El Legado del Dragón Rojo

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kid
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El Legado del Dragón Rojo

Mensaje por kid »

Buenas a todos. ¿Recordáis aquél olvidado tema llamado "Una Nueva historia (inscripciones)", en la que se dejaron varios personajes creados por los usuarios del foro para que aparecieran juntos en una historia? Pues adivina...

Después de hablar con Zanza, que dijo que se iba a ocupar él de llevarla a cabo, al final decidimos que lo haría yo (por varios motivos que no vienen al caso). Antes que nada quiero aclarar unas cuestiones:

-Lo primero es que no os esperéis One Piece, porque ni yo soy Oda (ojalá pudiera ponerme en su lugar :lol: ), ni tengo su talento (ni su imaginación, ni su sentido del humor... :roll: ); ni esto es un manga. Esto será una historia basada en el universo One Piece con los personajes que creamos los usuarios en ese tema; y aunque intentaré hacerlo lo mejor posible, no sé cómo me saldrá. (¡No seáis muy duros conmigo :wink: !).

-También quiero aclarar que como mi dominio del japonés es prácticamente nulo, no lo usaré para prácticamente nada. En cuanto a periodicidad, intentaré que sea semanal (aunque la semana que viene lo veo difícil por el tema exámenes).

-Tema personajes: lo siento pero me va a ser imposible seguramente incluir a todos los que hay (aún habiendo desechado los de usuarios que hace siglos que no vienen por aquí), pero intentaré que salgan todos aunque sea cambiando sus papeles (generalmente de bueno a malo). En principio no pondré ninguno que se añada a partir de ahora, a no ser que sea la ostia o que sea antagonista (que no tengo muchos). Si alguien quiere aclarar algo sobre su personaje que me lo diga por MP.

-Sin más preámbulos os dejo con el primer capítulo; una pequeña introducción al personaje principal. Poco a poco la historia se irá volviendo más interesante e irán apareciendo los demás personajes. ¡Espero que os guste :ok: ! en word no lo parece pero aquí es un poco largo...
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Cada vez que contemplo un nuevo amanecer, soy consciente de que algo inesperado me aguarda, a pesar de haber visto y haber vivido mucho más que la mayoría de gentes de este mundo. Cada vez que contemplo la inmensidad del cielo estrellado en medio de la nada, quedo tan cautivado como la primera vez que lo vi, hace ya tanto tiempo...

El paso del tiempo no significa nada para mí; tan sólo una nueva página en blanco en el libro de mi vida. Yo vi nacer la Era de los piratas; la Era en la que los hombres y las mujeres de todo el mundo se echaron a la mar para vivir la mayor de sus aventuras y poder ver cumplidos sus sueños casi inalcanzables. Yo vi el principio de esto, y también veré el final...


.........................................................................................................................


11 de la noche, en algún lugar de la Grand Line:

En medio de aquella agitada y tormentosa noche, una misteriosa sombra apareció en el horizonte acercándose a la costa como si fuera un fantasma. Parecía moverse arrastrada por las olas, meciéndose bruscamente de un lado a otro en medio de aquél mar furioso, que no tardó mucho en llevarla hasta la orilla de la playa. Se trataba de un pequeño bote de madera, en el cual sólo había una persona: un joven de poco más de veinte años que yacía boca arriba con los ojos cerrados, sin dar señales de vida. Y sobre él, había una bandera pirata...


