El Legado del Dragón Rojo

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kaolla11x9
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Mensaje por kaolla11x9 »

Menos dramatismos Kid, que esto no se acaba. Asi que te va a tocar seguir la historia muy a tu pesar :lol: .
En fin ... ¿Que decir de la historia a parte de que te ha costado una eternidad volver?
Para haber llevado tanto tiempo sin escribir no esta mal.
Parece que esta temporada vas a matizar mas el caracter de Deraka, un personaje que tiene una historia que requeria mas personalidad por parte de su portadora y nos has dado una sorpresa con Darius Silver. Nadie se esperaba su reencuentro con Robert tan pronto ni ese inesperado caracter sobreproteccionista con las mujeres.
A parte de mucha parafernalia, no has dejado demasiado que comentar. Me tomare este capitulo como los preview a la historia que tiene que comenzar, porque pese a haber tenido accion, no quiere decir que haya habido mucha trama sobre la que asentarse.
Por cierto, en este capitulo, exceptuando a Deraka y a Erik el resto de la tripulacion se ha quedado algo distante. Y por lo que respecta a este ultimo, sabes que ya has entrado de lleno en un cambio de la trama de One Piece al haberle dado libre albedrio para leer poneglyphs, por lo que a partir de ahora o te metes de lleno en la historia de OP o te tocara andar de puntillas para no trastocarla demasiado.
En fin, sin mucho mas que comentar ... Dejo aqui esto. Se me daba mejor cuando juntaba varios ... :roll:
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kid
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Mensaje por kid »

Bueno, como parece que esto sigue (de momento) voy a dejarme de "dramatismos" :roll: y poner el siguiente capítulo, tal y como prometí. De nuevo gracias a todos los que seguís leyendo cada capítulo y también a los que aportáis críticas y sugerencias. El siguiente no sé cuándo estará, ya que esta semana va a ser bastante movidita:
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CAPÍTULO 25: RECUERDOS DE PAPEL

Gracias a la enorme distracción que había supuesto la repentina caída de Deraka y Darius Silver, Alexia tuvo el tiempo suficiente como para alcanzar las escaleras que subían hasta la cornisa y llegar hasta arriba sin que nadie se diera cuenta. Noqueó de un golpe en la cabeza con el pomo de la espada al primer hombre que se encontró, y al siguiente lo tiró abajo de una patada.
- ¡Cuidado, señor! –gritó uno de ellos, alertando a Ed Silver y al resto de la intromisión de la espadachina.
- ¡Disparadle! –ordenó el segundo de abordo apuntando hacia allí, al igual que el resto de sus hombres. Alexia echó a correr a toda velocidad para acabar con los siguientes, pero éstos ya estaban apuntándole con sus armas. De repente, los dos más cercanos a la chica fueron derribados por un fuerte impacto invisible causado por Robert.- ¡Maldita sea! –se quejó Ed, viendo cómo el joven les atacaba desde abajo con ondas de choque a distancia, mientras que Arreyes aprovechaba la confusión para dar un espectacular salto y caer sobre la cornisa. Los Dark Silvers usaron sus armas para intentar detener a sus enemigos, pero por una parte, Robert les atacaba desde abajo, y por otra; los dos espadachines estaban atacando cuerpo a cuerpo a sus compañeros y no podían dispararles sin miedo a alcanzar a uno de los suyos. Antes de querer darse cuenta, Ed se sorprendió al ver que Alexia ya se había abierto paso hasta llegar a su lado, y tras derribar de un corte en el pecho al último de los hombres que se interponía en su camino, se dispuso a acabar con él. Pero el hombre reaccionó deprisa, y con un movimiento casi instintivo elevó su brazo y apuntó a la chica en la cabeza con su arma justo antes de que ella llegase a cortarle con su espada; quedando ésta a pocos centímetros de su cuello. Tras varios segundos en los que ambos permanecieron inmóviles en la misma posición, el hombre tuerto dijo con sarcasmo: - Parece que así no llegaremos a ninguna parte. –al ver cómo se encontraban ambos, todos los demás detuvieron sus luchas por miedo a que cualquiera de los dos hiciera un movimiento en falso.
- ¿Y qué sugieres? –preguntó Alexia con frialdad. Ed frunció el ceño:
- Mmmmm....

Deraka guardó con disimulo en uno de los bolsillos traseros de sus shorts el diario que acababa de conseguir, preguntándose si se habría maltrecho mucho al mojarse. Observó con detenimiento la corpulenta figura de Darius Silver sumida en la casi total oscuridad de la cueva, y que a pesar de sus amenazas aún permanecía inmóvil, aunque no por mucho tiempo: con un rápido gesto, el capitán pirata se abalanzó sobre ella. La pelirroja se echó hacia atrás instintivamente, sin tener en cuenta lo resbaladizo del húmedo suelo de la cueva, el cual provocó que resbalara y perdiese el equilibrio. Deraka dio un grito de impresión al ver a Darius justo delante, con el puño alzado y listo para golpearla, y cerró los ojos con miedo. Pero para su sorpresa, el único golpe que recibió fue una suave caricia en la cara, y al abrir los ojos vio cómo su enemigo se había detenido en el último momento y a penas le había rozado un poco la cara con los nudillos. Sin pensárselo dos veces, la joven aprovechó para golpearle, dándole un fuerte puñetazo en la cara que le hizo retroceder varios pasos, mientras gruñía sin mucha convicción:
- ¡Maldita mu-mujer!, ¡voy a ac-c-cabar contigo! –Deraka parpadeó confusa, distinguiendo levemente su rostro, que parecía estar algo sonrojado.-¡Ahora verás! –gritó amenazante, agachándose- ¡Ataque Silver Cegador! –chilló a continuación, lanzándole un puñado de tierra a los ojos con la intención de cegarla. Por suerte el grito le había puesto sobre aviso de sus intenciones, por lo que no tuvo problemas en esquivarlo y contraatacar con una patada voladora; aunque esta vez Darius detuvo el golpe con su antebrazo derecho y se dispuso a golpearla con su puño izquierdo. Pero de nuevo frenó antes de tan siquiera tocarle. Sin acabar de comprender el comportamiento de su oponente, Deraka aprovechó y le atizó en el pecho con otra patada, tumbándole tras desplazarle un par de metros.
- ¿Te rindes? –preguntó la chica con sorna.
- ¡N-no, maldita sea! –gruñó Darius poniéndose en pie, diciéndose a sí mismo seguidamente:- ¡Mierda!, ¡soy incapaz de pegarle a una mujer! –parecía seguir sonrojado todavía, y lo mejor era que hablaba muy en serio. Deraka no pudo evitar soltar una pequeña carcajada: ¡no podía ser cierto que aquél tipo tan basto y vulgar fuese tan sumamente tímido con las mujeres! Mientras ella pensaba eso, él se colocó sus dos puños americanos de plata y volvió a abalanzarse sobre ella, gritando:- ¡Silver Punch!
- ¡No me pegues! –gritó la pelirroja con una falsa voz de pánico, encogiéndose. Darius se detuvo en seco al ver eso, y entonces Deraka le guiñó un ojo y le dijo:- Gracias, eres muy mono.
- ¿En serio? –dijo él avergonzándose y sonriendo como un tonto.
- ¡No! –gritó ella dándole un fuerte puñetazo en la boca del estómago, mientras con su mano derecha sujetaba una piedra que acababa de recoger del suelo. Silver retrocedió varios pasos mientras tosía y trataba de contener sus arcadas, llevando sus manos al estómago.
- ¡Maldita mujer! –masculló entre arcadas- ¡Ahora verás!
- ¿Qué piensas hacerme? –rió la chica en tono burlón, mientras el capitán pirata recuperaba el aliento y se erguía.
- ¡Tú lo has querido! –declaró amenazante- ¡A partir de ahora te trataré como a un hombre! –se le veía tan furioso y su mirada tenía tanta rabia que Deraka se preguntó si no se habría pasado demasiado, y dijo con una voz exageradamente falsa:
- ¿Serías capaz de hacerle daño a una señorita?
- ¡Tú no eres una señorita!; ¡eres una zorra!
- ¡¿Qué me has llamado?! –replicó la pelirroja con enfado.
- ¡Silver Punch! –gritó Silver saltando hacia ella con su puño en alto.
- ¡Ahora verás, imbécil! –gritó Deraka apoyándose con su mano izquierda en el suelo y cogiendo su colgante plateado con la derecha, a la vez que respondía al puñetazo de su rival con una patada ascendente. Ambos golpes impactaron el uno contra el otro con la misma fuerza, provocando que los dos salieran rebotados, uno en cada dirección. Darius cayó de nuevo al río, mientras que Deraka se estrelló contra la pared de la cueva.- ¡Imbécil desgraciado! –se quejó la chica poniéndose en pie a la vez que su enemigo salía del agua de un salto, gritando rojo de furia:
- ¡Maldita zorra!, ¡te voy a destrozar!
- ¡Alto! –gritó una voz, deteniéndoles antes de que volvieran a enzarzarse en la pelea. Al mirar hacia debajo del agujero del techo, vieron que se trataba de Robert, que estaba con Arreyes y Ed Silver. Deraka y Darius los miraron con una mueca de interrogación.
- Darius, nos vamos.
- ¡¿Qué dices, tío Ed?!; ¡¿por qué?! –replicó él, aún iracundo.
- No tiene sentido que nos quedemos en esta isla si no hay ningún tesoro, y si seguimos luchando contra ellos tendremos muchos problemas.-le contestó con tranquilidad, mientras se encendía un pitillo- Lo mejor es que hagamos una tregua temporal y nos marchemos.
- ¡Eso son tonterías!, ¡déjame pelear contra ellos y ya verás cómo les derroto a todos!
- Eso no puede ser: les he dado mi palabra de que nos marcharíamos sin causar más molestias.
- ¡Da lo mismo!, ¡destrocémosles igualmente!
- ¡No puedo faltar a mi palabra! –respondió Ed, algo molesto por lo que acababa de decirle su sobrino.
- ¡La palabra no vale nada!; ¡sólo lo que consigas a través de ella! –replicó Darius a su vez- ¡Además, yo soy el Capitán!; ¡debes obedecerme!
- ¡¡Yo soy tu tío!! –gritó Ed con tanta rabia que se le cayó el cigarro de la boca. Darius se mordió los labios, pero no volvió a replicarle. Antes de marcharse de la pirámide junto al resto de su tripulación, miró fijamente a Robert y le dijo:
- La próxima vez que nos veamos, te mataré.
- Lo tendré presente. –dijo Robert con calma, esbozando una burlona sonrisa.

