usopp iba a decir algo, pero el modo en que Zoro le miró le hizo cambiar de idea. Luffy necesitaba un momento a solas, y ese no era lugar para ellos en ese momento. Tanto Usopp como el resto de la tripulación, los cuales habían presenciado la escena y el intercambio de miradas lo comprendieron, y todo el grupo se dispuso a bajar la colina de nuevo dejando a su capitán a solas.
Unos minutos después, Luffy consiguió coger la fuerza necesaria para avanzar hasta quedarse frente la tumba de su difunto hermano. El gran cúmulo de sentimientos que se agolpaban en su interior hacía que le costara respirar. Y es que después de más dos años, volvía a reencontrarse con su hermano.
Nadie le había contado de la existencia de este lugar, por lo nunca se había planteado poder reencontrarse con Ace. Un año atrás, el mencionar ese nombre le hubiera provocado una profunda tristeza acompañada de un amargo sentimiento de culpabilidad. Pero ahora ya no. Ahora si pensaba en Ace, una leve calidez le recorría el cuerpo, como si el espíritu de su hermano recorriera su organismo indicándole que todo estaba bien, que seguía con él.
Luffy se sentó con cuidado sobre la hierba que rodeaba ese lugar. Observó la multitud de flores que aunque ya estaban marchitas seguían allí, como prueba de que esas dos personas habían sido, y eran, queridas por alguien. Y Luffy no pudo si no esbozar una leve sonrisa ante el hecho de que su hermano, el cual había crecido con el odio de miles de personas, y que había tenido que acarrear culpas que no le correspondían, se hubiera alegrado de saber eso, de saber que era querido.
El viento sopló con delicadeza, llevándose consigo algún pétalo de las flores que restaban en la colina. Luffy alzó la vista al cielo, el cual empezaba a volverse de un color anaranjado y dirigió de nuevo la vista hacia el monumento bajo el que restaba del hijo del rey de los piratas.
-Estoy aquí, Ace.-Y como respuesta obtuvo silencio. –Por fin he llegado al Nuevo Mundo.- De nuevo, solamente obtuvo silencio.-Hace poco me reencontré con mis compañeros, deberías ver lo mucho que han mejorado todos. -Luffy esbozó una triste sonrisa.-En Alabasta no tuviste la oportunidad de conocerlos, pero estoy seguro que te caerían bien. -Aunque Luffy seguía con una pequeña sonrisa en la cara, la tristeza empezaba a hacerse palpable en él. Aún así siguió hablando.-Todos son unos grandes compañeros y amigos, realmente me siento muy afortunado de tenerlos conmigo. –Sus ojos empezaban a humedecerse y su tono de voz se tornó más débil. –Me gustaría que tú también estuvieras aquí.-Con esa frase Luffy pareció que iba a desmoronarse, pero en vez de eso secó sus ojos con fuerza-Perdona, por un momento casi olvido lo mucho que odias verme llorar.-Los recuerdos de su infancia la cual ahora sentía muy lejana, inundaron su mente, trayendo con ellos un cálido sentimiento-Ahora soy mucho más fuerte Ace, ahora sé que puedo conseguirlo.-El sol ya estaba prácticamente oculto, y el anaranjado cielo cada vez se tornaba más oscuro. Luffy miró hacía las nubes que se alzaban en lo alto y sonrió.-Puedo llegar a ser el rey de los piratas, sé que lo conseguiré.-Una fuerte ráfaga de viento sopló con fuerza obligándolo a sujetarse su preciado sombrero. Cerró los ojos e inspiró ese aire con fuerza.
Unos minutos después Luffy se levantó y dio un último vistazo a los monumentos erigidos delante de él. Uno en honor a uno de los mayores piratas de todos los tiempos, y otro al hijo del rey de los piratas. Y al mismo tiempo que encaminaba el regreso con su tripulación, musitó un leve “Hasta pronto, Ace”. Porque sabía que tarde o temprano volvería a ese lugar, y Luffy no era de los que decían adiós.
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N/A: Sí, empiezo con un capítulo con menciones a Ace por que sé que es uno de los personajes más queridos y tengo lecturas aseguradas. Gran marketing el mío.