"Tuvo cien oficios y ningún amigo. Hizo dinero que gastó. Leyó libros que hablaban de un mundo en el que ya no creía. Empezó a escribir cartas que nunca supo cómo terminar. Vivió contra el recuerdo y el remordimiento. Más de una vez se adentró en un puente o un barranco y contemplo el abismo con serenidad. En el último momento siempre volvía la memoria de aquella promesa ya la mirada del Prisionero del Cielo."
"Yo no soy de ningún bando. Es más, las banderas me parecen trapos de colores que huelen a rancio y me basta ver a cualquiera que se envuelva en ellas y se le llene la boca de himnos, escudos y discursos para que me entren cagarrinas. Siempre he pensado que el que siente mucho apego a un rebaño es que tiene algo de borrego".
Bueno, aquí uno que se ha acabado ya
El prisionero del cielo, la tercera parte de esa tetralogía que Zafón inició con la aclamada
La sombra del viento. Lo cierto es que, si bien la primera parte despertó unanimidad en lo que a elogios se refiere, la segunda no corrió la misma suerte, dividiendo a los fans. Yo, que soy un gran defensor de la segunda obra, he de decir que ésta tercera parte devuelve a
El juego del ángel al lugar que se merece.
Es decir, que tras acabar el libro, uno acaba dándose cuenta que la que parecía la oveja negra de las hermanas, la rocambolesca y fantasiosa historia de David Martín, es una trama de mucha más relevancia que las que transcurrieron en la primera parte, hablando en lo que respecta al conjunto.
Dicho ésto, me ha sabido a poco. Está bien escrita, es poética (es Zafón) pero es mucho más ágil y muchísimo más simplista en las descripciones que sus predecesoras. Aquí el protagonismo lo retoma uno de los favoritos de todos, Fermín Romero de Torres, con lo que humor los hay a raudales, pero también hay que reconocer un maniqueísmo algo pesadete en los personajes (el malo de la historia es muuuuuu malo) y una sensación de que solo hemos leído el prólogo de la que será la última obra y el gran desenlace.
Con grandes guiños a
El conde de montecristo (esa parte ha sido para mi lo mejor del libro) y con momentos de giros argumentales bastante sorprendentes que te dejan KO, dos en especial:
- Spoiler: Mostrar
- Que El Juego del Ángel es en realidad un libro dentro de un libro o que pese a que todo dios toma por loco a Martin, resulta que alguien le ayudó a sobrevivir en el Parc Güell (¿Corelli?)
Dicho ésto, hay menos dramatismo, menos intensidad, los momentos de intriga son mucho más puntuales y, como decía, solamente da la sensación de haber asistido a un prólogo de lo que será, ésta vez sí, una novela a la altura.