Tal y como habían prometido, los Dark Silvers regresaron a su barco y se marcharon por donde habían venido. Tras ello, la tripulación de los Red Dragon decidieron seguir inspeccionando las ruinas, aunque no encontraron ninguna novedad. No obstante, decidieron buscar por toda la isla ya que habían ido hasta allí, y se separaron para explorar todo el terreno cada uno por su lado, quedando en regresar al barco al anochecer. Durante ese tiempo los Dark Silvers ya habían regresado a la Grand Line, y su galeón navegaba por aguas tranquilas. Mientras sus hombres trataban de reparar los desperfectos causados por los monstruos marinos que les atacaron, Darius permanecía sentado sobre la baranda de proa, observando el horizonte.
- ¿Todavía sigues enfadado conmigo? –le preguntó su tío Ed, que había salido a cubierta para fumarse un cigarrillo a la luz del atardecer. Darius le respondió con un gruñido molesto, tras lo que dijo:
- El colgante de esa pelirroja.
- ¿Qué pasa con él? –Darius miró a su tío.
- Tenía la parte de debajo rota, y el hueco encajaba perfectamente con lo que nos enseñó aquél tío del gobierno. –Ed no pudo contener su sorpresa al descubrir aquello, y en cierto modo se arrepintió de haber desaprovechado esa oportunidad, pero sabía que había hecho lo que debía.
- Entiendo cómo te sientes porque yo pienso lo mismo, pero la palabra de un hombre es sagrada. El honor es lo único que tenemos los hombres en realidad, así que debemos conservarlo.
- El honor nunca nos ha servido de nada. –dijo Darius con rabia contenida- Ni le sirvió a mi padre. Por culpa del honor mi padre está muerto, a ti te falta un ojo y yo tengo esta cicatriz. –dijo, recorriendo la pequeña marca vertical que le atravesaba el ojo derecho. Ed sonrió y dijo, colocándose mejor el parche que cubría su ojo derecho:
- Tal vez algún día llegues a comprender las palabras de tu padre...

La noche cayó en la jungla, y Deraka había sido la primera en regresar al barco. Estaba muy cansada y se moría de sueño, pero en ningún caso se sentía decepcionada, como seguramente debía estar el resto de la tripulación, incluso Zanza. Al entrar al barco se dio cuenta de que estaba muerta de hambre, y aunque hubiera podido comer cualquier cosa, prefería esperarse a que Arreyes regresara y les hiciera una de sus suculentas cenas. Entró en la cocina y se sentó en la primera silla, notando un bulto extraño bajo ella, y recordando el diario que había encontrado junto al poneglyph. Lo sacó nerviosamente, como si después de haberlo tenido todo el día ahí dentro, mojado como estaba; le fuese de unos segundos. Tal y como pensaba estaba empapado, pero tenía la esperanza de que algunas páginas todavía fuesen legibles. Lo abrió y leyó las letras que había en la primera página, que eran tan grandes que a pesar de estar la tinta corrida eran perfectamente comprensibles: “Diario de William”. Deraka miró alrededor, como si al leer aquél diario olvidado estuviese haciendo algo malo y tuviera que hacerlo en secreto. La siguiente página era indescifrable, y muchas de las que le seguían también, pero había trozos en el centro de las hojas que podían entenderse, aunque dificultosamente:

“capitán se ha enfadado mucho conmigo. Ya le dije que no tengo ni idea de carpintería, pero me contestó que ninguno de los otros tampoco, así que no me quedó más remedio que hacer lo que pude. Ya sé que es un maldito capitán pirata, pero podría ser más comprensivo”.

“1 de Noviembre:
Hace meses que no vemos un barco de la Marina. Esos perros son demasiado cobardes como para navegar tan lejos de su querido cuartel general”.

“29 de diciembre:
Hoy se supone que debería ser invierno en mi país, pero aquí en la Grand Line el tiempo varía como quiere. Es algo inquietante. Me pregunto cómo estarán mis padres. ¿Aún seguirán enfadados”

“El tonto de Shinji se ha dejado ventilar casi mil Berries jugando al póquer. Qué tonto que es, aunque es buen tipo, pero no sé cómo se le ocurre apostar tan a lo loco. Siempre que le pregunto dice que de nada le sirve el dinero en el mar, pero luego cuando estamos en una isla siempre anda pidiendo limosna. Pero qué tonto es ese tío”.


No había ninguna duda de que aquél hombre pertenecía a una tripulación pirata que había estado navegando por la Grand Line hacía tiempo, pero... ¿sería de la tripulación de su abuelo o de otra distinta? De momento no había encontrado nada que lo relacionase con él. Siguió leyendo varias páginas sin importancia, hasta que el corazón le dio un salto al encontrarse un dibujo de su colgante en forma de tridente hecho a doble página. La tinta estaba corrida, pero se distinguía perfectamente su forma, y parecía que la parte de abajo estaba en perfecto estado, y no rota, como actualmente. En la siguiente página debía explicar algo sobre cómo lo había encontrado, aunque sólo llegó a entender:

“No sé para qué se lo di a Shinji, si seguro que lo pierde en alguna partida de póquer, con lo tonto que es”.

¿Podía ser que el colgante hubiese llegado a manos de su abuelo como pago por una partida de póquer ganada? Fuese como fuese, ya no había dudas de que aquél William había pertenecido a la misma tripulación de su abuelo, aunque también podía ser que lo hubiese ganado en otra parte.
- ¡Arreyes, estoy muerto de hambre, así que prepárame algo enseguida! –gritó Robert entrando de sopetón en la cocina y haciendo que Deraka se sobresaltase tanto que dio un bote en la silla. Robert la miró y le preguntó:- ¿Aún no ha venido ese espadachín inepto?
- ¡No!; ¡y no me des esos sustos! –se quejó la pelirroja con rabia.
- ¿Qué estás mirando? –preguntó el capitán, ignorando sus reproches y acercándose a ella.
- Encontré este diario justo al lado del poneglyph, pero con todo el lío no me he acordado hasta ahora. –le explicó ella recuperando la calma- Se lo debió dejar alguno de los que vinieron a la isla antes que nosotros, y aunque no sé seguro si eran de la misma tripulación que mi abuelo... mira. –dijo, mostrándole el dibujo de su colgante.
- ¡Eso es...!
- Sí. –contestó ella asintiendo. Robert arrastró una silla para sentarse a su lado, y tras mirar detenidamente el dibujo, le dijo:
- ¿Por qué no lo lees en voz alta?
- De acuerdo. –contestó Deraka pasando página:- “Parece que hemos encontrado el lugar en el que está la primera isla, aunque aún nos estamos preguntando cómo vamos a llegar hasta allí con”.
- No hay duda de que hablan sobre esta isla. –comentó Robert. Deraka asintió y siguió leyendo:
- “tormenta toda la noche. La pequeña Milenia se ha quedado a dormir en mi camarote porque le daban miedo los truenos”.
- ¿Has dicho Milenia? –interrumpió Robert.
- Sí, ¿por qué?
- Nada, nada... –contestó él- Me he confundido. Sigue. –Deraka tenía la sensación de que su capitán le había mentido, pero estaba más interesada en seguir leyendo el diario:
- “Esa niña es encantadora, y su madre es”. –Deraka pasó página: era muy molesto que a parte de sólo poder leer líneas sueltas, muchas de ellas estuvieran incompletas. Las siguientes páginas estaban muy mojadas, y para sorpresa de ambos, el diario se terminaba antes de la mitad (algo normal si se lo había olvidado); aunque podía leerse algo en la parte de arriba de la última página:- “Yago me ha dicho que aquí debe haber más de cien millones. Ojalá sea cierto, porque hace demasiado tiempo que sólo bebemos cerveza y ron barato de”.
- Bueno, ya está. –dijo Robert bostezando- Al final parece que no hemos sacado nada en claro, ¿no? –Deraka no le contestó. Se había quedado mirando fijamente el diario sin moverse- ¿Deraka-chan? –Robert se sorprendió al ver que un par de lágrimas habían brotado de los ojos de su compañera.
- Mi abuelo... –dijo ella con una suave y nostálgica voz- Yago era el nombre de mi abuelo. –siguió, mirando a Robert y sonriendo con una sonrisa deslumbrante y llena de ilusión, parecida a la de un niño pequeño al que acaban de dar los regalos de su cumpleaños. Robert posó su mano sobre el hombro de la pelirroja y ambos aguardaron al regreso de sus compañeros.
Nos vemos :wave:
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Crusta
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Mensaje por Crusta »

Bueno despues de ciertas coacciones de cierta persona que escribe una historia, ya me he papeado los 25 capitulos :P
Dudas surgen en mi cabeza:

1) ¿Shinji? ¿Ese no era el hombre planta?
2) ¿Habias mencionado el nombre del abuelo de Deraka anteriormente en sus flashback?
3) Porque Deraka tiene tanta importancia, ha tenido que ver algo el club de fans... :astuto: :astuto:
4) ¿A que juegan los Dark Hunters...?
5) ¿A que juega Zanza/Erik?
6) Porque ahora un repentino interes por los familiares, que pasar Writer-san, se te han acabado las ideas, y copias a ODA :astuto::astuto:
7) En fin grandisima obra como siempre ^^U (a ver si por estos comment no va a salir me personaje luego :lol: :lol:)

Sigue asi, jefe!
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Saki
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Mensaje por Saki »

Jajajajaja!

