Vidas paralelas

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¿Quién es tu personaje favorito (de las historias de Takagi)?

Hunter
6
40%
StoneCold
2
13%
Tom
0
No hay votos
Leo
0
No hay votos
Will
1
7%
"La mujer"
0
No hay votos
Hazen
1
7%
Nuala
0
No hay votos
Warden
0
No hay votos
Los Savage (así, en pack)
0
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Tom (U.P.)
2
13%
Dent
1
7%
Anne
2
13%
François
0
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Otro
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Jojogape
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Re: Vidas paralelas

Mensaje por Jojogape »

Los planetas del sistema solar se han alineado y me he puesto al día con VP al completo, por fin.
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Me ha sorprendido gratamente la historia de Tom U.P. Has conseguido que Tom se convierta en mi nuevo personaje favorito, y U.P. mi historia favorita. Hoy he descubierto lo mucho que prefiero las historias que ocurren con mundos "compatibles" con el real, con ciudades normales, casas normales, PERO que tienen elementos de ciencia ficción o sobrenaturales, como el caso. Siempre supe que las historias situadas en tiempos pasados me suelen dar bastante pereza (sobre todo las medievales), pero U.P. me ha enganchado desde el primer capítulo, tal vez por lo natural que me resulta leerla.

Los diálogos son tremendamente creíbles, y aunque necesito más acción y a veces no sé quién está hablando en qué momento, esta historia me está gustando, la verdad. Se te nota que disfrutas escribiéndola.

Eso sí, lo de la PS4 ANTIGUA me ha dejado del revés. ¿Viajes en el tiempo? ¿Veremos el 2060? Ni idea. Ah, y veo que a Tom le gustan los tritones y las sirenas, jujuju~

Tom U.P. está patrocinado por Nutella.
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La vida es un chiste, sólo hay que saber pillarlo o[´¬ `]o
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Takagi
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Re: Vidas paralelas

Mensaje por Takagi »

Jojogape escribió:Los planetas del sistema solar se han alineado y me he puesto al día con VP al completo, por fin.
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Me ha sorprendido gratamente la historia de Tom U.P. Has conseguido que Tom se convierta en mi nuevo personaje favorito, y U.P. mi historia favorita. Hoy he descubierto lo mucho que prefiero las historias que ocurren con mundos "compatibles" con el real, con ciudades normales, casas normales, PERO que tienen elementos de ciencia ficción o sobrenaturales, como el caso. Siempre supe que las historias situadas en tiempos pasados me suelen dar bastante pereza (sobre todo las medievales), pero U.P. me ha enganchado desde el primer capítulo, tal vez por lo natural que me resulta leerla.

Los diálogos son tremendamente creíbles, y aunque necesito más acción y a veces no sé quién está hablando en qué momento, esta historia me está gustando, la verdad. Se te nota que disfrutas escribiéndola.

Eso sí, lo de la PS4 ANTIGUA me ha dejado del revés. ¿Viajes en el tiempo? ¿Veremos el 2060? Ni idea. Ah, y veo que a Tom le gustan los tritones y las sirenas, jujuju~

Tom U.P. está patrocinado por Nutella.
Y cuando vuelvan a alinearse publicaré un nuevo capítulo, todo llegará ^^. Fuera de bromas, gracias por leer.
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Ay jojo, te pasa como a mí. Igual que te resulta natural leerla y te gusta a mí me resulta natural escribirla y me gusta. Trabajaré en clarificar quién habla, la acción llegará en su momento.

Ay, los viajes en el tiempo... Las pistas están ahí :P
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Takagi
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Re: Vidas paralelas

Mensaje por Takagi »

Hohoho, ¡feliz Navidad! Lo siento por la espera, pero aquí os traigo el regalo prometido (?)

Nuevo capítulo de... ¡Bob!
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One-Shot: Es la hora de… ¡Bob!

Miró el reloj. Las seis en punto y, como siempre, ahí estaba ella, puntual. Aquello era lo que más le fascinaba, más aún que sus brillantes ojos esmeralda, su larga melena negra como el ébano o su voz cautivadora digna de una sirena.
Juntos, caminaron durante toda la tarde. Pasearon por el puerto, compraron palomitas en la feria, se besaron mientras el fotomatón cumplía su misión… Fue una tarde alucinante. Como todas las que pasaban juntos.

Miró el reloj. Acababan de dar las once, hora de volver. Ella lo sabía, se limitó a sonreír provocando una confortable sensación en el pecho de Bob. Sus manos se entrelazaron con suavidad.
No tardaron en volver a su zona. Consultó la hora, pronto estarían en casa. Solo tenían que atravesar un pasaje bajo la calzada y recorrer seis portales para llegar al edificio de su novia.

Alegres, comentaban el último episodio de Legends of Tomorrow mientras se adentraban en el pasadizo. A medio camino, Bob se percató de que algo no iba bien. En la penumbra, provocada por las numerosas bombillas fundidas, varias sombras comenzaron a tomar forma. Antes de que pudieran reaccionar, se vieron rodeados por seis asaltantes.

- Yo te protegeré, no te preocupes A – dijo Bob, poniéndose en posición de combate.
- Lo sé, siempre puedo contar contigo, B – respondió su novia, aunque su voz tembló al decirlo.
- Y yo os robaré toda la pasta… Esto… ¿C? ¡Menudos pringaos! – Se pavoneó uno de los asaltantes, acompañado por las carcajadas de sus compinches.

El combate, si es que se puede tildar de combate lo que ocurrió, duró poco. Bob recibió golpes por todos lados, pero él solo alcanzó a dos de sus oponentes: Uno fue noqueado de una patada al mentón y otro perdió la rectitud de su tabique nasal por culpa de un derechazo.

- Será mejor que no te muevas, chico, esto se ha acabado – dijo uno de ellos, sentándose sobre su espalda.
- No, esto no ha acabado, me vengaré por esto – balbuceó el de la nariz rota.
- Tranquilo, creo que observar como violamos a su churri será más que suficiente.

Volvieron a reír. Las lágrimas de rabia brotaban de los ojos de Bob. Los ojos de su novia, abiertos como platos, mostraban un pavor indescriptible. Dos de los maleantes comenzaron a rasgar su ropa, mientras otro la mantenía sujeta e impedía que gritara. Pese a todo, la pareja no dejó de mirarse directamente a los ojos.

Quienes la desnudaron ya habían hecho lo propio con sus pantalones, con la mente ya perdida ante la tremenda impresión que provocaba el cuerpo desnudo de aquella joven. Bob trató de zafarse, pero le resultó imposible.

- No esperaré ni un segundo más, ¡que te jodan!
- Espera, ¡¡¡no!!!

El hombre con la nariz rota, navaja en mano, se lanzó hacia la novia de Bob. Éste, incapaz de procesar aquel movimiento, se apresuró a buscar de nuevo sus queridas esmeraldas. Encontró los ojos de su novia, pero ya no eran verdes, sino de un nuevo color más próximo al rojo. Bob gritó, Alex lo miró mientras el hombre penetraba su abdomen, Bob gritó aún más fuerte, el hombre sacó el arma para volver a hundirla en su pecho, Bob se desgañitó…

Abrió los ojos, jadeando y empapado en sudor. La garganta, le escocía. Los ojos, le ardían. Se apresuró a mirar el reloj. Las seis de la mañana. La cabeza no le dejaba pensar con claridad, todo le daba vueltas. Se incorporó, despacio, y un dolor agudo relampagueó a través de su espalda hasta materializarse en un profundo puñal incrustado en su hígado.

Dolorido, logró sentarse al borde de la cama. Siguiendo con la rutina de cada mañana se acercó a la silla donde, cada noche, depositaba la ropa del día siguiente. Se paró unos segundos a contemplar, extrañado, el traje que descansaba sobre el mueble. No quiso posponer más su horario, así que se lo puso y abandonó la estancia, directo al servicio.

Encendió la luz y se paró frente al espejo. Automáticamente, sin pensar, sus manos iban actuando: Ajustando el nudo de la corbata, colocando bien el cuello de la camisa, peinando el corto pero rebelde cabello blanquecino, estirando su bronceada piel…

Ajenos a todo movimiento, los ojos de Bob permanecían fijos, clavados en su reflejo. Eran unos ojos celestes, fríos y apagados. En lo más profundo de su pupila un pequeño brillo se extinguía, pero él aún no lograba entender el motivo.

