[FanFic OP] la chica que bailaba sobre el agua

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Candy-Candy
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Re: [FanFic OP] la chica que bailaba sobre el agua

Mensaje por Candy-Candy »

He tardado muchisimo! lo cierto esque cambie de ordenador y no había manera de recordar la pagina u.u y luego examenes. bueno no me lio mas y a disfrutar!!!
Capítulo 4
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―Has crecido.―Lilith rompió el silencio que se había generado entre ellos dos.
―Tú también.
Lilith trató de imaginarse al Zoro que ella recordaba. El niño de quince años mal educado y bruto que siempre la empujaba y la hacía llorar. Para aquel entonces ella solo tenía diez años.
Zoro dejó que ella entrara en la enfermería y se apoyó en el marco de la puerta.
―Así que al final reuniste el coraje para dejar la villa de Shimotsuki.―Preguntó ella sentándose en la cama.―Nunca imaginé que te hicieras pirata…creí que la promesa de Kuina era de verdad.
―La promesa que le hice a Kuina es lo que me ha hecho convertirme en pirata. Solo es que ahora tengo una familia a la que quiero proteger. Tú también te marchaste.
―Yo no me marché, Zoro. Mi padre decidió alejarme de Koshiro.―Zoro suspiró. En realidad no le extrañaba. El padre de Lilith, Borjn Ragnar era un guerrero de las montañas del norte hosco y barbudo que despreciaba las técnicas de lucha con katana y nunca había sentido el mayor aprecio por el hermano de su esposa. “Dadme un hacha y un escudo, es cuanto necesito en el campo de batalla” Solía decir.
―¿Y cómo está el viejo Ragnar?―Preguntó Zoro por pura cortesía fingida.
―Murió.―El espadachín miró a su amiga a los ojos, tenía unos enormes ojos azules.―En realidad, lo mataron.

Lilith despertó con los primeros rayos de sol. De algún modo, el barco seguía navegando y el primer pensamiento que le vino a la mente fue saber quién debía ser el timonel.
Se desperezó y se vistió. Abrió la puerta para encontrarse en el suelo un montón de ropa plegada. Extrañada la cogió y la inspeccionó. Era ropa de mujer. ¿Nami, Robin? En todo casi agradecía el gesto. Se cambió rápidamente. Optó por unos pantalones cortos de color caqui y una camiseta rosada. Encontró unos botines entre los regalos pero prefirió ir descalza. Nunca se había calzado, de algún modo sentir en suelo bajo sus pies la reconfortaba, como si pudiera tener el control sobre el mundo que la rodeaba.
Zoro no había querido indagar en el tema, lo cierto era que no quería hablar sobre ello. No tenía muy claro cuánto tiempo se quedaría con ellos, pero en aquel barco se respiraba un ambiente muy agradable y hacía demasiado que no se sentía tan bien. Pero no quería olvidar su objetivo principal.
Caminó hacia la cubierta, sus pies descalzos le permitían moverse con sigilo, parecía que nadie estaba aún despierto.
El sol se debatía con el mar para que le dejara salir y acariciarla con sus primeros rayos. En la cultura de su padre el sol nunca descansaba, siempre corría para huir del lobo que amaba al sol y deseaba casarse con él. En ese mundo el lobo era como llamaban a la luna.
El césped de la cubierta era realmente agradable, estaba fresco por el rocío. Nunca había estado en un barco con césped.
Se asomó por la cubierta, el mar estaba en calma. Inspiró el aire y sintió como si el mar la llamara. Siempre la llamaba. No pudo resistir la tentación y subió por la barandilla. Con decisión e impaciencia se lanzó por la borda.
Cayó de pie. El agua le acariciaba los pies y bailaba alrededor de sus dedos. ¿Cuánto hacía que no sentía el mar? ¿Cuánto hacía que ya no bailaba sobre él?
Su padre Ragnar siempre se lo había prohibido. “Nadie puede caminar sobre el agua, Lilith. Si alguien te ve, podrían capturarte para conseguir tu don” y así había sido.
Nunca se había preguntado si alguien podía hacer lo que ella hacía. Había muchas frutas del diablo que concedían poderes increíbles, aunque ella no recordaba haber comido ninguna. Comenzó a girar sobre si misma con los brazos formando una cruz. No le importaba que los demás la vieran en aquel barco.
De pronto una melodía de violín acompaño sus giros. Se volteó y miró hacia el barco. Un esqueleto la miró y la saludó con el sombrero.
―Ha sido tan hermoso lo que han visto mis ojos que no he podido resistirme―Volvió a rasgar las cuerdas del violín con suavidad.―Aunque yo no tengo ojos.
Los miembros de la tripulación, que se habían despertado con la música, se asomaron en la barandilla donde Brook se encontraba sentado.
Zoro miró a Lilith. Los recuerdos de su infancia volvieron a su memoria. Recordaba el lago que había cerca del Dojo, y como Lilith solía jugar sobre el agua cuando la luna estaba llena mientras él se entrenaba. Había olvidado por completo aquello.
―¡Increíble!―Gritó Luffy desde la proa. ―¡Lilith eres increíble!
La chica paró de girar, aquella sensación siempre la dominada y perdía la noción del tiempo. Los gritos del capitán la sacaron de su letargo. Todos la estaban mirando. Corrió hacia el barco y la mano de Luffy se alargó para ayudarla a subir a proa.
―¡Ha sido precioso, Lilith-san!―Grito Sanji con los brazos hacia el cielo y gritando emocionado.
―¿Es una Akuma no Mi?― Robin no parecía tan contenta.
Lilith se sintió incómoda de pronto, los ojos de aquella mujer le causaban impresión. Se limitó a encogerse de hombros.
―¡Vamos Lilith-san, te prepararé un rico desayuno!―La chica rubia apreció la intervención de Sanji y caminó hacia la cocina. Luffy corrió gritando con alegría.