¿Creías que podías acabar así como así?
¡¡¡Pues no!!!
Con lo interesante que está esto no puedes dejarlo, hasta te vamos a obligar!!! :lol:

La verdad, no soy muy buena crítica, ya que todo lo veo muy bien :| (eso es bueno para mí xD) así que solamente me limitaré a aplaudir....

..............

..............

aunque no se vea estoy aplaudiendo :aplausos: :aplausos: :aplausos: :aplausos: :aplausos: :aplausos: :aplausos:



Chau! :ok:


PD: lo queme ha costado encontrar el icono de aplaudir... :gota:
No te tomes la vida en serio, al fin y al cabo no saldrás vivo de ella xD

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:alabar:
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GatoAzul
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Mensaje por GatoAzul »

Bueno, página nueva y nueva temporada de historia y crítica, ahí va:

Me gusta mucho como estás llevando la historia. Sigue así :wink:. xDDD!

Ahora en serio. No tengo muy claro como piensas enfocarlo a partir de ahora... Dejan de lado el poneglyph, y lo que en principio era una tripulación en busca de tesoros pasa a centrarse en un cúmulo de circunstancias casuales: un amuleto, un diario que habla sobre él y sobre personajes que conocen otros personajes, un grupo de piratas que conoce dicho amuleto por que el gobierno lo está buscando... Mmmm... Vamos, a mi entender demasiadas circunstancias al mismo tiempo, como si la historia hubiera sido escrita con una idea en cierto momento y ahora trates de retomarla por otro rumbo, conforme vienen las ideas. También es verdad que, dado que en un principio pensaste dejarla estar, es comprensible que ahora que la retomas la veas de otro modo, así que no lo veo un fallo, simplemente como si la historia se iniciara ahora, con personajes ya descritos...
De todos modos el capítulo no tiene el contenido suficiente para hacer una crítica muy extensa. Han salido de una situación y abren el diario que les planteará nuevos caminos. En definitiva, esperaré a ver como enfocas el asunto.

Saludos!
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Kaira_mikan
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Mensaje por Kaira_mikan »

Nuevo capítulo, y ya van 25. No sé por qué, pero cada vez se me hacen más cortos, aunque los hagas igual de largos. Supongo que será porque quiero más MÁS MÁS!!! :lol:
Por cierto, si antes te costaba escribir los nuevos capítulos, ahora no sé qué va a ser de ti, porque la trama se está complicando bastante. Vas a tener que pensarte bien cómo vas a seguir a partir de ahora, hay muchas preguntas sin respuesta y las tendrás que responder cada una a su tiempo. ¡Esto es un trabajo para Writer-san! :wink: ¿Conseguirá nuestro héroe sobrevivir ante las críticas de sus fieles lectores? :lol: Bueno, esto sólo quiere decir que estás en el punto más importante de la historia, a partir de aquí viene lo bueno :D (supongo) :lol:
Hablando del capítulo, me he divertido mucho con la pelea Deraka vs Darius, me ha recordado al Sanji-Mr.2 :lol:
Y otra cosa, cuando irrumpen Robert, Arreyes y Ed Silver dices ''Al mirar hacia debajo del agujero del techo'' ??? ¿no estaban ellos (Deraka y Darius) abajo? me he perdido :mareado: :lol:

Bueno, nada más por hoy, tómate con calma el próximo capítulo, que tiene tela :ok: Suerte, y tienes que acabar la historia eh? Ánimo kid! :ok:
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kid
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Mensaje por kid »

¡Hola a todos! Como podréis ver por fin le he puesto título a la historia (muchas gracias a GatoAzul por su ayuda :wink: ), y de nuevo gracias a todos por vuestros comentarios. Antes de dejaros el siguiente capítulo quiero contestar a un par de personas:

CrUsTa: no intentes pasarte de listo conmigo, que te tengo fichado :lol: :

1- El hombre planta se llama Sinjyku. Shinji es el nombre del prota de Evangelion, y se lo puse a este para que la gente ya tuviese una idea prefijada de que era tonto XD.
2- Por supuesto :P.
3- Como ya te dije, es cuestión de equilibrio.
4- Se llaman Dark Silvers, manrique :lol:.
5- *Silbidos*
6- Ni mucho menos: Deraka desde siempre se ha visto muy influenciada por el recuerdo de su abuelo, y todo esto ya llevaba previsto desde hace mucho tiempo. Además, tengo testigos de que escribí el capítulo antes de lo de One Piece.
7- Tal vez te lleves una sorpresa en este capítulo :mrgreen: .

Kaira_mikan: es que me expliqué un poco mal :oops: . Quise decir que Robert y el resto estaban justo debajo del agujero del techo por el que habían caído Darius y Deraka :P.

Sin más que añadir, os dejo con el capítulo 26:
Spoiler: Mostrar
CAPÍTULO 26: LA ISLA DE TÉMPULA

Cuando la puerta de la Taberna de Tsukiyama se abrió, el frío viento del exterior sopló dentro por unos momentos, arrastrando copos de nieve con él. Los que estaban sentados frente a ella o simplemente cerca, apoyados en la pared o hablando con sus amigos; se encogieron por el frío, mirando con molestia e incomodidad al tipo que acababa de entrar, y olvidándose de él enseguida y continuando con sus asuntos. Era un chico bastante joven, de edad cercana a los veinte, vestido con una larga capa blanca que cubría unos sencillos ropajes de invierno de color azul celeste. El joven echó un vistazo alrededor hasta encontrar un hueco libre en la barra y se fue para allí, sentándose en un taburete y esperando a que Ross, el tabernero, le atendiese. Ross era un viejo cascarrabias y malhumorado, pero sin lugar a dudas su taberna era la que mejores bebidas servía y al mejor precio, y por eso mismo era también la más concurrida. En cuanto el viejo se percató de la presencia del chico, se acercó hasta él, y con su siempre áspera voz le dijo:
- Buenas noches, Crusta, hacía tiempo que no te veía por aquí. –Crusta se rascó su pelo corto y negro y esbozó una amable y jovial sonrisa.
- Bueno, he estado bastante ocupado por el trabajo, ya sabes... –Ross asintió y le miró por unos momentos a sus oscuros ojos negros, que resaltaban incluso sobre su tez morena.
- ¿Querrás lo de siempre? –preguntó el tabernero.
- Sí, gracias. –respondió Crusta asintiendo. Entonces notó que alguien le empujaba por la espalda, y al volverse se dio cuenta de que era un tipo de mediana edad, visiblemente borracho, tal y como indicaban sus ojos enrojecidos y la botella de whiskey casi vacía que sujetaba en una mano. El tipo miró al joven de arriba a abajo y le dijo en un tono bastante alto y confuso:
- ¡Chaval, mira por dónde vas!, ¡casi me tiras al suelo! –a continuación siguió su camino, tropezándose con más gente y gritándoles del mismo modo. Crusta suspiró e ignoró al borrachón, puesto que Ross le trajo su postre favorito: un cucurucho de fresa y limón que el chico comenzó a degustar pausadamente, ante la asombrada mirada de la gente que tenía alrededor, puesto que en una isla de clima tan frío como Témpula, aquello no era normal. Cuando ya casi se lo había terminado, Crusta volvió a ser empujado desde detrás, con tan mala fortuna que su preciado manjar fue a parar al suelo.
- ¡Eh, ten más cuidado! –protestó Crusta, volviéndose para ver al mismo borracho de antes, que lejos de disculparse, le gritó:
- ¡Ten tú más cuidado, maldito niñato estúpido!, ¡casi me caigo por tu culpa! –al decir eso, el borracho acercó mucho su cara a la del chico, que simplemente esbozó una divertida e inofensiva sonrisa.