- Bob cariño, baja a desayunar ya que se nos hace tarde.

Un gesto de desaprobación se apoderó de su rostro por un instante. No soportaba llegar tarde, pero menos aún no saber dónde debía dirigirse. Se esforzó por recordar algo, cualquier pista… Pero no consiguió nada, su mente era una masa amorfa, más cercana a una sustancia nebulosa que a la habitual y ordenada biblioteca por la que paseaba en sus momentos de ensimismamiento.

Introdujo sus pertenencias más útiles en los bolsillos de la americana y bajó al trote la escalera. Sus padres, compungidos, no pronunciaron ni una sola palabra durante el desayuno.
Anduvieron bajo el cielo gris durante un buen rato, debido a la escasa velocidad de su solemne caminar. Algo no encajaba, Bob lo sabía, pero no lograba discernir qué era. Tras girar la esquina, apareció ante ellos una ciclópea catedral. No le resultaba desconocida, pero desprendía un aura extraña que le heló el alma.

Su padre le dio unas palmaditas en la espalda, su madre, un beso en la mejilla. Juntos, entraron tras un grupo de ancianitas. Casi no quedaban bancos vacíos, todo era una uniforme masa negra.
Sin saber por qué, Bob siguió adelante por el pasillo central. Los murmullos se intensificaron con cada paso, pero los ignoró. Un par de hombres chocaron, con fuerza, contra él, pero los ignoró. Una niña, con los ojos verdes como esmeraldas se interpuso en su camino, no pudo ignorarla.

Salió del trance, confuso, y trató de conectar sus ideas. Antes de poder llegar a ninguna conclusión, descubrió un ataúd, cerrado, junto al altar. Una gota de sudor frío recorrió su espalda. El labio le tembló. Una imagen comenzaba a tomar forma en su cabeza cuando pudo verla. Una enorme fotografía de una joven preciosa descansaba en un lateral. Llevaba un vestido blanco, la melena recogida en una coleta, sus pómulos rojizos embellecían aún más su sonrisa. Sus ojos…

Lo recordó todo, un torrente de fotogramas recorrió su mente a toda velocidad. El corazón se le encogió en el pecho. Sus músculos, se tensaron. El dolor se apoderó de él.

Ahora entendía todo: El traje, la catedral, la actitud de sus padres, los murmullos de la gente, los primos de su novia chocando con él, la hermana de Alex mirándolo… No pudo soportarlo. Abandonó el lugar a la carrera, sin mirar atrás.
No sabía dónde iba, se limitó a correr para alejarse cuanto antes de aquella ceremonia, no era capaz de enfrentarse al alegre rostro de su Alex. Corrió y corrió, pasó pasarelas, atravesó carreteras, entró por un pasadizo y… Cayó.

- ¿Estás bien chico? – Preguntó el hombre con el que había chocado, tendiéndole la mano.
- Sí – dijo con la boca pequeña – Puedo solo.

Se secó las lágrimas con la manga, le costaba enfocar. Apartó la vista de aquella mano marrón y miró a su alrededor. Se le cayó el alma a los pies al verse rodeado de manchas de sangre y cintas policiales.

- Veo que ya sabes dónde estás, ¿eh? – Dijo el hombre, retirando su mano.
- ¿Qué? – Preguntó mientras se incorporaba.
- Sabía que volverías a la escena del crimen, los asesinos siempre lo hacen.
- ¡¿Quién demonios te crees que eres eh?! – Gritó Bob, agarrándolo por los hombros.
- No sé, dímelo tú, Bob.

Una sonrisa se dibujó en su rostro, descubriendo unos dientes casi tan blancos como su pelo. Sus ojos, celestes y fríos, permanecían fijos en los de Bob. Sobre el derecho, una cicatriz bastante grande. Llevaba una camiseta blanca, sin mangas, con unos extraños motivos grises, azules y amarillos. Tenía un tatuaje en el brazo derecho, el mismo que portaba un curioso reloj y un guante que dejaba sus dedos al descubierto.

Sin poder evitarlo, Bob siguió recorriendo el cuerpo de aquel hombre con la mirada. Se percató del espadón que tenía amarrado en la parte trasera del cinto, invisible hasta ese momento. Otro cinto sujetaba el blanco pantalón, repleto de costuras y bolsillos. Terminada la inspección, Bob se estremeció, casi no logró pronunciar la respuesta:

- No puede ser…
Espero que os guste ^^.
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Vito Corleone
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Re: Vidas paralelas

Mensaje por Vito Corleone »

Takagi escribió:Hohoho, ¡feliz Navidad! Lo siento por la espera, pero aquí os traigo el regalo prometido (?)

Nuevo capítulo de... ¡Bob!
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One-Shot: Es la hora de… ¡Bob!

Miró el reloj. Las seis en punto y, como siempre, ahí estaba ella, puntual. Aquello era lo que más le fascinaba, más aún que sus brillantes ojos esmeralda, su larga melena negra como el ébano o su voz cautivadora digna de una sirena.
Juntos, caminaron durante toda la tarde. Pasearon por el puerto, compraron palomitas en la feria, se besaron mientras el fotomatón cumplía su misión… Fue una tarde alucinante. Como todas las que pasaban juntos.

Miró el reloj. Acababan de dar las once, hora de volver. Ella lo sabía, se limitó a sonreír provocando una confortable sensación en el pecho de Bob. Sus manos se entrelazaron con suavidad.
No tardaron en volver a su zona. Consultó la hora, pronto estarían en casa. Solo tenían que atravesar un pasaje bajo la calzada y recorrer seis portales para llegar al edificio de su novia.

Alegres, comentaban el último episodio de Legends of Tomorrow mientras se adentraban en el pasadizo. A medio camino, Bob se percató de que algo no iba bien. En la penumbra, provocada por las numerosas bombillas fundidas, varias sombras comenzaron a tomar forma. Antes de que pudieran reaccionar, se vieron rodeados por seis asaltantes.

- Yo te protegeré, no te preocupes A – dijo Bob, poniéndose en posición de combate.
- Lo sé, siempre puedo contar contigo, B – respondió su novia, aunque su voz tembló al decirlo.
- Y yo os robaré toda la pasta… Esto… ¿C? ¡Menudos pringaos! – Se pavoneó uno de los asaltantes, acompañado por las carcajadas de sus compinches.

El combate, si es que se puede tildar de combate lo que ocurrió, duró poco. Bob recibió golpes por todos lados, pero él solo alcanzó a dos de sus oponentes: Uno fue noqueado de una patada al mentón y otro perdió la rectitud de su tabique nasal por culpa de un derechazo.

- Será mejor que no te muevas, chico, esto se ha acabado – dijo uno de ellos, sentándose sobre su espalda.
- No, esto no ha acabado, me vengaré por esto – balbuceó el de la nariz rota.
- Tranquilo, creo que observar como violamos a su churri será más que suficiente.

Volvieron a reír. Las lágrimas de rabia brotaban de los ojos de Bob. Los ojos de su novia, abiertos como platos, mostraban un pavor indescriptible. Dos de los maleantes comenzaron a rasgar su ropa, mientras otro la mantenía sujeta e impedía que gritara. Pese a todo, la pareja no dejó de mirarse directamente a los ojos.

Quienes la desnudaron ya habían hecho lo propio con sus pantalones, con la mente ya perdida ante la tremenda impresión que provocaba el cuerpo desnudo de aquella joven. Bob trató de zafarse, pero le resultó imposible.

- No esperaré ni un segundo más, ¡que te jodan!
- Espera, ¡¡¡no!!!

El hombre con la nariz rota, navaja en mano, se lanzó hacia la novia de Bob. Éste, incapaz de procesar aquel movimiento, se apresuró a buscar de nuevo sus queridas esmeraldas. Encontró los ojos de su novia, pero ya no eran verdes, sino de un nuevo color más próximo al rojo. Bob gritó, Alex lo miró mientras el hombre penetraba su abdomen, Bob gritó aún más fuerte, el hombre sacó el arma para volver a hundirla en su pecho, Bob se desgañitó…

Abrió los ojos, jadeando y empapado en sudor. La garganta, le escocía. Los ojos, le ardían. Se apresuró a mirar el reloj. Las seis de la mañana. La cabeza no le dejaba pensar con claridad, todo le daba vueltas. Se incorporó, despacio, y un dolor agudo relampagueó a través de su espalda hasta materializarse en un profundo puñal incrustado en su hígado.