Todos se sentaron alrededor de la mesa para disfrutar del delicioso desayuno de Sanji.
―¡Lilith!―Gritó con la boca llena Luffy.―Se uno de mis nakamas.
―¿Qué?―La chica abrió los ojos perpleja.
―Tienes un poder super original y quiero que seas una de mis nakamas. ¿Verdad que si, Zoro?
La mayoría parecían encantados por la idea. Zoro se limitó a no despegar su boca del plato para evitar opinar sobre el asunto.
―Luffy yo…no puedo.―Dijo con tristeza.―Sois geniales, de verdad. Pero yo debo hacer algo antes…―Cambió la expresión de pronto y se forzó a sonreír.―Por cierto, por casualidad no encontrasteis nada entre los restos…un hacha quizás…
Sanji negó con la cabeza. Lilith suspiró, en realidad tenía pocas esperanzas. El Bondadoso Amo le había prometido que guardaba su Skeggöx en su cámara de tesoros, pero solo tenía su palabra. Desde que la capturaron, nunca había vuelto a ver el hacha de su padre. Y la palabra del Bondadoso Amo no era suficiente para ella.
―Genial, entonces te ayudamos y después serás uno de los nuestros.―Luffy sonrió. Lilith trató de abrir la boca para replicarle pero de algún modo comprendió que sería inútil. Pero algo tenía claro, necesitaba su hacha junto a ella. Su Skeggöx quería sangre, y ella debía dársela.

Zoro la interceptó de camino a la enfermería. Chopper insistía en hacerle algunas revisiones de tanto en cuando, algo que ella encontraba una pérdida de tiempo.
―¿Buscas el Skeggöx, cierto?―Preguntó Zoro con su habitual neutralidad.―Recuerdo que tu padre solía pasearla de lado a lado con ese orgullo tan suyo. Y tú te quedabas embobada mirándolo.
―Me la quitaron cuando me capturaron. ―Respondió ella.
―Bueno, mi capitán es muy cabezota. Así que si ha dicho que te ayudaremos, te ayudaremos.―El espadachín se cruzó de brazos y sonrió.―De todas formas, dudo que puedas levantar esa gigantesca hacha.
Lilith frunció el ceño y con un rápido salto se abalanzó al cuello de Zoro. El chico colocó sus brazos en cruz para pararla. Lilith trató de agarrarse a su torso con las piernas y hacerlo caer, pero Zoro utilizó su cuerpo para empujarla hacia la pared, inmovilizándola totalmente.
―No ha estado mal.―Admitió Zoro sin soltarla. Ella trató de zafarse, pero finalmente se quedó quieta para evitar la ira del espadachín.―Has cambiado. Podrías haberle hecho mucho daño a alguien.
―Dame un cuchillo, espadachín y lo comprobarás.
Zoro le dedicó una sonrisa torcida y la soltó. Ahora estaba claro, no era esa niña asustada que había dejado atrás en el mar del este.
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Takagi
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Re: [FanFic OP] la chica que bailaba sobre el agua

Mensaje por Takagi »

Tardo yo más en escribir uno de los míos así que no te preocupes xD.
―Ha sido tan hermoso lo que han visto mis ojos que no he podido resistirme―Volvió a rasgar las cuerdas del violín con suavidad.―Aunque yo no tengo ojos.
Todos los mugis cumplen, pero esta parte ha sido mi favorita.