Esa misma noche, lejos de ahí; Sir Orphen Da Luster, o Siror Dalus, como le llamaba la gente; observaba las blancas llanuras de nieve que podían verse a través del amplio ventanal del salón. Le encantaba mirar las inmensas llanuras, planas, blancas, vacías y silenciosas; con el color azulado que adquiría la nieve bajo el brillo de las estrellas. Si no fuese por el crepitar del fuego de la chimenea y la luz que emanaba de ella, podría sentirse como en medio de la nada: sólo la nieve y el cielo; únicamente el brillo de las estrellas, el mismo brillo que acompañaba a los navegantes en el mar. Bebió un sorbo de su copa de vino y se volvió para mirar al hombre que descansaba en el sillón, de espaldas al fuego, con su rostro y su figura prácticamente ocultos por la penumbra de la habitación. Ciertamente era un tipo peculiar, con unas ideas que no parecían corresponderse con su aspecto calmado, pero que había logrado transmitirle perfectamente y convencerle para llevar a cabo.
- Y bien, ¿para qué me has llamado? –preguntó el frío individuo, que debía estar impacientándose ante su silencio.
- Lo siento, casi me había olvidado de tu presencia. –respondió Siror Dalus apoyándose en el cristal- Estoy tan acostumbrado a la soledad que a veces se me olvida que estoy con más gente. –dio un sorbo de su copa- Particularmente con gente tan serena y sobria como tú.
- Sé de lo que hablas. –fueron las únicas palabras que surgieron de su invitado.
- Como ya sabrás, nuestro plan está siendo llevado a cabo con éxito. Y nadie sospecha de nosotros. La situación no tardará mucho en estallar, pero debemos ser pacientes y esperar al momento justo.
- Estoy de acuerdo.
- Dime, ¿no te has preguntado por qué decidí unirme a ti en esta empresa? –preguntó Siror Dalus con calma- Esta isla nevada es un lugar excelente como base de operaciones para mi organización, y una guerra que atrae a la Marina y al Gobierno no es lo mejor para mis intereses.
- Cada hombre tiene sus propios motivos. Me basta con saber que has aceptado; no necesito conocerlo todo.
- De todas formas quería explicártelo, porque yo también tengo una deuda pendiente con el Gobierno Mundial. –dijo Siror Dalus bebiéndose por completo lo que le quedaba de copa. Su invitado dobló su espalda hacia delante y cruzó ambas manos.
- Si es así, te escucho. –dijo, algo más interesado.
- ¿Has oído hablar del Valle de Arkrahmun, en el North Blue? –el hombre asintió y respondió:
- Escuché rumores sobre un pueblo que estaba conspirando contra el Gobierno Mundial y por ello fue exterminado.
- Yo pertenecía a ese pueblo. –explicó Siror Dalus con la mirada perdida.- Seguramente habrás oído hablar de las extrañas habilidades que tenían los habitantes de ese pueblo: somos capaces de dominar energías que escapan a la comprensión de todos los demás, y ello gracias a ciertos libros con propiedades especiales que el Gobierno prohibió hace tiempo, y que fue la causa de la destrucción de mi pueblo. Todo se quemó, y todos murieron, excepto yo y un libro que pude salvar. Cuando pasó yo era un niño, así que nunca he sabido el origen de esas energías, aunque sepa utilizarlas.
- Entiendo: ese es el motivo por el cual quieres vengarte del Gobierno.
- Sí, pero hay más: –la voz de Siror Dalus sonó llena de rabia y desprecio- mi hermano. Mi hermano pertenecía al Gobierno y fue quien delató a mi pueblo. Él me dejó escapar por lástima, pero yo nunca se lo he perdonado. Por su culpa he vivido muchos años en un infierno, hasta volverme lo suficientemente fuerte como para hacerme respetar por mí mismo. He vivido odiándole y deseando asesinarle con mis propias manos.-a medida que hablaba, su rabia parecía aflorar con más fuerzas y su voz se elevaba, como si se estuviera dejando llevar por aquél fuerte sentimiento de odio- El Gobierno Mundial es una organización tan despiadada que mata sin preguntar y que hace que la gente cambie y traicione a los suyos, tal y como hizo mi hermano.
- Lo sé. –dijo su invitado en voz baja, aunque Siror Dalus pareció no darse cuenta, puesto que siguió hablando como si no le hubiera escuchado:
- Mi hermano traicionó a su propio pueblo por culpa de esa organización, y durante todos estos años he deseado su muerte. Pero ahora que está muerto, siento que debo seguir con esto y vengarme de todos aquellos que le lavaron el cerebro.
- Culminar mi venganza al igual que hiciste tú, es justo lo que yo deseo.
- ¿Venganza? –repitió Siror Dalus con desprecio- ¡No hubo ninguna venganza!: ¡mi hermano murió hace meses a manos de un vulgar pirata!. ¡Después de toda mi vida viviendo sólo para eso, él murió antes de que yo pudiera encontrarle! He sufrido mucho por su culpa, y alguien debe pagar por ello.
- Entonces, ambos obtendremos pronto nuestra venganza. –dijo el otro hombre levantándose de su asiento y cogiendo la botella de vino que descansaba sobre la mesa.

Un hombre de unos veinticinco años, alto y fornido, cubierto por un manto marrón y un oscuro sombrero de ala ancha de color negro, se abrió paso entre el gentío; apelotonado cerca de un estrecho callejón. Como él, muchos otros curiosos se habían acercado allí para echar un vistazo a lo que estaban haciendo un par de marines: acababan de encontrar un cadáver esa misma mañana y todavía no se lo habían llevado, puesto que estaban esperando las órdenes de su superior, que aún no había llegado. Argail se puso de puntillas, y gracias a su altura pudo ver sobre la cabeza de la gente, viendo que el pobre desgraciado no era más que un tipo con pintas de borracho, vestido con harapos y con una botella de whiskey en la mano, aún con algo de bebida dentro. Parecía haber muerto de una puñalada en el cuello. Eso no era precisamente lo que tenía ganas de ver antes de comer, así que se marchó enseguida, pensando que aquél país cada día era más inseguro y que no había día en el que no muriese alguien por rencillas personales.

Peor sería si finalmente empezaba la guerra con Aokawa, el país vecino; que desde siempre había tenido sus diferencias con el de Shiroyama. Y desde lo ocurrido hacía dos semanas, la cosa estaba yendo a peor: Hiashi Aokawa y su esposa Labeth habían aparecido asesinados en su propia habitación, sin que se hubiese hallado aún al culpable. La muerte de los dirigentes de Aokawa había creado el caos por unos días en los dos países que formaban la isla de Témpula, ya que se hablaba de conspiraciones por parte del gobierno de Shiroyama contra el país vecino, y la guerra estuvo a punto de estallar. Por fortuna, Atsushi Shiroyama, el gobernante de su país; era alguien sabio y con temple, y logró evitar el desastre concertando una reunión con Itachi Aokawa, hijo mayor de Hiashi y heredero del mandato de su padre. La reunión estaba próxima, y aunque el ambiente se había calmado, el número de asesinatos y robos se había disparado en ambos países, a pesar de la llegada de una división de la Marina para supervisar las negociaciones de paz.

Argail se detuvo de repente frente a una pared en la que había colgados varios carteles de criminales en búsqueda y captura, sintiendo que el corazón se le aceleraba al ver su propia fotografía en la pared: a pesar de que era él mismo, con su pelo largo y oscuro, sus ojos marrones y sus pequeñas cicatrices en el rostro; su expresión seria y apagada era sustituída en ese cartel por una mucho más agresiva y audaz. Bajo la fotografía aparecía su nombre completo: Artel Ganus Ilkun, y una recompensa de cuarenta y cinco millones de Berries por su cabeza. Sin preocuparse por si alguien estaba mirando, arrancó el cartel con rabia y se marchó de allí a toda prisa.

No tardó mucho en llegar a la pequeña cabaña en donde hacía ya más de tres meses que vivía. Era una casa discreta y sencilla, pero muy acogedora; y al encontrarse a las afueras de la ciudad de Tsukiyama, Argail se sentía mucho más seguro que en ninguna otra parte de la isla. Dejó la comida que había comprado sobre la mesa de la cocina y salió afuera, yendo a la parte de atrás de la cabaña, en donde guardaba su rifle y sus dos grandes pistolas con la empuñadura de marfil. Esas armas y la ropa que llevaba bajo el manto (pantalones y cazadora de cuero), además del sombrero, era lo único que conservaba de su pasado. Argail había perdido la memoria. Se despertó hacía tres meses en medio de una gran llanura nevada, con una enorme montaña helada al horizonte, sin saber quién era ni cómo había llegado hasta allí. Tenía todo el cuerpo dolorido, y estaba tan cansado que hubiera muerto congelado de no haber sido por Sherry.

Argail se puso el cinturón y se dispuso a practicar puntería con sus armas disparando a la pared de roca que había tras la cabaña, en la que había pintado varias dianas. Desenfundó sus pistolas a una velocidad de vértigo y dio dos disparos, acertando justo en el centro de sendas dianas; sorprendiéndose de nuevo a sí mismo, como la primera vez que lo comprobó. No sabía cómo, pero tenía una puntería sobrenatural y nunca fallaba un sólo disparo. Al principio se extrañó mucho de ello, hasta que vio por casualidad uno de sus carteles de búsqueda y captura, cerciorándose entonces de que había sido un pirata buscado por la Marina. Lo peor de todo era no recordar nada: ni su tripulación (si es que tenía), ni su destino ni qué le había pasado. De vez en cuando tenía pesadillas sobre gente sin rostro torturándole y preguntándole por su capitán, que le hacían despertar en medio de la noche gritando, pero a parte de eso no recordaba nada más.