Dolorido, logró sentarse al borde de la cama. Siguiendo con la rutina de cada mañana se acercó a la silla donde, cada noche, depositaba la ropa del día siguiente. Se paró unos segundos a contemplar, extrañado, el traje que descansaba sobre el mueble. No quiso posponer más su horario, así que se lo puso y abandonó la estancia, directo al servicio.

Encendió la luz y se paró frente al espejo. Automáticamente, sin pensar, sus manos iban actuando: Ajustando el nudo de la corbata, colocando bien el cuello de la camisa, peinando el corto pero rebelde cabello blanquecino, estirando su bronceada piel…

Ajenos a todo movimiento, los ojos de Bob permanecían fijos, clavados en su reflejo. Eran unos ojos celestes, fríos y apagados. En lo más profundo de su pupila un pequeño brillo se extinguía, pero él aún no lograba entender el motivo.

- Bob cariño, baja a desayunar ya que se nos hace tarde.

Un gesto de desaprobación se apoderó de su rostro por un instante. No soportaba llegar tarde, pero menos aún no saber dónde debía dirigirse. Se esforzó por recordar algo, cualquier pista… Pero no consiguió nada, su mente era una masa amorfa, más cercana a una sustancia nebulosa que a la habitual y ordenada biblioteca por la que paseaba en sus momentos de ensimismamiento.

Introdujo sus pertenencias más útiles en los bolsillos de la americana y bajó al trote la escalera. Sus padres, compungidos, no pronunciaron ni una sola palabra durante el desayuno.
Anduvieron bajo el cielo gris durante un buen rato, debido a la escasa velocidad de su solemne caminar. Algo no encajaba, Bob lo sabía, pero no lograba discernir qué era. Tras girar la esquina, apareció ante ellos una ciclópea catedral. No le resultaba desconocida, pero desprendía un aura extraña que le heló el alma.

Su padre le dio unas palmaditas en la espalda, su madre, un beso en la mejilla. Juntos, entraron tras un grupo de ancianitas. Casi no quedaban bancos vacíos, todo era una uniforme masa negra.
Sin saber por qué, Bob siguió adelante por el pasillo central. Los murmullos se intensificaron con cada paso, pero los ignoró. Un par de hombres chocaron, con fuerza, contra él, pero los ignoró. Una niña, con los ojos verdes como esmeraldas se interpuso en su camino, no pudo ignorarla.

Salió del trance, confuso, y trató de conectar sus ideas. Antes de poder llegar a ninguna conclusión, descubrió un ataúd, cerrado, junto al altar. Una gota de sudor frío recorrió su espalda. El labio le tembló. Una imagen comenzaba a tomar forma en su cabeza cuando pudo verla. Una enorme fotografía de una joven preciosa descansaba en un lateral. Llevaba un vestido blanco, la melena recogida en una coleta, sus pómulos rojizos embellecían aún más su sonrisa. Sus ojos…

Lo recordó todo, un torrente de fotogramas recorrió su mente a toda velocidad. El corazón se le encogió en el pecho. Sus músculos, se tensaron. El dolor se apoderó de él.

Ahora entendía todo: El traje, la catedral, la actitud de sus padres, los murmullos de la gente, los primos de su novia chocando con él, la hermana de Alex mirándolo… No pudo soportarlo. Abandonó el lugar a la carrera, sin mirar atrás.
No sabía dónde iba, se limitó a correr para alejarse cuanto antes de aquella ceremonia, no era capaz de enfrentarse al alegre rostro de su Alex. Corrió y corrió, pasó pasarelas, atravesó carreteras, entró por un pasadizo y… Cayó.

- ¿Estás bien chico? – Preguntó el hombre con el que había chocado, tendiéndole la mano.
- Sí – dijo con la boca pequeña – Puedo solo.

Se secó las lágrimas con la manga, le costaba enfocar. Apartó la vista de aquella mano marrón y miró a su alrededor. Se le cayó el alma a los pies al verse rodeado de manchas de sangre y cintas policiales.

- Veo que ya sabes dónde estás, ¿eh? – Dijo el hombre, retirando su mano.
- ¿Qué? – Preguntó mientras se incorporaba.
- Sabía que volverías a la escena del crimen, los asesinos siempre lo hacen.
- ¡¿Quién demonios te crees que eres eh?! – Gritó Bob, agarrándolo por los hombros.
- No sé, dímelo tú, Bob.

Una sonrisa se dibujó en su rostro, descubriendo unos dientes casi tan blancos como su pelo. Sus ojos, celestes y fríos, permanecían fijos en los de Bob. Sobre el derecho, una cicatriz bastante grande. Llevaba una camiseta blanca, sin mangas, con unos extraños motivos grises, azules y amarillos. Tenía un tatuaje en el brazo derecho, el mismo que portaba un curioso reloj y un guante que dejaba sus dedos al descubierto.

Sin poder evitarlo, Bob siguió recorriendo el cuerpo de aquel hombre con la mirada. Se percató del espadón que tenía amarrado en la parte trasera del cinto, invisible hasta ese momento. Otro cinto sujetaba el blanco pantalón, repleto de costuras y bolsillos. Terminada la inspección, Bob se estremeció, casi no logró pronunciar la respuesta:

- No puede ser…
Espero que os guste ^^.
Hmmm...
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Lo primero que voy a decir es que cuando lo has presentado como "Es la hora de... ¡Bob! me lo he imaginado como algo menos truculento y siniestro. En plan gracioso, no sé xDD

Lo segundo, que pese a la inactividad (ejem ejem) tu narrativa no decae y que sigues en forma. La historia me ha gustado (creo que daría para más que un OneShot), empezando como un día normal, metiendo conceptos más atrevidos como el de la violación, y presentando un funeral después... Muy interesante, la verdad es que es otro soplo más de aire fresco, y me ha entretenido. Así que grasias.

Eso sí. Creo que no me he enterado del final. ¿Bob del futuro que le dice a Bob que ha asesinado a Alex? O quizá alguien muy parecido a Bob que deduce que Bob es el asesino porque ha salido corriendo... Es confuso, o yo increíblemente corto xDDDDDD

Buen golpe, lagun.
SÍ.
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Re: Vidas paralelas

Mensaje por Bob Marley »

Todos los Bob molan, es ley. xDDD

La historia mas oscura que has escrito creo yo con el tema de la violación y asesinato, la descripción de la iglesia, todo muy siniestro, mola ya lo sabes.

Como dice Don Vito, la historia da para mas, pero todo a su momento, que son varias las historias que tienes por seguir amigo xDD
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Re: Vidas paralelas

Mensaje por Takagi »

Vito Corleone escribió: Hmmm...
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Lo primero que voy a decir es que cuando lo has presentado como "Es la hora de... ¡Bob! me lo he imaginado como algo menos truculento y siniestro. En plan gracioso, no sé xDD

Lo segundo, que pese a la inactividad (ejem ejem) tu narrativa no decae y que sigues en forma. La historia me ha gustado (creo que daría para más que un OneShot), empezando como un día normal, metiendo conceptos más atrevidos como el de la violación, y presentando un funeral después... Muy interesante, la verdad es que es otro soplo más de aire fresco, y me ha entretenido. Así que grasias.

Eso sí. Creo que no me he enterado del final. ¿Bob del futuro que le dice a Bob que ha asesinado a Alex? O quizá alguien muy parecido a Bob que deduce que Bob es el asesino porque ha salido corriendo... Es confuso, o yo increíblemente corto xDDDDDD

Buen golpe, lagun.
Quería darle un toque comiquero, pero el que me salió fastidiaba un poco la sorpresa así que ha quedado un poco descafeinado. No lo aclaré, así que lo hago ahora, este Bob pertenece a U.P., así que habrá más. El final es así de poco claro intencionadamente.
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Es el Bob del futuro, que culpa a Bob por no haberla salvado.
Bob Marley escribió:Todos los Bob molan, es ley. xDDD

La historia mas oscura que has escrito creo yo con el tema de la violación y asesinato, la descripción de la iglesia, todo muy siniestro, mola ya lo sabes.