CAPÍTULO 1: NUEVO AMANECER


Un sonido de pájaros piando fue lo primero que Robert escuchó en cuanto recuperó la conciencia, seguido del lejano sonido de las olas chocando contra la orilla. Se quedó un momento tal y como estaba, sin ganas de abrir los ojos, puesto que tenía sueño y estaba pensando en volver a dormirse, pero le pareció conveniente levantarse para ver dónde se encontraba, ya que la última imagen que tenía era la de su bote zozobrando frágilmente en medio de una colosal tormenta. En aquél momento no creyó que volvería a ver un nuevo amanecer. Cuando abrió los ojos se encontró con que estaba tumbado encima de una pequeña cama sin sábanas que se hallaba en una discreta pero acogedora habitación de paredes blancas. La habitación estaba adornada con varios jarrones de flores que reposaban sobre las estanterías y un viejo escritorio de madera, situado bajo una ventana abierta a través de la cual podían verse a varios pájaros revoloteando alrededor de un árbol cercano. Al fondo se veía una pequeña playa. Robert bostezó con pereza y se incorporó al mismo tiempo que la puerta de la habitación se abría y aparecía una joven de unos quince años, morena y de pelo corto. Iba vestida con unos cómodos pantalones de color azul marino y una ancha camiseta de tirantes blanca que destacaba el profundo color negro de sus ojos y su tez oscura. Era bajita y bastante mona, y nada más entrar se detuvo con sorpresa al ver que su invitado se había despertado. La chica lo miró de arriba a abajo por unos momentos, sin saber qué decir, fijándose de nuevo en su aspecto. Era un tipo de poco más de veinte años, de pelo negro que le llegaba hasta los hombros por la parte de atrás; tez ligeramente oscura, bastante alto y desgarbado. Tenía una expresión risueña y tranquila, y se la quedó mirando con sus ojos de color verde claro, esbozando una agradable sonrisa. Iba vestido con unos pantalones de color marrón y una camisa blanca de manga larga, además de un chaleco de cuero negro que reposaba en la silla junto a la cama. La verdad era que su visión le resultaba bastante atractiva, al menos para ella, si no fuera porque se trataba de un desconocido que posiblemente sería un pirata.
- Hola.- dijo Robert con tranquilidad, rompiendo el silencio.-¿Dónde estoy?
- En la pequeña isla de Midos. –le respondió la joven- Te encontramos inconsciente en la playa y te trajimos aquí para curarte.
- Ah, pues muchas gracias. –dijo él sonriendo con agradecimiento- Me llamo Robert, pero puedes llamarme Rob.
- Yo soy Kyoko. –dijo la chica en tono de desconfianza. Robert le hizo una reverencia de agradecimiento con la cabeza, tras lo que se llevó la mano al pecho.-¿Buscas esto? –le preguntó Kyoko mostrándole un colgante de oro que guardaba en uno de sus bolsillos.-¿Quiénes son los de la foto?
- Viejos amigos. –contestó Robert levantándose para coger el colgante y ponérselo alrededor del cuello, tras lo que se puso el chaleco de cuero.
- He visto tus cicatrices. –dijo Kyoko con seriedad y cierta rabia contenida- Y también la bandera que hay en tu bote. Eres un pirata, ¿verdad?
- Sí. –contestó Robert con calma.
- Márchate de mi casa. No quiero tener nada que ver con un desgraciado de tu calaña.
- ¿A qué viene eso? No deberías juzgar a las personas sólo por su aspecto o su condición, si no por su personalidad.
- No me hace falta. –dijo Kyoko con el mismo tono serio y enfadado de antes.-Sé cómo son los piratas: a lo único que se dedican es a saquear y a matar, y sólo se preocupan de ellos mismos.
- No todos los piratas son iguales.
- Por supuesto que sí; todos actúan de la misma manera. ¡Sois escoria! –gritó Kyoko dejando ir la rabia que tenía dentro de sí. Robert se la quedó mirando con serenidad, tras lo que se acercó hasta ella en silencio, cogiéndola por los hombros de sopetón y besándola en la boca. A Kyoko le cogió tan desprevenida que no hizo nada para evitarlo, pero inmediatamente apartó a Robert con un empujón, completamente sonrojada:-¡¿Por qué demonios has hecho eso?! –Robert se echó a reír y dijo en un tono chinchoso:
- ¡¿Qué?!; ¡¿eso también te lo esperabas?!
- ¡Desgraciado!, ¡¿cómo te has atrevido?!
- ¿Qué ocurre, Kyoko? –dijo una anciana de expresión severa entrando en la habitación. Tenía el pelo gris recogido en un moño y vestía con un viejo vestido oscuro sobre el que llevaba un delantal.
- ¡Este maldito pirata ya se ha despertado! –contestó Kyoko. La anciana miró a Robert de arriba a abajo y dijo suspirando:
- Bien. Te encontramos anoche y te recogimos para atenderte. Si ahora ya estás bien, puedes marcharte. Tu bote está oculto en el acantilado de la orilla oeste.
- De acuerdo, pero me gustaría saber qué problema tienen aquí con los piratas.
- Esta es una isla muy pequeña, por lo que la Marina no se preocupa de nosotros. –respondió la anciana con seriedad.-Somos muy pocos en el pueblo y no podemos defendernos de nada, ni siquiera de un pequeño grupo de piratas que han venido aquí para causar problemas. Llegaron hace un mes y mataron a aquellos que se les enfrentaron, y ahora se dedican a robarnos y a beber en la cantina del pueblo. Uno de los que murieron era el padre de Kyoko; mi hijo. –Robert miró a la muchacha, que tenía una triste y apagada mirada-Nosotras te salvamos porque no podíamos dejar a un náufrago a su merced, pero a pesar de ello no queremos tratos con piratas. Si nuestros vecinos se enteraran tendríamos problemas.
- Muy bien. –dijo Robert sonriendo- Quiero que me llevéis a la cantina del pueblo, o si no les diré a vuestros vecinos que habéis acogido a un pirata en vuestra casa. Luego os dejaré en paz.
- ¡Maldito pirata! –exclamó Kyoko, furiosa.
- Acompáñale a la cantina, Kyoko.-dijo la anciana con calma.