Se dispuso a seguir practicando su puntería, pero se detuvo al darse cuenta de que Sherry estaba tras él, observándole. ¿Cuánto tiempo debía llevar allí? Como era tan extremadamente silenciosa nunca se daba cuenta de su presencia cuando se acercaba, cosa que en ocasiones ella aprovechaba para asustarle y reírse a su costa. Argail miró a la bella muchacha de cabello largo y castaño, algo más joven que él; y le dijo:
- He dejado la comida en la mesa. ¿La has visto? –ella esbozó una bella sonrisa y asintió, apartándose el pelo de delante de sus ojos grises, mientras cerraba su abrigo de color rosa. Sherry le señaló encogiéndose de hombros.- Sí, yo también. –después de asentir de nuevo, la chica se marchó para adentro, siendo seguida por la mirada del hombre, que la consideraba realmente hermosa. Eso fue lo que pensó cuando abrió los ojos y la vio por primera vez, abriendo las cortinas de la que a partir de entonces sería su nueva habitación. Sherry era muda: según le contó por escrito desde muy pequeña; pero a pesar de ello se entendía mejor con ella que con el resto de la gente. Sus gestos, sus miradas, sus labios... todo en ella era sumamente expresivo, y les permitía a ambos entenderse perfectamente. Muchas veces se pasaban horas y horas conversando, ella escribiendo en hojas de papel y él hablando; y se lo pasaban de maravilla a pesar de que Argail, al no acordarse de nada sobre su pasado, no tenía mucho que contar. Ella sin embargo siempre hablaba de cuando era niña, de los cuentos que le leía su madre y de cómo le gustaba recitar poesía en el colegio, y cómo lo echaba de menos ahora que no podía hablar. Al parecer sus padres habían muerto cuando ella era joven, y sin haber podido recuperarse de ese duro golpe, quedó muda a causa de una enfermedad en las cuerdas vocales. Después de un rato practicando su puntería, Argail volvió a entrar en la casa, siendo recibido por la deslumbrante sonrisa de Sherry, que le esperaba en la mesa del salón con la comida lista. Argail le devolvió la sonrisa y se sentó en la mesa. No quería admitirlo, pero se había enamorado de ella desde el primer momento.


ESE DÍA, EN UNA ISLA DESIERTA A UNA SEMANA DE VIAJE DE ALLÍ:

Al salir de la jungla, Deraka encontró a Robert por fin: estaba tirado en el suelo boca arriba y sin camiseta, y al parecer dormido. La pelirroja se acercó a él sigilosamente, a pesar de que había ido a buscarle, tal y como él le pidió dos semanas atrás. Su cuerpo parecía estar temblando ligeramente, y aunque no podía asegurarlo, a la joven le pareció que ahora era un poco más musculoso; aunque había otra cosa que le llamó la atención:
- ¿Antes no había aquí una pared de piedra...? –se preguntó a sí misma mirando alrededor.
- Qué sexy... –murmuró Robert sentándose y posando una mano sobre el trasero de la chica, que inmediatamente se giró y le lanzó un puñetazo, al grito de:
- ¡Cerdo pervertido! –Robert lo detuvo agarrándole por la muñeca, y esbozando una confiada sonrisa, le dijo:
- Llevo mucho tiempo sin echar un polvo, ¿sabes? No creas que puedes pasearte por ahí con esos shorts ajustados y esperar que no reaccione.
- Tranquilo, dentro de poco llegaremos a la zona de clima helado y se solucionará el problema. –respondió ella en tono de burla.- Eso será si decides volver al barco de una vez, que últimamente no se te ve el pelo. Te perdiste lo de la Isla de Oropel, y ahora te has tirado dos semanas aquí tú solo. ¿No crees que un mes es suficiente?
- Tienes razón. –dijo Robert apoyándose en el hombro de la chica para levantarse.

Al regresar al barco, se encontró con que Arreyes, Alexia y Erik estaban en cubierta esperándoles. Al verle llegar, el espadachín se acercó a él y le dijo con sorna:
- Después de dos semanas entrenando en solitario, ¿crees que ha merecido la pena? – Robert se lo quedó mirando fijamente, y tras esbozar una sonrisa, le dijo:
- Eres un capullo.
- ¡¿Qué has dicho?!; ¡atrévete a repetirlo! –Deraka soltó una pequeña carcajada y dijo:
- ¡Ya estaba empezando a echar de menos estas cosas! –Robert se acercó a Alexia, que mantenía su expresión de indiferencia de siempre, y de repente le dio un pequeño cachete en la cara, riendo:
- ¡Parece que estás muy contenta de verme!
- Lo estoy. –dijo ella sonriendo.
- Bien. –interrumpió Erik- Creo que ya es hora de sopesar lo que haremos a continuación.
- Hola a ti también. –le interrumpió Robert con tranquilidad. Erik respondió con una reverencia y siguió:
- Deberíamos dirigirnos a la Isla de Témpula. Sin un Log Pose nos será harto difícil llegar a ninguna parte, y yo conozco la situación de esa isla, además de a alguna gente de importancia. Actualmente los dos países que conforman la isla están cercanos a iniciar una guerra, por lo que la Marina ha acudido allí. No obstante, no hay otro lugar más cercano para reaprovisionarnos y hacernos con otro Log Pose. Creo que mi amigo podrá ahorrarnos complicaciones con la Marina, pero aún y así es un poco arriesgado, por lo que la decisión le corresponde ser tomada al capitán. –todos miraron a Robert, que sonrió y dijo:
- De acuerdo, vamos allá.
Hasta el próximo capítulo :wave:
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Crusta
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Mensaje por Crusta »

Weno pero ¿a que juegas?, ala asi de golpe nos presentas 4 personajes nuevos, retomas al grupito de turno, introduces palabras con contenido porno... En fin... pon en el titulo una clasificacion de X o no recomendada a menores de 18, que ya veras, te denuncian Xeno y la Interviu :lol: :lol:

Por lo demás, veremos que pasa con Siror Dalus, Argail y Crusta que tendran relevancia en la serie ^^

PD1: ¿Borrachos con Whisky? Como sabias que esos son mis enemigos.
PD2: ¿Donde estan esas chistosas frases que te deje? (¡Un Gin-Up!)

Sigue asi fenomeno ^^
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Saki
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Mensaje por Saki »

Como siempre, genial!!!
Debe ser porque yo no soy muy buena escritora, y por eso no te encuentro defectos. Bueno... ¿Pero esa tal Sherry no era esa yegua tan alta que salió en la saga del Davy Back Fight? (es que cuando he leído la frase "hubiera muerto congelado de no haber sido por Sherry" he pensado "qué yegua más lista!" :shock: xD)


La verdad no tengo nada más que añadir (vaya posts más cortos que hago... :cry: )







Chau! :wave:
No te tomes la vida en serio, al fin y al cabo no saldrás vivo de ella xD

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:alabar:
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Mensaje por kaolla11x9 »

Bueno, dos capitulos, un comentario. Asi es mucho mas comodo y me da para escribir mas (Tacha eso ultimo y pon "quejarme mejor").

Capitulo 25:
Principalmente y por encima de la lucha inicial, me ha sorprendido mas lo bien matizado del caracter de Darius y de su tio, a la hora de decidir sobre marcharse. Sin duda Ed Silver es todo un personaje que se presenta racional y seguramente muchas decisiones tomadas por el puedan llevar a cambiar la situacion, aunque no se si estaras dispuesto a darle tanto juego, pese a que te digo desde ya que deberias, porque es un buen personaje que bien utilizado puede darle mucha vida a la historia.
Por otra parte el “Diario de William” es la guinda del pastel. Otra pieza mas del misterio que añadir a la historia, y seguramente una de las que mas aprovecharas. Me pregunto quien sera esa Milenia ...

Capitulo 26
El hecho de presentar una nueva situacion siempre resulta lioso, pero tal y como ha dicho Crusta, presentarnos a cuatro personajes de golpe a sido todo un golpe bajo XD. Ahora nos costara mas aclararnos. Y descrita la situacion no veo absolutamente nada en claro (A parte de que ves demasiado One Piece y Naruto, pero eso lo sabiamos todos). De Crusta solo decir que le veo con pinta de tener poderes de fuego y no ser porque la impresion de que va detras de Argail, pero claro, eso son ocurrencias mias al mas puro estilo culebron. Tambien decir de este ultimo que me ha sorprendido su aparicion como pirata y que por lo general parece alguien interesante, por ello espero que tenga protagonismo. A Sherry ahora mismo no la encajo pero espero que tenga mas a ver que un simple "amor de primavera" :twisted: . Y para Siror Dalus, el nuevo malo malisimo que va a ocupar nuestros pensamientos, solo decir que tiene un aire a Crocodile y una historia similar a la de Sasuke con Itachi por lo que mas te vale esforzarte en sacarlo del encasillamiento que le he hecho y darle un poco mas de vida, porque para ser el nuevo malvado va a necesitar mas realismo.

Volviendo a nuestros amigos protagonistas, ¿Que mas puedo decir? Empezaba a echar en falta a nuestro "Mister sonrisa confiada" y veo que el tener a Erik en la tripulacion les va a valer mas de una vez en segun que propositos. Pero sintiendolo mucho por Zanza, continua pareciendome un escritor de pacotilla con planes mas profundos que los que ha planteado. Y no creo que sea infundado, porque ya le has dado un halo de misterio.
Y por ultimo ... Quiero personajes mas moviditos y currados. O vamos a empezar a cansarnos de la monotonia de un caracter predecible :twisted:

En fin, me ha gustado por lo general bastante y se nota que te lo estas trabajando. Espero el proximo capitulo :neko: .
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kid
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Mensaje por kid »

¡Buenas! Aquí vengo para dejar otro capítulo (que ya tocaba), y de paso a agradeceros que sigáis leyendo esta historia casi interminable XD (es que aún queda mucho). Pero antes, unos comentarios:

CrUsTa: lo de los borrachos lo sé porque tengo esbirros vigilándote a todas horas :twisted: , y lo del Gin-Up siento decirte que nunca me llegó a convencer del todo, además de que queda un poco raro en una historia de piratas (lo del helado también, pero es que me hace gracia :lol: ).

Saki: no te preocupes por el tamaño de los comentarios, el simple hecho de dejarlos ya es suficiente para mí :wink: . Por cierto, me ha hecho mucha gracia lo de tu confusión con Sherry :lol: .