Como dice Don Vito, la historia da para mas, pero todo a su momento, que son varias las historias que tienes por seguir amigo xDD
Bob Marvel está en lo cierto. Lo oscuro me llama en estas fechas xD. Intentaré que no decaiga ^^.
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Re: Vidas paralelas

Mensaje por General Error »

Bob Marvel se extiende!

Siento tardar tanto Takanty, las fechas me amargaron un poquito para sentar el culo al PC.

Me fascina el giro que le has dado a tu narrativa, hasta el punto de no encajar con el resto, puesto que raro sera encajar a Bob en algún universo Takantiano.

De ese tono juvenil siguiendo el Shonen a un OneShot duro, frió y potente, me agrada mucho esa faceta en ti.
Lo que no se si seras capaz de volver a hablarnos de amistades piratas :)

Sobre el capitulo en si, gratificante de leer, cortito, pues te deja ganas de conocer más detalles. No te centras demasiado en la definición que el que me suele chirriar y ambientas la situación con la tensión que te obliga a leer más. Quizas me falto alargar unos párrafos las situaciones, desde el encuentro con los maleantes hasta su despertar, pues aparecen los datos muy agolpados tras saber donde esta.

Y como todos te diré, una lastima que sea OneShot pues te podrías marcar aquí una historia cojonuda a largo plazo.

Me gustaria ver más cosas como estas, alejadas un poco del típico fic y más de autor.
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Re: Vidas paralelas

Mensaje por Takagi »

MerlaXIV escribió:Bob Marvel se extiende!

Siento tardar tanto Takanty, las fechas me amargaron un poquito para sentar el culo al PC.

Me fascina el giro que le has dado a tu narrativa, hasta el punto de no encajar con el resto, puesto que raro sera encajar a Bob en algún universo Takantiano.

De ese tono juvenil siguiendo el Shonen a un OneShot duro, frió y potente, me agrada mucho esa faceta en ti.
Lo que no se si seras capaz de volver a hablarnos de amistades piratas :)

Sobre el capitulo en si, gratificante de leer, cortito, pues te deja ganas de conocer más detalles. No te centras demasiado en la definición que el que me suele chirriar y ambientas la situación con la tensión que te obliga a leer más. Quizas me falto alargar unos párrafos las situaciones, desde el encuentro con los maleantes hasta su despertar, pues aparecen los datos muy agolpados tras saber donde esta.

Y como todos te diré, una lastima que sea OneShot pues te podrías marcar aquí una historia cojonuda a largo plazo.

Me gustaria ver más cosas como estas, alejadas un poco del típico fic y más de autor.
No te preocupes Merlongo. Encaja, encaja, mételo en el universo de Tom U.P. ya verás como encaja :P. Ya sabes que intento escribir un poco de todo para ir aprendiendo, así que volverán los piratas claro que sí.

Igual se pudo alargar, pero me pudieron las ganas por publicarlo y tenía la aprobación del implicado directo. Y sobre la historia de Bob, bueno, ya se verá qué es de él.

¿Más cosas en qué sentido? ¿Más One-Shots? ¿Otros géneros?
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Takagi
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Re: Vidas paralelas

Mensaje por Takagi »

Uy, rozando el palo, mantengamos eso de uno al mes xD.

Dentro de Tom U.P., como pasó con Bob, llega...
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One-Shot: Caroline

Todo era blanco. La primavera, un año más, no había logrado vencer en su lucha contra la nieve. Aquel bosque mantenía aún su aspecto mortecino: Los arces rojos todavía lucían desnudos; los animales pasaban más tiempo en sus madrigueras que correteando sobre el frío suelo y los ríos fluían lentos pero constantes, a la espera del deshielo estival.

Pese al penetrante frío, un diminuto ursón, una criatura similar a un puercoespín, recorría el bosque en busca de alimento. No era tarea fácil, capas y capas de nieve sepultaban la potencial comida del pequeño mamífero. Centraba toda su atención en captar cualquier olor que le condujera a un suculento premio, sin descanso, hasta que un escalofrío recorrió su cuerpo y lo inmovilizó.

Agazapado, protegido por sus púas, buscó a su alrededor la fuente de aquella desagradable sensación. Nieve, nieve, más nieve, un árbol, unos setos cubiertos de nieve, otro arbusto con cuatro bayas, dos verdes y dos marrones, que aparecían y desaparecían en el blanco infinito…

Todo parecía en orden. Se dispuso a proseguir con su tarea, pero otro ser apareció en su camino, a escasos metros, frente a él. Volvió a adoptar una posición defensiva, aterrado. El otro ser lo observaba, relamiéndose. Poco a poco se acercó al pequeño ursón, hasta que estuvo suficientemente cerca como para abalanzarse sobre él. Pegó un potente brinco, abrió sus enormes fauces y… Nada.

El atemorizado animalillo abrió los ojos, en busca de su atacante, y no lo encontró. Pero algo llamó su atención. Entre la blancura del entorno, algo se perfilaba. No era capaz de distinguirlo, hasta que ese algo se giró hacia él.

Era un imponente lobo ártico, blanco como la nieve, con la nariz negra, los ojos marrones y el hocico manchado de un líquido verduzco. Entre sus afilados dientes, agonizaba el extraño ser. No parecía más grande que un conejo, aunque sería más adecuado compararlo con algún reptil, debido a su apariencia: Diminutas escamas negras, ojos amarillos, sin orejas, colmillos afilados, garras puntiagudas y una cola tan larga como su cuerpo.

El lobo abrió su boca y el extraño ser se precipitó sobre la nieve, tiñéndola de un verde brillante. El ursón, tímidamente, fue recuperando la normalidad, dispuesto a alejarse de aquel gigantesco animal antes de que acabara con su presa, pero antes de que pudiera alejarse, un nuevo escalofrío lo atenazó. Un nuevo ser salió de entre los arbustos, directo al cuello del lobo. El ursón emitió un chillido agudo, tratando de avisar a su salvador, pero de nada sirvió. Aquella especie de reptil se enganchó al cuello del lobo, que trató de librarse de aquel ser, inútilmente. El extraño animal mostró su afilada dentadura, dispuesto a triturar la carne del indefenso lobo, lo suficiente como para que una flecha entrara por su boca y lo desplazara hasta clavarlo en un tronco cercano.

El lobo se giró hacia la zona de la que provenía la flecha, el ursón lo imitó. Durante unos segundos, no sucedió nada. El viento jugueteaba entre los árboles, la nieve lo cubría todo, no había nada en aquella dirección. Súbitamente, otro lobo surgió de la nada. Su pelaje era igual de blanco, sus dientes igual de afilados, sus ojos… Verdes.

Los dos lobos se olisquearon y frotaron sus cabezas cariñosamente. La recién llegada, ah sí, era una hembra, inspeccionó el cuello del lobo. No le gustó lo que vio. Para sorpresa del ursón, la loba comenzó a transformarse: El pelaje blanco retrocedió, dejando al descubierto una piel rosácea; de la cabeza brotó una mata de cabello castaño enorme; las patas traseras ganaron tanto en musculatura como en longitud, provocando que se alzara sobre ellas; las garras y los colmillos se volvieron uñas y dientes, pero no perdieron su color; la cola desapareció por completo, al igual que todas las mamas salvo dos, las cuales se vieron generosamente desarrolladas; el hocico se hundió y dejó paso a una preciosa nariz bien conjuntada con unos labios carnosos y unos ojos verdes…

Y así, donde antes había una loba, se alzó una despampanante mujer. El gélido viento no erosionaba su señorial pose, al contrario, parecía disfrutar con la danza del aire alrededor de su cuerpo. Respiró hondo, dejó que el frío paseara por sus pulmones durante un instante antes de ponerse en marcha.

Ante la atenta mirada de los dos animales, se paseó lentamente por la zona, escudriñando la blanca superficie. De forma súbita, algo llamó su atención. Sus manos comenzaron a transformarse de nuevo, sus dedos se redujeron, sus uñas crecieron tanto en longitud como en grosor, sus palmas se unieron a los antebrazos antes de comenzar a engordar…

El ursón no daba crédito, aquella mujer, otrora loba, había logrado apartar la gruesa capa de nieve y excavar en la dura tierra de la zona con suma facilidad. Tal fue su velocidad que apenas pudo ver sus piernas antes de desaparecer en el suelo. Miró al lobo, en busca de alguna señal de complicidad, pero éste se limitó a tumbarse para lamerse una pata.