Kyoko protestó la decisión de su abuela, pero finalmente no tuvo más remedio que acompañar a Robert al cercano pueblo de Midos, un poco apartado de la playa; y que consistía en unas sesenta cabañas de madera en las que vivía toda la población de la isla.
- ¿De qué piratas se trata? –preguntó Robert con curiosidad, mientras iban de camino.
- Su capitán es un tipo llamado Kenshiro, “el sable negro”. Ofrecen 10 millones de Berries por su cabeza. –respondió Kyoko a desgana, todavía enfadada por tener que acompañar a Robert al pueblo siendo el pirata que era.-A pesar de que sólo son once, tienen dos barcos anclados en el puerto. ¿Para qué quieres ir a la cantina?
- Me apetece ir a hablar con ellos.
- Seguro que te matarán, aunque por mí perfecto. –dijo Kyoko con cinismo. Cuando entraron al pueblo, Robert se dio cuenta de que sus calles estaban prácticamente desiertas y de que las casas tenían las ventanas cerradas. No tardaron mucho en llegar a la cantina, de la cual surgía el sonido de las risas y gritos de varios hombres.-Ahí la tienes. Yo me quedaré aquí afuera para esperar a que te maten.

Dentro de la cantina sólo había cinco de los hombres de la tripulación pirata de Kenshiro, además del propietario y una hermosa camarera de cabello rubio. Los hombres bebían ron y cerveza y reían hablando entre ellos, mientras que la camarera y el propietario los observaban con temor y silencio.
- ¡Venga, preciosa! –gritó uno de los piratas-¡Ponnos otra ronda de cerveza para todos! –la camarera fue a la barra a buscar las jarras de cerveza, tratando de ignorar las groserías que le gritaban mientras pasaba por su lado. Al volver con la bandeja llena de jarras, alguien le dio un cachete en el culo y la hizo desequilibrarse, yendo todas las jarras a caer encima de uno de los piratas; un tipo mellado con una cicatriz cosida en la frente.
- ¡Vigila por dónde vas! –gritó el pirata, enfadado-¡Me has manchado toda la ropa!
- ¡Lo siento...! –exclamó la camarera con miedo.-¡No ha sido culpa mía...!
- Es verdad; he sido yo quien le ha metido mano.-añadió Robert, sentado en la mesa de detrás.
- ¡¿Y tú quién eres?! –exclamaron todos al unísono, sorprendidos ante la repentina intromisión.
- ¡Un pirata! –contestó Robert esbozando una confiada sonrisa.