Todo lo del arma de su padre y su poder y lo poco que se va viendo me despierta mucho interés. Aunque tengo una duda con las edades, porque me parece que Lilith tiene menos años de los que pensaba. Capítulo entretenido, espero ver más pronto ^^.
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Candy-Candy
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Re: [FanFic OP] la chica que bailaba sobre el agua

Mensaje por Candy-Candy »

No se cuanto hace que no subia nada, la verdad. estaba falta de inspiración pero he aprovechado estas fiestas. espero que os guste este nuevo capitulo.

Capítulo 5.
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Cada día que pasaba en aquel navío, Llith estaba más segura de que Zoro no era el mismo. Aquella tripulación sacaba lo peor y a la vez lo mejor de él.
Consideraron oportuno tomar tierra en una diminuta isla llena de jabalíes para cazar algunos y celebrar esa noche un banquete en honor de lo que ya consideraban: su nueva nakama.
Zoro había aprendido de forma casi perfecta el manejo de las tres katanas, como si fueran parte de él, como si ellas le hablaran y él las comprendiera.
― ¿Qué dices a eso, padre?―Pensó para sí con una sonrisa. Ragnar jamás había apreciado a Zoro y nunca lo había aceptado como discípulo. “Kuina está muerta, hermano. Y ese chico no podrá sustituirla”
Su padre siempre le decía que su Skeggöx le hablaba, le decía que siempre tenía sed. ¿Le hablaría a ella de la misma forma cuando la recuperara? La chica lo dudaba rotundamente.
Los nakamas de aquel barco también tenían habilidades increíbles. Nami le dijo en una ocasión que era lo que los hacía especiales, como si todos fueran las dos caras de una misma moneda, y su capitán era el oro que habían fundido para mantenerlos a todos unidos.
Luffy montó sobre uno de los monstruosos jabalíes mientras retaba a Usopp a una carrera. El narigudo se negó en redondo y Luffy optó por ordenarle a su montura que lo siguiera para arrollarlo. Sanji había descendido a tierra para tratar de recoger plantas aromáticas para sus platos. Lilith jamás había probado platos tan deliciosos, y si lo había hecho, se había olvidado. El Bondadoso Amo le había dado una alimentación variada, pero ni mucho menos apetecible. A veces consideraba que estaba engordando, así que se limitaba a darle verdura que parecía haber sido pisoteada. Otras, cuando las costillas se le marcaban de forma grotesca, le daba pan duro y leche. Lilith sabía que él tenía comida de sobra, pero él estaba seguro de que en cuanto tuviera las fuerzas suficientes, lo mataría y escaparía. Y era cierto, pero jamás le había dado esa oportunidad.
―Anoche hablabas en sueños.―La voz de la mujer de ojos aguileños la sacó de sus pensamientos. Se había acercado a ella sigilosamente, mientras miraba las payasadas de los sombrero de paja desde la cubierta de la nave.
― ¿Ah, sí?―Preguntó Lilith. Realmente no le agradaba aquella mujer. Quizás porque era la que menos encajaba en aquella loca tripulación. Nami había procurado que la chica rubia se sintiera una más y era necesario que durmiera con las demás mujeres y abandonara la enfermería. Eso no le había gustado. Estaba acostumbrada a dormir sola.― ¿Y qué decía?
―Nada inteligible. ―Contestó Robin tras una extraña pausa. “Sí, claro” pensó Lilith.
El cocinero y Zoro trajeron 2 jabalíes igual de descomunales y los subieron al barco como si se tratasen de dos sacos de harina.
― ¡Te digo que el mío es mucho más grande!―Gritó Zoro enfundando su katana.
― ¿Es que estás ciego estúpido marimo? Este jabalí es monstruoso comparado con ese cerdo raquítico. ¡Oh, Lilith, Robin! ¿Qué pensáis? Mi jabalí alimentaría un ejército entero.
Lilith miró ambos jabalíes. Eran prácticamente idénticos en tamaño. Zoro, que se había puesto de espaldas para no tener que aguantar al cocinero suspiró. Robin reía por lo bajo.