En una cálida y confortable madriguera, una familia de topos jugaba al mus. El problema es que no tenían cartas, ni sabían jugar al mus. De hecho, aquel juego se asemejaba más al Veo Veo, con todo lo que eso conlleva para una familia de topos dentro de su madriguera esperando a que llegue el cambio de estación. Sin embargo, lo que llegó no fue el deshielo primaveral, sino un tremendo estruendo acompañado del derrumbe de gran parte de su techo. Del boquete, asomó un extraño y enorme topo.

- Buen día, siento interrumpir su partida de mus – saludó el visitante.
- Buen día, veo que conoce bien nuestros juegos – señaló Papá Topo -. En principio dudé de usted, pero debe ser un topo auténtico.
- En efecto. Por eso mismo soy consciente de lo inapropiada que resulta esta visita, pero necesito un trocito de la Flor Iridiscente – dijo, compungido.
- Oh, claro – respondió Mamá Topo -. Si ha dejado su madriguera con este frío es que debe ser urgente, tome, nosotros tenemos de sobra.
- Muchas gracias
– exclamó con júbilo – mi amigo os debe mucho y yo no lo olvidaré.
- Buen día… ¡Ah!
– dijo en el último momento - ¿Cuál es su nombre?
- ¡Mi nombre es Caroline!
– alcanzó a decir antes de que se cerrara el agujero por el que había surgido.
- Así que era una hembra... ¡Teníamos que haberla juntado con el niño!
- Bueno, otra vez será, ¿a quién le tocaba?
– preguntó Papá Topo, dispuesto a proseguir la partida.

Caroline volvió a la superficie, sujetaba una pequeña flor decorada con múltiples colores en sus manos, de nuevo humanas. Se acercó al lobo, que esperaba pacientemente tendido, para tratar la herida que presentaba en el cuello.

- Te dije que tuvieras cuidado, si no fuera por la ayuda de esos topos tendrías serios problemas – le reprochó a viva voz, pero con cierta ternura.
- Lo siento, no sé cómo ha podido pasar – contestó el lobo, bajando la cabeza.
- Te habrá dado con la cola en un intento desesperado por zafarse de ti, pero bueno, esto ya está – dijo tras terminar de aplicar la pasta formada por los pétalos de la Flor Iridiscente a la herida.
- No volverá a pasar.
- No debería, alcornoque
– bufó una potente voz.

El ursón, atónito, se giró para buscar la fuente de aquellas palabras. Como de la nada, surgió otra imponente criatura, un majestuoso alce con la cornamenta decorada con extrañas telas. El animal pasó a su lado, sin prestarle mayor atención, y se aproximó a Caroline y al lobo.

- El que faltaba – replicó el lobo.
- ¡Kevin! – exclamó Caroline justo antes de lanzarse sobre él – Me alegro de que estés bien.
- ¿Y por qué no iba a estarlo? – respondió alzando la cabeza -. Deberías vestirte, por cierto.
- Eres un aguafiestas, KG, ella no necesita ropa
- dijo el lobo, incorporándose.
- ¿Aguafiestas? Por favor, no me hagas hablar.
- ¡Basta! Los dos, ya – sentenció Caroline -. Ahora me visto Kevin, gracias por guardarme la ropa – comenzó a descolgarla de la cornamenta del alce -. Luke, por favor, trae el arco y el carcaj.
- Entendido – respondió el lobo sin rechistar.
- Llevemos “esto” al pueblo, a ver qué nos dan, Kevin – dijo tras recoger la última de las prendas.
- Sabia decisión, sí señor, ¿crees que Saunders sabrá qué son?
- Ni idea – resonó una voz a través del cuello de una camiseta -, pero no podemos perder el tiempo, solo me quedan cuatro días para tener que volver a la Universidad.
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Re: Vidas paralelas

Mensaje por Gorgias »

Ya te vale, un capi al mes y tus lectores por aquí sufriendo.

Muy buen one-shot, que, ¿cuántos frentes abiertos tenemos ya? xD. Mola, mola, a ver cómo los vas integrando todos en un futuro, que cada vez te lo pones más difícil a ti mismo.

Todo lo demás que tengo que opinar sobre ti ya lo sabes ma da'lin. Muac.
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Re: Vidas paralelas

Mensaje por Takagi »

Gorgias escribió:Ya te vale, un capi al mes y tus lectores por aquí sufriendo.

Muy buen one-shot, que, ¿cuántos frentes abiertos tenemos ya? xD. Mola, mola, a ver cómo los vas integrando todos en un futuro, que cada vez te lo pones más difícil a ti mismo.

Todo lo demás que tengo que opinar sobre ti ya lo sabes ma da'lin. Muac.
Está todo bajo control, guarda cierta coherencia y tiene su porqué, todo llegará :D.

Buscan información de una universidad, ella tiene que volver a la Universidad...
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Re: Vidas paralelas

Mensaje por General Error »

Ole! Cumples con lo dicho y nos presentas a la "licantopa"
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Gran personaje, el cual me agrado más que el de Bob, bueno, que puede ser bueno siendo llamado Bob? Hay te colaste y te costara remontar.
El toque entre la dureza de lo contado y la soplapollez * del bicho raro y los topos da una mezcla muy fresca en tu mundo, como ya te dije, agradable de leer. Te gusta mucho narrar detalles que me suelen cansar, detallar el color oscuro de la una noche sin luna con mil palabras, en este caso en lugar de excederte va muy al grano, como ajustandote a un tope de palabras, eso sumado a la comedia lo hace muy ameno, quizás este sea el relato más que más corto se me hace de leer.
El final, retocado a lo que vi antes, me gusta metiendo aquello que comentamos para agilizar el relato y contar sutilmente lo que pretendes, aunque luego le respondes a Gorgias dejandote en evidencia a posta xD

Buen primer paso para esta chica, veamos como la acoplas.

*Entiéndase por soplapollez como algo positivo, mi vida en si es una soplapollez y no me estoy metiendo conmigo, es algo alegre!


Takagi escribió:[Está todo bajo control, guarda cierta coherencia y tiene su porqué, todo llegará :D.
¿Cuando llegara? Acabaras con tu afro idéntico al de Sengoku a este ritmo! Al menos febrero carece de días y eso te hará apretar más, como falles lo de uno al mes morirás, morirás fuerte.
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Re: Vidas paralelas

Mensaje por Takagi »

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MerlaXIV escribió:Ole! Cumples con lo dicho y nos presentas a la "licantopa"
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Gran personaje, el cual me agrado más que el de Bob, bueno, que puede ser bueno siendo llamado Bob? Hay te colaste y te costara remontar.
El toque entre la dureza de lo contado y la soplapollez * del bicho raro y los topos da una mezcla muy fresca en tu mundo, como ya te dije, agradable de leer. Te gusta mucho narrar detalles que me suelen cansar, detallar el color oscuro de la una noche sin luna con mil palabras, en este caso en lugar de excederte va muy al grano, como ajustandote a un tope de palabras, eso sumado a la comedia lo hace muy ameno, quizás este sea el relato más que más corto se me hace de leer.
El final, retocado a lo que vi antes, me gusta metiendo aquello que comentamos para agilizar el relato y contar sutilmente lo que pretendes, aunque luego le respondes a Gorgias dejandote en evidencia a posta xD

Buen primer paso para esta chica, veamos como la acoplas.

*Entiéndase por soplapollez como algo positivo, mi vida en si es una soplapollez y no me estoy metiendo conmigo, es algo alegre!


Takagi escribió:[Está todo bajo control, guarda cierta coherencia y tiene su porqué, todo llegará :D.
¿Cuando llegara? Acabaras con tu afro idéntico al de Sengoku a este ritmo! Al menos febrero carece de días y eso te hará apretar más, como falles lo de uno al mes morirás, morirás fuerte.

Merlongo, te meto aquí que si no es muy largo.

Gracias por leerlo (¿ya has descifrado todas las cosas que quisiste descifrar?), por comentar y por tu reacción positiva ante este nuevo personaje. No sé cuándo estará el siguiente porque por primera vez en mucho tiempo no tengo claro qué es lo siguiente que me apetece escribir... Pero las canas se tiñen y solucionado ^^.
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Re: Vidas paralelas

Mensaje por Bob Marley »

Me pasaba por aquí a releer los últimos dos One-Shots con la leve esperanza de revivir al autor.