Kaolla-chuan: luego me preguntas que por qué quiero que comentes en el foro... ¡Si es que te sales! Ya tendrás tiempo de comprobar si tus teorías de culebrón son acertadas o no :ok: .

Y ahora, os dejo con el capítulo 27:
Spoiler: Mostrar
CAPÍTULO 27: LA ISLA DE TÉMPULA (2)

Alexia contempló durante unos segundos su propio reflejo en su espada, que inmediatamente desapareció bajo un pequeño copo de nieve. El filo de su arma estaba impecablemente limpio, reflejándolo todo como un espejo en el que las formas se veían anchas en su horizontal y aplastadas en su vertical.
- Ya se ve la isla. –dijo Robert, acercándose a ella. La joven espadachina alzó la vista y contempló la masa de tierra que se acercaba por el horizonte, difuminada por miles de copos de nieve que se precipitaban suave y melodiosamente desde un cielo gris. El capitán se sentó a su lado, imitando su postura con las piernas cruzadas, y le dijo:- Te veo muy pensativa esta tarde.
- La nieve siempre hace que me acuerde de mi hogar. –respondió Alexia en un tono neutro, con ligeras pinceladas de melancolía. Robert observó sus cabellos dorados como los de un ángel y su fina piel, ligeramente enrojecida a causa del frío, y luego se subió un poco el cuello del abrigo, volviendo a dirigir su mirada hacia la isla. Ya hacía un día que habían entrado en la zona climática fría, y a causa de ello tenían que vestir todos con una sobria ropa de abrigo de colores apagados. Robert estaba cansado de tanto calor, pero a pesar de que prefería el frío, tampoco le acababa de gustar demasiado. Por suerte Deraka les informó de que al igual que la zona cálida se expandía de Sur a Norte en forma de embudo, lo mismo pasaba con la zona fría; sólo que el embudo se extendía de Norte a Sur, y por lo tanto ocupaba mucho menos que la otra.
- ¿Los recuerdos que tienes son bonitos?
- Algunos sí. –contestó Alexia, que tenía la vista de nuevo clavada en la hoja de metal- Otros no tanto.- la chica se sorprendió cuando Robert se inclinó hacia ella y le cogió la palma de la mano derecha desde abajo, dejándola abierta hacia arriba. Un copo de nieve se posó sobre ella, dejándole sentir su frío tacto y derritiéndose al contactar con su piel.
- Alexia, eres como la nieve: tu movimiento es grácil y sereno y tu exterior es frío, pero a la vez suave.-le susurró Robert a la oreja- Y al recibir el calor de los demás tu frío desaparece. –la rubia miró a su capitán a los ojos durante unos momentos, con una mirada a mitad de camino entre la sorpresa y la diversión.- ¿Cómo me definirías a mí? –le preguntó Robert esbozando una sonrisa. La espadachina miró hacia delante y dijo:
- Eres como el mar: tu superficie está calmada e incita a entrar dentro del agua, pero nadie conoce los secretos que hay en el fondo.
- No está mal. –rió Robert, siendo correspondido por una sonrisa de la mujer.
- Has cambiado. –dijo ella, sin dejar de sonreír- Antes dabas la sensación de ser alguien descuidado y algo abstraído, aunque era sorprendente tu forma de intuir las cosas. Ahora la primera parte ha desaparecido casi por completo.
- Eso es porque ya me conocéis. –dijo Robert con pasotismo- Antes me divertía hacer ver que era más estúpido de lo que realmente soy, pero ahora que sabéis cómo soy en realidad, ya no es tan gracioso.
- Menudo pasatiempo más estúpido. –bromeó Alexia, provocando las risas de su capitán.
- ¿Interrumpo algo? –preguntó Arreyes con un premeditado sarcasmo. Los dos se volvieron y le vieron asomándose por la puerta- Erik quiere hablar un momento con todos.
- Está bien. –suspiró Robert levantándose, al igual que Alexia. Cuando se acercó al espadachín, éste le dijo:
- ¿No crees que dejas que ese tío te diga demasiado a menudo lo que tienes que hacer?
- Bueno, parece alguien inteligente, y él sabe mejor que nosotros en dónde nos metemos. También es quien conoce a alguien en la isla. Además, tiene cara de Zanza. –añadió en tono burlón.
- ¿Y qué significa eso?-gruñó Arreyes.
- Deraka dijo que Zanza significa “buena persona” en un idioma antiguo.
- No sé qué decirte... –murmuró el espadachín con desconfianza. Los tres fueron a la cocina, lugar de reunión habitual del barco, en la que les esperaban Deraka y Erik, que les saludó con un gesto de la cabeza.
- Vale, ahora que ya estamos todos, ¿qué era eso que querías explicarnos, Zanza? –dijo Deraka mirando al escritor, que tenía una expresión seria y calmada.
- Quería advertiros de cuál es la situación de la Isla de Témpula para que podáis comprender mejor lo que nos vamos a encontrar.
- Adelante. –dijo Robert.
- Bien. La Isla de Témpula está dividida en dos países: Shiroyama y Aokawa. Desde su fundación, ambos países han estado enemistados el uno con el otro, aunque nunca han llegado a un conflicto armado como el que está cerca de sucederse si nadie lo evita. El motivo desde siempre ha sido el mismo: los primeros colonos, cuyos líderes eran la familia Shiroyama y la Aokawa, y de cuyo nombre extrajeron el de cada país; se enemistaron hace siglos por la disputa de unas minas que se hallan justo en medio de la frontera entre ambos países. Oro es lo que hay en su interior.
- ¡¿Oro?! –exclamaron Robert y Deraka, mientras que la atención que estaba mostrando Alexia por la explicación pareció aumentar considerablemente.
- Antes de tan siquiera pensar en ir a esas minas, -siguió Erik- debéis saber que soldados de ambos países protegen sus entradas, y que a pesar de que todo el oro sigue ahí desde el primer día, siempre ambos países han recelado de su vecino a causa de él, ya que al estar justo en medio de la frontera nunca han llegado a ponerse de acuerdo sobre a quién le pertenece. Han habido algunos pequeños conflictos a lo largo de la historia de la isla, como acusaciones de robo y alguna otra desafortunada situación, pero nunca se ha probado nada.
- ¿Y qué ha pasado ahora? –preguntó Robert.
- Hace poco más de tres semanas que los dirigentes de Aokawa fueron asesinados en misteriosas condiciones. Podéis imaginaros qué ha supuesto esto, y también por qué el ambiente es tan delicado que incluso la Marina ha acudido a la isla para evitar un conflicto mayor, aunque a duras penas logran mantener el orden.
- Entiendo... –murmuró Robert cruzándose de brazos con expresión pensativa.
- El amigo del que os hablé es Atsushi Shiroyama, el gobernante de Shiroyama. –todos miraron a Erik con sorpresa- Es un hombre noble, amigo de mi familia desde hace años, y alguien en quien podemos confiar para evitar los problemas con la Marina. Hablé con él gracias a mi Den-Den Mushi y dijo que nos proporcionaría un salvoconducto para amarrar en el puerto de Tsukiyama, la capital de Shiroyama; y llegar hasta el Palacio donde reside. Aún así debemos extremar la precaución: es un país que tal vez entre en guerra próximamente, y por ello la Marina estará atenta a cualquier hecho sospechoso. ¿Alguna pregunta? –dijo para terminar.
- Sí: ¿por qué no me dijiste que tenías un Den-Den Mushi en el barco? –preguntó Robert con molestia. Erik sonrió, pero no le contestó.

Al cabo de pocos minutos, el barco (que como siempre que se acercaban a una isla, no mostraba la bandera pirata ondeando en su mástil); llegó al puerto de la ciudad de Tsukiyama, siendo observado por un par de buques de la Marina que estaban anclados cerca de la costa de la isla. Erik permaneció en la proa de su barco, totalmente a la vista de todos, ya que esa era la señal que indicaría a su amigo que se trataba de él. Los barcos de la Marina los dejaron pasar sin problemas, ante la sorpresa de todos excepto Erik, y les permitieron acercarse al puerto y echar amarras. En la isla nevaba incluso con más fuerza que en el mar, y al poco de anclar el barco en el puerto, un grupo de hombres armados con rifles y lanzas, y que vestían un uniforme de color gris, se acercaron a ellos. Iban con casco, y en su abrigo llevaban un emblema que representaba una montaña nevada iluminada por la luna llena. Junto a ellos iba un hombre de mediana edad de aspecto sobrio y preocupado, que parecía estar pasando bastante frío a pesar de la ropa que le abrigaba, y que escondía su boca bajo una bufanda roja. Era bajito y calvo, y el poco pelo que tenía era oscuro, al igual que sus ojos, que miraban a los recién llegados a través de los anchos cristales de sus gafas.
- ¿Señor Erik Jáneba? –preguntó el hombre acercándose a Erik, cuya lujosa ropa de abrigo contrastaba con la otra mucho más discreta que llevaban los demás, mostrando el emblema de su familia: una flor dorada.
- En efecto. –dijo él haciendo una reverencia, que fue contestada de igual modo por el hombre.
- Yo soy Jun Yazawa, el Primer Consejero de Shiroyama. Es un placer tenerle entre nosotros. El señor Shiroyama no ha podido acudir a recibirle porque está ocupado en una reunión. Por favor, sígame. –le indicó con un gesto de la mano.
- Vaya... –exclamó Deraka, impresionada.- No sabía que Zanza era alguien tan importante.
- Estos son mis compañeros de viaje. –le explicó Erik al consejero, que les saludó con la cabeza.