Kyoko se sorprendió al oír el ruido que venía de dentro de la cantina, y que en un momento cesó. Se acercó a la puerta cuidadosamente para echar un vistazo, pero antes de poder ver nada se percató de que alguien se acercaba por la calle: se trataba de Kenshiro, acompañado por el resto de sus hombres. Kyoko se estremeció al ver el temible rostro del hombre que acabó con su padre; desagradable y alargado, y lleno de cicatrices. Kenshiro era un hombre muy delgado, con la cabeza rapada y una expresión demente y sanguinaria. Iba vestido con ropas oscuras y armado únicamente con un sable de acero oscuro y oxidado. No había duda de que se dirigía a la cantina. Kyoko dudó unos instantes, pero sin saber muy bien por qué, corrió hasta la entrada para avisar a Robert del peligro que corría. No fue algo que pensara, si no que le salió de dentro impulsivamente. Por algún motivo, no quería que le pasara nada.
- ¡Robert, ten cuidado!; ¡Kenshiro se acerca! –al entrar se dio cuenta de que todos los piratas de dentro de la cantina habían sido derrotados y yacían en el suelo. Robert se encontraba hablando tranquilamente con la camarera, que mostraba una sonrojada sonrisa:
- ¿Así que tienes diecinueve?, yo tengo veintidós, y si quieres...
- ¡Eh!, ¡no me ignores! –se quejó Kyoko al ver que no le hacían caso.
- ¿Qué ocurre, mocosa? –dijo Kenshiro, que ya había llegado frente al local- Aparta de ahí si no quieres que raje. –Kyoko se quedó completamente paralizada ante su visión, pero en ese momento Robert salió de la cantina arrastrando con él a uno de los piratas que acababa de derrotar, y diciendo con tranquilidad:
- Creo que esto es tuyo. –inmediatamente, los piratas que acompañaban a Kenshiro desenfundaron sus pistolas, gritando:
- ¡¿Quién eres tú?!
- Un momento. –les detuvo Kenshiro, riendo con calma y seguridad. Kyoko aprovechó la distracción para apartarse.- No sé quién eres, pero hay que ser bastante estúpido como para enfrentarse a mí por las buenas. ¿Es que quieres morir, chico?
- Dudo mucho que unos piratas de mierda como vosotros podáis matarme.
- ¡¿Cómo dices?! –exclamó Kenshiro, furioso.
- Vosotros sólo sois una banda de vulgares rateros. No tenéis ni idea de lo que es ser un pirata.
- ¡No tengo tiempo para oír ese tipo de estupideces!. ¡Matadlo! –ordenó Kenshiro. Sus hombres dispararon sus pistolas, pero no llegaron a alcanzar a Robert, que evitó las balas dando un espectacular salto hacia atrás y aterrizando en el tejado de la cantina-¡¿Cómo?! –exclamó Kenshiro desconcertado, comprendiendo lo que ello significaba:- Tienes los poderes de una fruta del diablo, ¿verdad?
- Sí.-respondió Robert con tranquilidad.
- De todos modos, eso no te servirá de nada.
- ¡Ya lo veremos! –gritó Robert volviendo a ejecutar un sorprendente salto con el que aterrizó en la cara de uno de los piratas con una patada, derribándolo inmediatamente. Antes de que los demás pudieran reaccionar, Robert golpeó a dos de ellos con sendas patadas en la cara, apoyándose en el suelo con las manos, y tras levantarse, se encargó de otro con un codazo, también en la cara.
- ¡Maldito desgraciado! –gritó Kenshiro con ira, atacándole por la espalda con su sable. Robert se volvió antes de que le alcanzara y le golpeó en el pecho al grito de:
- ¡Trhee shocks! –Kenshiro recibió el golpe sin poder evitarlo, notando cómo recibía tres impactos en lugar de uno, y volando varios metros atrás, cayendo inconsciente en el acto. Robert se volvió hacia el último de los piratas que quedaba en pie, que se encontraba temblando de arriba a abajo, apuntándole con la pistola- ¿Qué?, ¿tú también quieres?
- ¡No!, ¡me rindo! –respondió asustado, dejando caer la pistola. Robert se acercó a él, pasándole la mano alrededor de la espalda, y diciéndole en un tono amigable:
- Bueno, ahora te diré lo que vais a hacer: cogerás a todos tus compañeros y a tu jefe y os marcharéis de esta isla, no sin antes haberles devuelto todo lo que les hayáis robado a sus habitantes. Y me daréis uno de vuestros barcos y todos los otros tesoros que tengáis...¡Oh!, y también...supongo que tenéis un Log Pose, ¿verdad?
- ¡Pero sin él no podremos viajar por este mar!; ¡acabaríamos perdiéndonos!
- Qué pena que me das... –dijo Robert con sarcasmo.-Ahora enséñame dónde está mi futuro barco.
- D-de acuerdo. –Robert se marchó junto con el pirata, sin soltarle.
- ¡Eh, espera! –le gritó Kyoko. Robert se detuvo y se giró para mirarla-¿Por qué has hecho esto?
- No me gusta este tipo de gente... –contestó con calma. Luego le guiñó el ojo a Kyoko y dijo, tirándole un beso:-Me gustaría mucho volver a verte dentro de unos años, guapetona. –Robert se echó a reír y se marchó con el pirata, mientras que de las casas comenzaba a salir la gente del pueblo, totalmente estupefacta ante lo que había ocurrido.
- Qué tipo más raro... –murmuró Kyoko, esbozando una pequeña sonrisa.
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Última edición por kid el Sab Nov 18, 2006 8:59 pm, editado 6 veces en total.
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Cormano
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Mensaje por Cormano »