Espabila Takanty!!!!
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Re: Vidas paralelas

Mensaje por Takagi »

Bob Marley escribió:Me pasaba por aquí a releer los últimos dos One-Shots con la leve esperanza de revivir al autor.

Espabila Takanty!!!!
El autor estaba enfermo, pero tras leer esto empezó una proceso tan tardío como necesario cuyo final puede resumirse así:
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Por cierto, Bob, hasta que tenga cabecera, ¿qué te parece si ponemos esto?
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Dicho esto, volvamos a producir un poquito. Aquí os dejo un nuevo capítulo dentro del universo de Tom U.P., sí, otro One-Shot, por el momento:

El Conseguidor: Capítulo 0
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Capítulo 0.

- Tú eliges, ¿salvarás a la chica o a los dulces scouts? – profirió una siniestra voz.
- Lo siento… No puedo hacerlo, ¡Afrogirl! – exclamó mientras se lanzaba hacia ella.
- ¡Iluso! ¡Tú pierdes, yo gano!
Una potente explosión lo inundó todo. La sacudida mojó su cara, dejando una sensación de quemazón salado. El estallido se esfumó, no así la luz cegadora. De nuevo su rostro fue golpeado. Y otra vez y otra y… Abrió los ojos.

Trató de enfocar, pues sólo percibía una imagen quemada de la realidad. El blanquecino tono dominante fue cediendo a los azulados colores del mar. Sin duda, había estado alucinando, no parecía haber rastro alguno de ningún ser humano alrededor. Sólo estaba él, flotando en una inmensa masa de agua.

Se rehízo como pudo, oteando el horizonte en busca de tierra. Para su desgracia, lo único que alcanzó a ver fue un relieve dinámico un tanto caprichoso. Trató de nadar, pero sus músculos no respondieron, se limitaron a tensarse de la forma más dolorosa posible. Una nueva ola sumergió su rostro, al emerger, la combinación del viento y la sal le recordaron el actual estado de su rostro: labios cortados, piel seca, ollares ajados, orejas peladas… Estaba al límite.

¿Cuánto llevaba ahí? No podía recordarlo, no le quedaban fuerzas para ello. Sin embargo, no se rindió, no debía fracasar, no podía hacerlo. Otra vez no. Dio media vuelta y comenzó a nadar, lentamente. Las olas le empujaban por detrás, pero parecía no avanzar. Volvió a buscar algo, cualquier cosa en el horizonte, pero lo único que vio fue una inmensa llanura acuosa. Poco a poco todo comenzó a difuminarse. Incluso una especia de espejismo comenzó a tomar forma, a lo lejos. Una figura, amorfa, corriendo sobre las aguas.

- Oh, Cthulhu… - pensó, mientras sus ojos se cerraban de forma definitiva.

Inmóvil, pero bella. Indómita, pero inerte. La joven yacía en sus brazos, con los ojos cerrados y una tímida sonrisa dibujada en su rostro. Comenzaron los zarandeos, pero resultaron inútiles.

- Vamos, abre los ojos, ¡despierta! ¡Despierta! – Se desgañitó.

Despierta… Despierta… Aquella palabra retumbaba por toda su cabeza. Despierta. Pero él ya estaba despierto, era su Afrogirl quien debía despertar. Despierta. ¿A qué podía deberse? ¿Una nueva treta de su némesis? Despierta. Tenía que hacer algo, aquello le estaba quemando por dentro. Despierta.
Despertó.

Muy agitado, trató de incorporarse, pero unos fuertes brazos le devolvieron a la horizontalidad. Alterado, trató de ubicarse. Miró a todas partes en busca de información: tablones de madera humedecida en suelo y paredes, un juego de sillas viejas en torno a una mesa carcomida, un sofá desgastado, una bombilla tintineante que estaba siendo cortejada por cinco mosquitos, múltiples cuadros de temática playera, colgados de forma criminal para cualquiera que padezca TOC y, justo a su lado, un hombre en bañador.

- ¿Cth…?
- No te muevas mucho, necesitas recuperar fuerzas. Toma, bebe – dijo mientras le acercaba una botella con agua a los labios – tendrás que pasar un par de días bebiendo sin parar para recuperarte, estás literalmente seco, colega.
- … - trató de decir algo, pero se limitó a asentir entre trago y trago. Tras beberse cinco botellas y media, al fin notó su garganta lo suficientemente hidratada como para mantener una conversación.
- No recuerdo cómo llegué allí… Sólo recuerdo ver a… A alguien.
- Sí, tuviste suerte. Estaba volviendo a la isla cuando te vi. Eres un muchacho con suerte – dijo antes de levantarse para dirigirse hacia la cocina, estilo americana.
- Pero… ¿Cómo…? – La pausa pareció alargarse una eternidad - ¿Eres uno de ellos?
- No… No sé a qué te refieres – respondió de espaldas, fingiendo que buscaba algo en la nevera.
- Vamos, ¿cómo si no ibas a pasear sobre las aguas? ¿Eres el jodido Salvador?
- ¡NO! ¡Por culpa de esta maldición ya no puedo salvar a nadie!
- A mí me has…
- ¡Antes sí! Salvaba a gente todos los días en la playa, era el mejor guardacostas que ha visto esta isla, pero ahora… Ahora no puedo nadar, no puedo sumergirme, no puedo hacer nada…
- A mí me has…
- Y ahora vivo aquí, sin poder juntarme con los míos para que no me descubran. ¿Qué vas a hacer? ¿Delatarme?
- ¡A mí me has salvado! – Interrumpió con vehemencia – Y no, no voy a delatarte…
- Ya, seguro…

El hombre paseó inquieto por la cocina. El joven náufrago, por el contrario, se mostraba cada vez más entero y ubicado. Se recolocó en el sitio, intentó aclarar su garganta y dijo:

- Es más, si dejas de refunfuñar y vienes aquí a hablar, incluso puedo ayudarte a encontrar una solución – respondió con una inusitada seguridad.
- ¿Ayudarme? ¿Cómo? – Preguntó casi burlándose.
- Deja eso ahí y hablemos, cuéntamelo todo y… Cuando hayas acabado, te sentirás mejor – dijo, incorporándose para estirar sus agarrotados músculos.
- No deberías… Cómo vas a… Por qué…
- Pareces confuso, tranquilo, sólo hay una pregunta a la que debas responder ahora – comentó mientras se aproximaba a él, hasta colocar la mano en su espalda - ¿deseas desprenderte de tu habilidad?
- ¡¿Habilidad?! – Se zafó, sobresaltado.
- Habilidad, maldición… Poder – volvió a establecer contacto - , el nombre es indiferente, ¿te gustaría librarte de ello?
- Por supuesto, pero… - Una fuerte sacudida recorrió su cuerpo. Por un momento le pareció sentir que algo abandonaba su cuerpo, pero jamás sería capaz de describir esa sensación. Miró al náufrago, con las pupilas dilatadas, en busca de respuestas.
- Tranquilo, lo sé, extraño. Sin embargo, eficaz, créeme. ¿Por qué no lo compruebas por ti mismo? – Sentenció, señalando la puerta, sin perder la sonrisa.

Se incorporó lentamente, dubitativo, casi temblando. Poco a poco se aproximó a la puerta y… Salió. En el exterior todo era luz, arena y mar. La casa resultó ser una humilde cabaña costera, situada junto al paseo marítimo de una otrora transitada playa. Las montañas de residuos parecían haber atraído a tantas ratas como turistas habían ahuyentado. El agua, ajena a la destructiva obra del hombre, seguía llegando con fuerzas renovadas, erosionando la costa y generando diversas zonas más que óptimas para el baño.

El hombre cogió un objeto extraño y lleno de polvo, enganchado en la pared más próxima a la entrada, se desprendió de todo salvo del bañador y salió corriendo hacia el agua, guiado por una esperanza tan potente como inesperada. No era posible, no lo iba a lograr, comenzaría a andar por la superficie como siempre, sin más. La duda, al igual que el raciocinio, perdió en aquel momento frente a la esperanza.