Mientras caminaban por las frías y blancas calles de Tsukiyama, los piratas observaban con atención la ciudad: casi todos los edificios eran de colores grises y apagados, así como las ropas y las expresiones de la gente; y a pesar de que en otro tiempo aquella podría haber sido una próspera ciudad, en esos momentos no era más que una sombra sin vida. Las casas de piedra (altas y fuertes) estaban bastante descuidadas, y las personas que caminaban por la calle lo hacían deprisa y nerviosamente. Alexia pensó que aquél sitio se parecía mucho a su antiguo hogar: la nieve lo cubría todo con su belleza impoluta, pero en cambio este era un sitio gris y sin vida.
- Antes que nada quisiéramos ir a comprar algunas cosas urgentemente. –dijo Robert, rompiendo el silencio que imperaba entre el grupo. Jun miró a Erik con una mirada extrañada, pero dijo:
- Hay una calle llena de tiendas de camino al Palacio. Podéis comprar ahí si lo deseáis.
- No tardaremos mucho. –mintió Deraka, que tenía pensado comprar provisiones y ropa para el grupo, además de algún capricho para ella. La calle era una avenida, gris, como el resto de la ciudad; que estaba llena de tiendas y pequeñas casetas en las que se vendía pescado y ropa. Deraka se paró en la primera tienda que vio, mientras que Arreyes se fijó en una armería y se quedó mirando su escaparate. Alexia y Robert siguieron paseando por la avenida para echar un vistazo, y Erik se quedó hablando con el consejero Jun. Alexia se detuvo en seco, junto a la entrada de un pequeño callejón frente al que estaba sentada una niña de unos ocho años, vestida con ropa vieja y gastada y con una mirada llena de soledad. Sin decirle nada, se agachó para ponerse a su altura y le acercó la mano. La niña miró primero el bello rostro de la espadachina, y al ver luego el fajo de billetes que le estaba ofreciendo, los ojos parecieron brillarle y una sonrisa iluminó su cara.
- Úsalo para comprar comida y abrigo. –le dijo Alexia, a lo que la pequeña niña respondió asintiendo con la cabeza y cogiendo el dinero con un nervioso gesto, como si no acabara de creerse la amabilidad de la joven. Tras eso, se levantó del suelo y echó a correr, gritando:
- ¡Muchas gracias!
- Eres una buena persona. –dijo Robert acercándose a la espadachina, que le respondió con una mirada neutral.- Tranquila: tu secreto está a salvo conmigo. –bromeó el joven guiñándole un ojo. Alexia sonrió.

Por su parte, Arreyes seguía en el escaparate, fijándose en las espadas que allí estaban expuestas y comparándolas inconscientemente con la suya, que él mismo había forjado. La puerta de la tienda se abrió y vio aparecer a un alto y corpulento hombre de pelo oscuro y largo, tapado con una manta y con la cabeza cubierta por un sombrero de ala ancha de color negro, que iba acompañado por una bella mujer de cabellos castaños vestida con un abrigo de color rosa. Inmediatamente, Arreyes se fijó en que parecía alguien experimentado en la lucha, y lo mismo debió pensar él, puesto que le saludó y dijo:
- ¿Estás interesado en alguna de esas espadas? –obviamente se había fijado en el arma que el espadachín llevaba a su espalda.
- No especialmente. –contestó él. El hombre asintió y dijo:
- De todas formas si más tarde te interesas, yo conozco al propietario y podría hacerte algún descuento si se lo digo.
- Muchas gracias, lo tendré en cuenta. –contestó Arreyes con amabilidad, sonriendo. Normalmente desconfiaba de todo el mundo, pero por algún motivo aquél tipo le había caído bien. Le observó alejándose junto a la mujer durante unos momentos, y luego se fue a buscar a Deraka antes de que la pelirroja derrochase todo su dinero en cualquier estupidez, “como por ejemplo, un mapa del tesoro”; pensó.

Tras casi una hora de compras reemprendieron la marcha, llegando finalmente al Palacio, para alivio de Robert y Arreyes, que, como siempre, tuvieron que cargar con los caprichos de su compañera. El Palacio era un gran edificio de impecable factura, con la fachada de piedra de color rojo apagado, situado frente a una bonita pero sobria plaza ovalada. Una torre circular se alzaba en cada esquina, y sobre el techo abovedado ondeaba la bandera del país, con el mismo símbolo que portaban los soldados en sus abrigos y que estaba grabado sobre el rectangular umbral de entrada. Subieron las largas escaleras hasta la puerta del Palacio bajo la atenta mirada de los guardianes que lo custodiaban, y al llegar, Jun ordenó retirarse a los soldados que los habían escoltado hasta allí. Al seguirlos con la mirada, Deraka se percató del extraño edificio que había frente al palacio, con un techo también abovedado y de aspecto metálico.
- ¿Qué es aquello de allí? –preguntó la curiosa joven.
- El observatorio.- explicó Jun- ¿Le gustaría visitarlo más tarde?
- Por supuesto. –afirmó ella sonriendo, agradecida. Tras cruzar la impresionante sala de entrada al Palacio, con el suelo de mármol brillante y llena de cuadros y lujosas lámparas doradas; Jun los condujo por unos pasillos cubiertos de moqueta roja hasta una gran puerta de madera custodiada por dos soldados.
- Esperad un momento. –les dijo el consejero, excusándose y entrando en la habitación, que parecía ser una especie de sala de reuniones por lo poco que pudieron avistar cuando abrió la puerta. Al cabo de un par de minutos la puerta se abrió y apareció Jun, acompañado de Atsushi Shiroyama: un robusto hombre de pelo largo y gris, recogido con una coleta; que mostraba una gran corpulencia bajo sus caros ropajes de color azul marino, similares a los que solía vestir Erik, sólo que sin capa alguna. Tenía una cuidada barba oscura, aunque llena de canas, y a pesar de su avanzada edad, en sus ojos de color marrón claro se adivinaba una gran vitalidad.
- ¡Dichosos los ojos, Erik! –exclamó el hombre con una poderosa voz, alzando los brazos con alegría y posándolos sobre los hombros del joven- ¡Hacía ya mucho que no te veía!, ¡y me alegra ver que no has cambiado en nada!
- Yo también estoy contento de verte, amigo mío. –dijo Erik esbozando una sonrisa que apenas habían llegado a ver los demás en un par de ocasiones contadas, y siempre cuando el joven de cabello plateado se encontraba en medio de sus tareas de escritor.- ¿Cómo van las cosas?
- Tan mal como parecen. –se lamentó Atsushi.- Estas últimas semanas han sido un caos, pero estamos trabajando para que el ambiente se calme.
- ¿Y puedo saber de qué forma? –interrumpió Robert con osadía y premeditado sarcasmo. Ninguno de sus compañeros entendió aquella reacción.
- Él es Robert Falcon, el hombre del que te hablé. –explicó Erik inmediatamente, algo incomodado por la reacción del capitán.
- Oh, sí, entiendo. –dijo Shiroyama de forma pensativa, aunque de ningún modo molesta- Verá, señor Falcon; he convocado una reunión con Itachi Aokawa, el heredero de los fallecidos gobernantes de Aokawa, para tratar de evitar que estalle la guerra. Vamos a hacer todo lo posible para evitarlo, le puedo dar mi palabra. –al decir esto lo hizo en un tono firme, decidido y solemne.- Mañana por la noche celebraré una fiesta de bienvenida para sus consejeros como muestra de buena voluntad, y al día siguiente él mismo llegará para negociar.
- Veo que sigues siendo el mismo de siempre. –comentó Erik- Sabes cómo hacer las cosas.
- Y tú sigues viajando con gente interesante, por lo que veo. –dijo el gobernante mirando atentamente a los cuatro piratas. Había algo extraño en la forma de tratarse de Erik y Atsushi: era como si se conocieran desde hacía mucho más tiempo del que podía indicar la edad del joven escritor.- Nos gustaría gozar de vuestra presencia en la fiesta, si os parece bien.
- ¡¿En serio?! –exclamó Deraka emocionada.
- Por supuesto. –respondió Atsushi Shiroyama, sonriendo cortésmente- No se preocupen por nada, le diré a mis sirvientes que os traigan ropa adecuada para la ocasión.
- Por mí está bien. –dijo Robert con indiferencia. Atsushi asintió y dijo:
- Y ahora, si me disculpan, me gustaría seguir con la reunión. Erik, quisiera que nos acompañaras. Jun, tú ocúpate de nuestros invitados; ya estamos perfilando los últimos detalles de la reunión, después te informaré.
- Nos veremos más tarde. –les dijo Erik entrando en la sala de reuniones junto a su viejo amigo.
- ¿Les gustaría ver el observatorio? – les preguntó Jun Yazawa.
- ¡Por supuesto! –exclamó Deraka con una energía desbordante. Mientras se dirigían al cercano edificio, Jun les explicó que gracias a un fantástico grupo de ingenieros que eran de lo mejor que había en la Grand Line; habían logrado construir aquél magnífico observatorio único en el mundo, cuyo telescopio les permitía observar las estrellas con gran precisión. Deraka lo escuchó todo con interés, mientras que Arreyes y Alexia mostraban la misma apatía de siempre, aunque algo más acentuada en la chica. Robert, en cambio, estaba callado y pensativo. Al entrar en el observatorio los piratas se quedaron boquiabiertos ante la visión del enorme telescopio apuntando al cielo y de la impresionante cúpula de metal que lo cubría casi por completo. Unas escaleras de metal conducían a la plataforma en la que descansaba la silla desde la cual mirar a través de los prismas del ingenio, y en la cual estaba sentado un hombre vestido con bata blanca, al igual que media docena más; unos mirando un gran mapa de las constelaciones, otros revisando la base del telescopio y otros haciendo complicados cálculos en una pizarra. El hombre que estaba en la silla se levantó al verles y bajó por la escalera para saludarles.
- Él es Pol, el ingeniero en jefe del observatorio. –explicó Jun- Gracias a él terminamos la construcción a una velocidad sorprendente. –Pol era un hombre de estatura media, pelo negro y corto, ojos oscuros y gafas. Llevaba una pequeña perilla algo descuidada, y por debajo de la bata blanca surgían unos pantalones oscuros. Parecía tener una edad cercana a los treinta, y a pesar de su expresión seria y fría, daba una imagen amable y cordial, incluso amigable.- Ellos son invitados del señor Gobernador.
- Encantado de conoceros. –dijo él dándoles la mano uno a uno y sonriendo.
- ¿Podrías dejarnos mirar las estrellas a través del telescopio? –preguntó Deraka con impaciencia.
- Bueno, ahora es imposible debido a las nubes que cubren el cielo. –explicó Pol con amabilidad- Es el mayor problema de haberlo construido en un lugar con este clima, aunque puedo asegurar que en una noche despejada es uno de los mejores del mundo.
- Vaya... –suspiró Deraka con decepción.
- Tengo la intuición de que esta noche no habrá nubes. –dijo Pol sonriendo- ¿Te gustaría mirar entonces?
- Me encantaría. Muchas gracias. –contestó Deraka sonriendo.

