Como la mayoría aquí, leí la saga de HP durante mi pubertad/adolescencia, y aunque en mi caso no empecé en el mundillo de la literatura con esos libros, sí marcó parte de mi formación temprana o mi iniciación con novelas de género que, aunque no son mis favoritas, creo que pueden llegar a tener un gran valor subyacente —a diferencia de lo que pueda pensar gente como Pamuk, según lo expresa en
El novelista ingenuo y el sentimental—. Mi favorito es el cuarto,
El cáliz de fuego, porque representa el punto de quiebre que trasciende una etapa (y cuyo punto de inicio está en el tercer libro) de la infancia a la juventud del protagonista. Harry Potter es un
Bildungsroman; este género ha sido desarrollado por diversos autores y con diferentes resultados. Dos de los ejemplos más notables son la novela semi-autobiográfica
Retrato del artista adolescente, y la heptalogía
En busca del tiempo perdido; escritas por James Joyce (1882 – 1941) y Marcel Proust (1871 – 1922), respectivamente. En
El Retrato asistimos a la evolución intelectual del alter ego del autor, Stephen Dedalus, desde su primera infancia hasta la juventud (punto de partida de la universalmente conocida
Ulises). Mientras que la obra de Proust está constituida por las experiencias ficcionadas del autor, la evocación de recuerdos a través de las sensaciones (como en el icónico episodio de la magdalena), la búsqueda de objetivos y la tentación de los placeres burgueses.
Salvando las diferencias, las novelas de Rowling van en esta misma línea. La narrativa de la autora tiene una clara evolución de
forma a medida que la saga se va desarrollando: el lenguaje madura, así como también los matices de los personajes e incluso el manejo de la diegética, yendo más allá de los límites antes establecidos del Mundo Mágico, especialmente Hogwarts. El cuarto libro es mi favorito porque subvierte el tono más infantil (transición que inició, como mencioné, en
El prisionero de Azkabán) y establece tópicos literarios más serios, como la confrontación directa con la muerte que tiene Harry Potter, en contraste con la celebración por haber ganado un torneo que es parte de su etapa educativa, que de poco a poco va dejando atrás. Mi segundo libro favorito es el sexto, básicamente porque Snape me parece su personaje mejor matizado, además de que maneja la tensión narrativa a lo largo de todo el libro, con la presencia tangencial de Voldemort sin que aparezca explícitamente, a pesar de que conocemos cosas sobre su pasado. Además, el giro del final, aunque pueda parecer predecible, creo que estuvo bien manejado.
Capitan Pillo escribió: ↑Lun Feb 20, 2023 8:52 pm
Ahora os pregunto yo:
Que elemento putisimamente mal llevado de las novelas del niño mago, es vuestro preferido?
Más allá de lo dicho, creo que Rowling tiene ciertamente algunas falencias importantes, sacando la posible falta de verosimilitud en el funcionamiento de su worlbuilding. Lo primero es que su antagonista principal, Voldemort, es un personaje planísimo que carece de interés para el lector (en ese sentido, Snape es bastante más interesante, pero para estándares de la obra, porque tampoco es que sea un personaje brillantemente escrito), y lo otro es que el tratamiento de los temas que tiene y que espera abordar desde un enfoque más connotativo haciendo un paralelismo con la realidad (como la discriminación, por ejemplo) no pasa de lo superficial. Sin embargo, creo que la autora sí tiene chispazos de originalidad y creatividad que hacen en general disfrutables sus novelas, como la descripción de la final del Mundial de Quidditch. Si quieren leer algo que sea verdaderamente un bodrio y que toma todos los temas mal ejecutados de Rowling y los plasma muchísimo peor, deberían leer
El legado maldito, que sí es directamente una bazofia.