Quedaban pocos pasos, ya podía saborear la sal. Inspiró con fuerza, ya casi estaba, para que sus pulmones se deleitaran con aquel aroma embriagador. Otra zancada, tan cerca… No pudo evitarlo, se lanzó de cabeza.

No salió durante un buen rato, permaneció sumergido, jugando con el agua, dejando que su piel se acostumbrara de nuevo a aquel medio. No daba crédito. Aquello, sin duda, era la felicidad. Pero nada dura para siempre, tuvo que salir a coger aire. Agarró el flotador naranja que había llevado hasta el agua, chapoteó como un infante y, con la vista perdida en el horizonte, rompió a llorar.

Tras unos instantes de regocijo personal, recordó las palabras del joven náufrago. Sin duda, aquel muchacho le había hecho algo, le había curado, y necesitaba agradecérselo. Salió del agua, pero volvió a entrar para comprobar que aquello no había sido un sueño. Después de un nuevo chapuzón, se dirigió a su hogar, trotando.

- Oye, chaval – gritó antes de entrar - ¡tenías razón!

No obtuvo respuesta. Entró en la casa, rezumando entusiasmo, pero la halló vacía. Sorprendido, la recorrió a la carrera, pero el resultado fue el mismo. No daba crédito, ¡se había esfumado! En aquel momento no supo qué era más extraordinario, la desaparición de aquel náufrago o la desaparición de la maldición, tampoco imaginó que ambos sucesos estuvieran relacionados, ni se paró a pensar en cómo podía haber ocurrido aquello o si era obra del destino.

Como había hecho unos minutos antes, volvió a correr hacia el mar, se sumergió y nadó hasta quedarse sin fuerzas. Ya había anochecido cuando regresó a su hogar. Colgó el flotador en la pared de la entrada, no sin antes dedicarle una última mirada cargada de ilusión. Antes de entrar, se giró y, con la mirada perdida en el estrellado cielo, exclamó:

- ¡Gracias!

A muchos kilómetros de distancia, en las afueras de la gran metrópolis de Madriz, alguien aterrizó en medio de un callejón. Era un lugar húmedo y lúgubre, sin luz artificial que lo alumbrara a excepción de la que proyectaban los apartamentos que lo delimitaban. Un canalón roto generaba un soniquete casi hipnótico, junto al charco que provocaba, un contenedor repleto de basura aromatizaba la zona. Apoyada en la pared de enfrente, una figura permanecía inmóvil, esperando.

- ¿No vas a decir nada? – Preguntó el recién llegado.
- Nope – respondió una voz femenina.
- ¿En serio? ¿Nada? – Dijo con tono de súplica.
- Nooooope – contestó de forma aún más seca.
- Andaaa – añadió abriendo los brazos.

Tras unos instantes, ambos se fundieron en un sentido abrazo. Él, claramente más alto, se inclinó hacia ella. Ella, consciente del movimiento, le endosó un señor puñetazo en la boca del estómago, provocando que volara de nuevo, esta vez directo al contenedor. Al impactar contra él, un intenso estallido metálico inundó la zona.

- Genial, ¡magnífico! – Exclamó él, incorporándose mientras acariciaba su tripa.
- ¡No ha sido mi culpa! Te lo has buscado… Además, te he dado tiempo de sobra para cubrirte – le reprochó ella.
- No me quejo del golpe, sino del ruido, Valkyria – respondió de forma condescendiente.
- Oh… Es verdad – su gesto cambió, sus puños hasta el momento firmemente cerrados se relajaron -, lo siento, J…
- Shh, calla.
- ¡¿Qué has dicho?! – Vociferó, de nuevo alterada.
- Oh mierda, nos han localizado.
- No… ¡Corre! ¡Vuela! – Suplicó entre zarandeos.

Peo no lo hizo. Los dos permanecieron en pie, estáticos, observando uno de los extremos del callejón. Tras unos segundos, un grupo de hombres apareció. Tras gruñir algo y soltar alguna risotada bobalicona, se dirigieron hacia los dos jóvenes, en busca de un poco de diversión. Era un grupo bastante homogéneo, cinco gorilas, rapados, con chupas de cuero, expresión atolondrada, mirada perdida, torso trabajado, piernas descuidadas, botas militares…

- Bueno, bueno, bueno, ¿qué tenemos aquí? – Comentó uno de ellos.
- Tíos, no queremos problemas, de verdad – respondió él.
- Ah, ¿no? ¿Habéis oído eso? – Comenzaron a reírse de nuevo – No queremos problemas, muy buena esa, negrata, muy buena – Valkyria cerró los puños con fuerza.
- ¿Por qué no te piras y nos dejas con tu amiguita, negro? – Añadió otro de ellos, provocando que Valkyria tensara sus músculos y apretara los dientes con mucha fuerza.
- En serio tíos, esto no va a acabar bien… Por favor – suplicó.
- Oh no, claramente no, escoria – volvieron a reír – Buzz, Mitch, quitadlo de mi vista.

Dos de los matones se abalanzaron sobre él. Los otros tres gorilas se centraron en ella, sus miradas se perdían intentando recorrer las curvas de su cuerpo, comenzaron a salivar sólo con imaginar todo lo que podrían hacer en unos instantes. El chico comenzó a retroceder ante el avance de los otros dos, ella se mantuvo firme, con la mirada clavada en el suelo, respirando aceleradamente.

- No lo entendéis, la estáis enfadando – dijo tras retroceder una distancia considerable.
- Le quitaremos el enfado en un momento, va a gozar más que en toda su vida – contestó uno de ellos, arrojando a un lado la lata de cerveza que portaba.
- Os he avisa… - Un puño se alojó en su estómago, de nuevo, pero esta vez recibió el golpe sin moverse del sitio.

Sin embargo, el asaltante sí se movió, se tiró al suelo hecho una bola, desgañitándose de dolor, alzando su maltrecho puño, o lo que quedaba de él, una masa rojiza y amorfa que no dejaba de chorrear sangre.

- ¿Pero qué…? – No tuvo tiempo de acabar la frase, una sucesión de fuertes ruidos sobresaltó al otro atacante. No provenían de su compañero caído, sino de su espalda.

Dos de los otros tres hombres yacían en el suelo, inmóviles. El otro, temblaba incrédulo ante lo que acababa de presenciar. Frente a él, imponente, se hallaba Valkyria, haciendo crujir sus nudillos. Había algo distinto en ella. No era su pelo, tan oscuro, largo y sedoso como siempre. Tampoco su piel, pálida y suave, a juego con sus diminutos y relucientes dientes. Eran sus ojos. No era sencillo descubrir dónde apuntaba su mirada, ya que sus globos oculares se habían tornado totalmente negros.

- ¿Ya no quieres pasar un buen rato, encanto? – Profirió con una voz gutural capaz de helar la sangre del más intrépido.
- N-No… No, no, no p-pre… - cayó hacia atrás sin cesar de tartamudear – n-no que-quería…
- ¿No querías molestarme? ¿No querías intimidarme? ¿Qué es lo que no querías? ¡¿No querías violarme?!

Fue rápido. Antes de que pudiera responder, Valkyria lo levantó agarrándolo de la chupa con una mano. Con la otra le endosó tal puñetazo que el matón quedó incrustado en la pared opuesta del callejón, totalmente inconsciente. El único asaltante que quedaba en pie buscó a su objetivo con la mirada, tratando quizá de encontrar una respuesta a lo que acababa de presenciar o alguna salida para aquella situación.

- Lo siento colega, traté de avisaros.

Aquellas palabras provocaron una reacción de verdadero pánico en aquel hombre. Comenzó a dar vueltas sobre sí mismo, a buscar algo desesperadamente. Finalmente, se agachó para recoger una barra de hierro oxidada.

- Mala idea tío – dejó escapar – si llegas a quedarte quietecito, podrías haber salido de esto bastante más entero.
- ¿Sí? Ahora vas muy subidito eh – el miedo gobernaba su mente - ¡te voy a arreglar esa cara de mierda que tienes!

Otro sonido seco silenció a aquel hombre. Una patada lateral le rompió numerosas costillas antes de lanzarlo directamente contra la pared. Éste sí cayó al suelo, donde comenzó a generar un charco carmesí. Valkyria se giró entonces hacia su acompañante. Estaba fuera de sí, resoplaba de forma tan potente que expulsaba pequeños cúmulos de vapor claramente visibles. El joven, tranquilo, se acercó a ella. Tras susurrarle algo al oído, se separó de nuevo para descubrir un dulce y relajado rostro.