―¡Quiero cocinarlos a los dos!―Gritó Luffy que subió de un salto a la cubierta. ―Sanji, asalos a los dos, así haremos un gran banquete.
Nami se acercó a los chicos con los brazos en jarra.
―Dejaos de tonterías. ¿Creeis que debe estar poblada? Parece muy pequeña.
―Lo dudo. Estos jabalíes son muy grandes, seguramente campan a sus anchas sin depredadores cerca. ―Apuntó Robin.
― ¿Entonces a qué esperamos? ―Preguntó Franky acercándose a los chicos. ―Sanji, empieza a cocinar esos cerdos.
―Sí, sí, ya voy. ―Sanji se subió las mangas de la camisa y agarró una de las patas del animal muerto.
El día estaba despejado y hacía bastante calor. Nami tardó apenas unos minutos en bajar hasta la playa y ponerse el bañador para tomar el sol.
Lilith esperó a que todos hubieran bajado del barco para entrar en las bodegas. La mayoría estaban llenas de tesoros incalculables, oro y preciosas joyas. Pero la chica ignoró todo aquello, lo que ella buscaba no eran joyas preciosas.
Encontró un puñal sencillo pero afilado dentro de una funda que se colocó en el muslo, ballestas y saetas, espadas y lanzas, pero ni rastro del Skeggöx. En su cabeza el Bondadoso Amo parecía reírse de ella.
Lilith optó por quedarse un hacha de guerra larga y de hoja gigante, hecha de hierro duro, tan imponente que podía causar pavor a cualquier hombre cuerdo. Con unos cinturones se fabricó una funda y se la colocó en la espalda. Era pesada y ella estaba muy desentrenada, pero con el tiempo volvería a manejarse con destreza.
―No recordaba que fueras una ladrona.―Lilith cogió de forma instintiva el hacha y con un movimiento de cuerpo giró en redondo para clavársela al enemigo, pero el espadachín fue rápido y la detuvo con su katana, las hojas se besaron con fuerza y rechinaron.
― ¿Qué haces aquí?―Preguntó ella manteniendo su arma presionando contra la katana.
―Cazar ratas. ―Respondió Zoro sin ápice de humor en su voz. ― ¿Por qué estás robando?
―Necesito armas…―Trató de explicarse.―Ya os lo dije, no puedo ser vuestra nakama, tengo asuntos que resolver.
Zoro empujó el hacha con su hoja, Lilith dio unos pasos atrás y él envainó su arma.
―Todos tenemos.―Lilith colocó de nuevo su hacha en su espalda y apretó las correas para asegurársela.
―Pero os dedicáis a beber y bailar en la playa, mientras vuestros enemigos se mueven. Mi padre fue un guerrero y mi abuelo antes que él y hay algo que necesito, debo luchar por ello.
Zoro se acercó lentamente a la chica, que mantenía una posición defensiva.
―Volvamos con los demás, deja las armas.
―Sabes que no puedo.
―Y yo no pienso dejar que te las lleves. ―Con un ligero movimiento de pulgar, Zoro desenvainó de nuevo una de sus tres katanas.
Lilith agarró con fuerza el hacha y la blandió mientras cargaba a toda prisa hacia él. Tuvo que ser ella la primera en dar el primer golpe, pero Zoro lo esquivó con facilidad. El hacha quedó clavada en el suelo de madera, cosa que el espadachín aprovechó. Lilith deslizó su mano hasta el puñal que se había guardado y lo tiró con fuerza. Rozó a Zoro por el hombro, pero este pareció no inmutarse y lanzó una estocada desde el aire al suelo, que Lilith consiguió parar sacando el hacha del parqué a último instante.
Pareció que pasaba casi un siglo antes de que Zoro, aprovechando la concentración de su oponente, le propinara un codazo con la mano izquierda en el ojo, dejándola inconsciente al instante.
El chico de pelo verde se secó el sudor de la frente y suspiró. Envainando su fiel katana y cogiendo en volandas a la chica.
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Re: [FanFic OP] la chica que bailaba sobre el agua

Mensaje por Takagi »

Bienvenido sea este capítulo. Interesante la bodega de los mugis, un combate corto e intenso y más cosas cotidianas de los mugis bien llevadas, genial.
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