Tras una suculenta cena, a la que Erik tampoco acudió; todos se alojaron en las habitaciones que les habían preparado, aunque inmediatamente Deraka se marchó hacia el observatorio. Robert y Arreyes permanecieron un rato despiertos y en silencio, hasta que el espadachín, al ver la extraña mirada de su capitán, le preguntó:
- ¿Qué te pasa?
- No me pasa nada. –mintió él.
- ¿Entonces a qué ha venido lo de antes? Es por lo de Erik, ¿verdad? Ese tío cada vez me parece más raro.
- No. Él siempre ha sido raro. –dijo Robert, tumbándose encima de la cama con las manos cruzadas tras la nuca- Es esta isla: hay algo que huele muy mal...
Nos vemos :wave:
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Drake
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Mensaje por Drake »

Bueno...me parece increible el progreso que has hecho escribiendo y tambien me parece increible el hecho de que sigas la historia.
El capitulo soberbio con una descripcion de las situaciones y personajes logradisima,sigue asi y cambiare a Rowling por ti.
Eh encontrado cierto parecido entre Zanza y el personaje de ficcion Dorian Gray,espero que este no tenga tambien un retrato,me encanta la nueva isla,ese aspecto sombrio y el lujo del palacio hacen un buen contraste.
Hacia mucho que no posteaba en el tema,intentare hacerlo mas y segir disfrutando de tu historia hasta el final.

Suerte

@:Muy original la isla,me vas a quitar el titulo de Mr.patata frita.

P.d:El titulo de la historia me parece muy adecuado.
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Kaira_mikan
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Mensaje por Kaira_mikan »

A ver... ¿por dónde empiezo? Son dos capítulos bastante moviditos, pero creo que lo has llevado bien. Con todo los nuevos personajes y la historia que se viene encima, estaba complicado el explicarlo de forma que no se formase un verdadero lío, pero ese es el trabajo de un escritor, no? estas cosas son las que diferencian a los buenos escritores de los piltrafillas :lol:
Con el nuevo país y la historia de la guerra recuerda un poco a la saga de Arabasta, pero se ve claramente que son historias bastante distintas, para empezar la guerra no es civil, ya que es entre dos países, y los motivos de la guerra son completamente diferentes, en Arbasta por necesidad y en la isla Témpula por codicia. La organización secreta de Siror Dalus recuerda a la de Crocodile, aunque también se haya formado por distintos motivos.
Supongo que la estancia en la isla de Témpula será bastante larga, porque en ella se tienen que resolver las historias de cada uno de los nuevos personajes aparte de la guerra entre reinos.
Hablando de los nuevos personajes, ¿tienes pensado que salgan de la isla con algún nuevo tripulante :astuto: ? tantos nuevos a la vez tiene que ser por algo... ¿o con alguno menos? Zanza no me acaba de convencer, me da mala espina tanto misterio con el tema de dónde viene....
Pero en fin, eso se lo dejaremos a Writter-sama. :ok: Esto se está poniendo cada vez más interesante... :astuto:

Ahora quedaría bien uno de esos CONTINUARÁ que tanto odiamos todos :lol:

EDITO: no te he dicho nada del título que le has puesto a la historia, está muy bien, ya lo estoy viendo en la portada del libro con la bandera pirata de fondo :ok: Ya estaba empezando a quedar un poco soso lo de 'nueva historia' asecas :lol:
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Cormano
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Mensaje por Cormano »

Oh tio, has hecho que vuelva, parece mentira de lo que es capaz de hacer el placer de leer no te parece??

Tengo muchas cosas que comentar, tanto tuyas como de algunos comentarios de los lectores (a este paso podremos hacer un club de lectura XDDDD), en fin.... allá voy....
Y para Siror Dalus, el nuevo malo malisimo que va a ocupar nuestros pensamientos
Jajajajajaja, claro claro, nuestros pensamientos, malo malisimo, claro (escondo cosas que no sabeis), a ver como se desenvuelve todo XDXD

Por lo demás, veremos que pasa con Siror Dalus, Argail y Crusta que tendran relevancia en la serie ^^

Weno pero ¿a que juegas?, ala asi de golpe nos presentas 4 personajes nuevos, retomas al grupito de turno
Yo a esto solo puedo decir, que viene que viene y mas sorpresas tb.

Sobre el nuevo capitulo, tendría que decir, otra vez, que viene que viene, pero mejor voy a comentar lo que me gusta el personaje de Alexia, este copito de nieve esconde muchas encrucijadas en su personalidad y su estilo, que aun sus compañeros desconocen seguramente, y además su corazón de oro. Cosas tan dispares la hacen (aunq la gente no lo crea) muy humana ya que la condicion del hombre hace posible esta mezcla tan dispar de comportamientos, una buena persona no tiene por que ser no codiciosa por ejemplo, jeje, bueno, casi todos los personajes me gustan mucho, sin duda.

Por ahora dejo esto, ya pronto dejaré más, un saludo!!
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Ghorrhyon
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Mensaje por Ghorrhyon »

Mola mucho más leerse las cosas del tirón...

Me he atrevido finalmente a reunir fuerzas y emprender la ardua tarea de asimilar 27 capítulos uno a uno. Y tengo que decirlo: no me esperaba tanta calidad (se ruega no malinterpretar). Las presentaciones me han parecido bastante inspiradas en One Piece, pero esto era obligado debido a que nos estamos moviendo en un universo que sólo una persona conoce en su totalidad. Según la historia ha ido avanzando me he fijado en que se puede dividir fácilmente en dos partes: la primera, hasta el flashback de Robert, y la segunda, el flashback y todo lo de después. No te mentiré si te digo que no hay color de la segunda a la primera: los personajes se han distanciado de sus similitudes iniciales con la tripulación de Luffy, los enemigos son más odiables y por tanto se merecen lo que les hagan (incluso los cortes sucios y dolorosos XD), pero al mismo tiempo, se revela una historia adicional, un segundo plano más importante, con eso de que tienen la clave del
Spoiler: Mostrar
Arma Ancestral Poseidón, si me equivoco dímelo, no me tengas en ascuas XD
Bieeen, devaneos dementes aparte, la primera parte te la critico de esta manera: como dijo GatoAzul, demasiados enemigos ansiosos por mostrar los poderes de sus frutas, y que conste que no me he pasado por el tema del casting, así que supongo que la culpa de tanto frugívoro la tienen sus creadores, pero aún así, los combates con o sin habilidades especiales son tu fuerte, y cuando se necesita acción, la tienes a raudales. Psicológicamente, en esta primera parte sólo están definidos los protas, así que, al menos a mí, los enemigos me han pasado bastante desapercibidos (bueno, menos Smoker y Tashigi XD). Loooo que no quiita, para que los protagonistas estén bien descritos (y una vez conoces las motivaciones de Robert, ha ganado cien mil puntos, ese flashback es de oro).
La segunda parte, que lleva poco, consta de una "saga" espectacular, insisto, muy buena historia, y un punto interesante, que es lo que más valoro de tu trabajo: ¡A la mierda las leyes del Shonen! ¡Si al archienemigo del protagonista lo tiene que matar la chica, pues lo mata, y punto, aquí pulen todos! Eso además añadido al sexo (vale, amor) no explícito de Robert y su chica (Aaah, Yukino, discúlpame, soy horroroso para los nombres). Ahora se trata de ver si entre las nuevas presentaciones hay un nuevo tripulante, un agente del CP-lo que sea, un enemigo, o a saber que... Sin duda, te has ganado un nuevo lector asíduo


*Modo tocapelotas activado*
Apenas se ecribe todo junto
*Modo tocapelotas desactivado*

PD: Va, invéntate nuevos ataques de los protas...
PPD: Emm, ¿es demasiado tarde para incorporar personajes al casting?
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No sabemos mucho del amor. Con el amor es como con la pera. La pera es dulce y tiene forma. Tratad de definir la forma de la pera.
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