- Lo siento, no he podido evitarlo – susurró con una voz extremadamente dulce.
- Ey, tranquila, se lo han buscado – respondió, abrazándola.
- ¿Podemos quedar mañana y hablar todo más tranquilamente? – Preguntó, recostada en su pecho.
- Claro, será lo mejor. Vayámonos de aquí antes de que se ponga feo – se giró hacia el matón con la mano destrozada – tú, dame tu teléfono.

El asaltante herido se mordió la lengua, preso del pánico y del dolor. Sacó un dispositivo del bolsillo y extendió el brazo, ofreciéndoselo al muchacho. Éste lo cogió de buen grado, marcó el número de Emergencias y esperó.

- Sí, por favor, manden una ambulancia rápido, hay cinco hombres heridos… Ajá… Ajá… Sí, justo ahí… Ajá… Ajá… No, caballero, descuide, no me moveré de aquí – colgó y le pasó el dispositivo a Valkyria, quien lo aplastó sin miramientos - ¡Vámonos!
- Espera…
- ¿Perdón?
- Q… ¿Q-Quién… Quiénes sois? – Alcanzó a pronunciar.
- Amigo mío – respondió agachándose a su lado – este ángel es mi querida Valkyria y yo soy el cabronazo que te encontrará como se te ocurra decir lo que no debes, ¿entendido?
- Sí – respondió de inmediato.
- Así me gusta, apoya a los héroes tío y deja de tirar tu vida por la basura, este país no necesita que sigamos hundiéndolo. ¡Ah! Me olvidaba, toma esta tarjeta, por si en el futuro te replanteas las cosas.

La pareja abandonó el callejón al trote, antes de que apareciera alguien más por allí. El único asaltante que aún se mantenía consciente se recostó de nuevo, intentando asimilar lo que había ocurrido. Incapaz de lograrlo, colocó la tarjeta a una distancia suficiente como para poder enfocarla. En ella se podía leer: Si quieres librarte de una maldición o ser bendecido con un don, no lo dudes, El Conseguidor es tu solución.

A cierta distancia de aquel callejón, los dos jóvenes se despedían frente a un alto edificio repleto de ventanas. La zona estaba ligeramente más iluminada, multitud de vehículos descansaban en los alrededores, establecimientos cerrados se intercalaban entre los bloques de viviendas. Junto al que estaban, un parque infantil a un lado y un bar, también cerrado, al otro.

- ¿Fue todo bien entonces? ¿Es bonito Tenerife? – Preguntó Valkyria.
- Sí, conseguí lo que buscábamos – hizo un gesto de victoria con la mano – pero no tuve tiempo de revisitar la isla, ya te llevaré.
- ¿Es una promesa? – Sus ojos brillaban radiantes de ilusión.
- ¡Claro! Cuando tengamos un hueco – antes de acabar la frase ella le plantó un beso impidiéndole seguir.
- No digas más – dijo tras separarse -, ya me encargo yo de informar a Mike. No creo que le haga mucha gracia despertarse a estas horas.
- Siento haber llegado tan tarde, os lo compensaré –dijo como despedida.
- Ah, ¿no te vas…?
- Nah, cogeré el metro, no tengo prisa por llegar a casa.

Tras despedirse con un gesto cómplice, se giró y comenzó a caminar hacia una estación cercana. No tardó mucho en llegar a una boca de metro, coronada por un cartel muy desgastado con el siguiente texto: Artilleros. Descendió por un tramo de escaleras de piedra, atravesó el lugar donde antaño hubo unas puertas, paseó por un vestíbulo digno de una película de terror (azulejos destrozados, paredes ennegrecidas, pequeños animales correteando por las esquinas, goteras de extraños líquidos, aparatos destartalados, luces poco eficientes a la hora de cumplir su función y un hedor casi insoportable) hasta llegar a los torniquetes, donde deslizó una tarjeta más como gesto simbólico que por necesidad. Después tuvo que bajar por varios tramos de escaleras mecánicas inmóviles hasta llegar al andén.

Allí esperó. Esperó durante mucho tiempo. Los carteles que indicaban el tiempo que tardaba cada tren en llegar, sorprendentemente, no funcionaban. No se atrevió a sentarse en lo que debía ser un asiento de piedra, simplemente, esperó, en pie. Habían transcurrido más de treinta minutos cuando al fin llegó su transporte. Era un vehículo de un único vagón, completamente decorado con grafitis por el exterior pero, curiosamente, limpio por dentro. Siendo la hora que era, esperaba encontrarlo casi vacío, igual con algún borracho, pero lo que no esperaba era encontrarse con ella.

- ¡Pero qué tocho! ¡Hermano! – Exclamó una vocecilla cuando entró al tren.
- ¡Oh! ¡Hermana! – La reconoció al instante y se dirigió hacia su asiento - ¿Qué haces aquí?
- ¿Y tú, mozo? – La pregunta estaba cargada de intención, tanto como la profunda mirada que le dedicó junto a un hipnótico movimiento ascendente de ceja.
- Bueno, eso ya lo hablaremos otro día, estoy baldado – dijo dejándose caer a su lado y suspirando.
- ¿Cómo fue todo? – preguntó ella, colocándose la castaña melena tras la oreja.
- Bien, lo tenemos – esbozó una pequeña sonrisa - ¿qué hacías tan al sur a estas horas?
- Vengo de la universidad, he estado consultando unos libros que tenía pendientes – respondió, sin apartar sus grandes ojos esmeralda de él.
- Mmm, entiendo, entiendo. Genial, ya podrían todos esforzarse tanto como tú, Lynxie – dijo mientras le sacudía con cariño la cabeza.
- ¿Cómo de jodido es que algunos nos dejemos los ojos noche tras noche mientras otros están mano sobre mano, superamigo? – Preguntó, con un tono cargado de tristeza.
- Ay, superamiga, es muy jodido – se recolocó para poder mirar por la ventana de su espalda – pero no creo que Comadreja o Marte estén menos involucrados en nuestra causa, simplemente…
- Simplemente tienen otras prioridades – sentenció.
- Puede… Puede… - Un alegre soniquete interrumpió su conversación. Prevenía del bolsillo de Lynxie, quien introdujo su alargada mano para sacar un elegante teléfono móvil - ¿Eso no es mío?
- Exacto mozo, ¿tanto te ha dado el Sol en tu viaje? – Se burló.
- Siempre tan graciosa, kike – replicó junto a un gesto un tanto obsceno.
- Anda, contesta, nigga – le pasó el dispositivo.
- No sabía que había cobertura aquí, pensé que hasta el trasbordo estaríamos incomunicados – dijo, haciéndose el remolón.
- ¡Parece que aún queda algún repetidor operativo! – Vociferó debido al tremendo estruendo que se apoderó del lugar al atravesar una estación fantasma – Deberían arreglar ese tramo.
- Qué raro… - La interrumpió al ver quién llamaba - ¿Sí? – contestó al fin.


Escuchó atentamente durante un rato, suficiente como para impacientar a su amiga, provocando que se sumergiera en un libro enorme que llevaba en su mochila. El ejemplar estaba marcado, era uno de la biblioteca de la universidad. No tenía cubierta, por tanto podía leerse directamente la primera página, donde ponía “Historia del pueblo A…”. El resto de la página parecía haber sido mordisqueado con furiosa ferocidad.

- Claro que sí – respondió al fin – no te preocupes, aún lo conservo. Seguro que le hace mucha ilusión, casi tanta como a mí que al fin un miembro de la familia logre… Sí… Sí, lo sé, aún no está dentro, pero… Escucha… Espera – Su interlocutor no dejaba de interrumpirle – Entendido, tranquila, lo mantendré en secreto… Sí… Yo también… Venga, tía, un beso… Nos vemos… Adiós, adiós.
- ¿Y bien? – No tardó ni dos segundos en preguntar.
- Bueno… Parece que… ¡Nos vamos a París!
Los fallos serán subsanados, tened en cuenta que la mayor parte de este capítulo ha sido escrito bajo los efectos de fuertes antibióticos y una fiebre curiosa. Gracias por leer.
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