Hey, buen preámbulo, y aunq no me he parado a releer el tema de personajes de OP, sale alguno q hayan puesto ya o todavía es temprano??.

Por parte de la historia, el prota me recuerda muchísimo a Luffy (como por el rollo de "no me caen bien esa gente"), aunq tiene unos intereses más tirando a Sanji, pero sin llegar a tales extremos. La ambientación es buena, aunq ya q al no ser un manga, quizás puedas ponerle un poco mas de descripcion de lugares a la historia en las partes en las q no sean de pelea, ya q auydaría a imaginarse ese mundillo. Para ser un preámbulo me ha gustado y espero ansioso la segunda parte!!!!

PD1: Por haber sido el primero en decir la opinion por el foro aparecere en la historia ??? XDD Vengaaaaaa(ya veis, intentandolo hasta el ultimo minuto, por si acaso)
PD2: El PD1 es broma, eh?, pero si me incluyes perfecto vale?
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kid
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Mensaje por kid »

Gracias por tus palabras, Cormano, pero si te digo la verdad esta introducción me ha salido un poco precipitada porque sólo pretendía presentar al personaje, y por eso no tiene mucho detalle. Además, la hice con las prisas :roll: . Seguramente me saldrá mejor cuando termine los exámenes y me pueda dedicar más a esto.

P.D: el prota tiene el "aire" pasota y despreocupado de Luffy a posta, aunque ya se irá viendo que son bastante distintos en muchos aspectos (y parecidos en otros).

P.D2: van a salir casi todos los personajes del tema, el tuyo incluído :wink:.
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Geralt
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Mensaje por Geralt »

Hombre, pues a mi me ha gustado. Que quieres que te diga. Conserva mucho el aire One Pieceiano de los piratas "buenos". Que no son unos santurrones pero son buenas personas. Espero que la niña vuelva a aparecer ^^. En fin, a ver que tal es la continueción. La espero ansioso.

Saludos :wave:
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Drake
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Mensaje por Drake »

Me ah gustado el capitulo,tiene ese estilo bucanero que define a los piratas,te pediria una lista de los personajes que vas a incluir a lo largo de la historia,ya que me gustaria salir,ya deje hace un monton mi personaje en inscripciones

suerte
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haruka
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Mensaje por haruka »

Me ha gustado mucho la historia :mrgreen: Tengo ganas de que sea la semana que viene para ver la segunda parte >.< (pero si no puedes ponerla por los examenes no pasa nada)...

Kyoko y Robert están en el tema en el que se tenía que crear los personajes? he buscado y no los he visto :NO: aunque quizás me los he pasado

mata ne! :wink: :wave:
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Ack-Soul
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Mensaje por Ack-Soul »

Me encanta la historia, si tuviera más tiempo os echaría una mano, pero el calendario laboral no perdona :lol: Seguid en esta línea que está interesante.

P.D: ¿Los personajes los cogéis del tema "Una nueva Historia" o del de "Nuestros personajes OP"? Es que creo recordar que yo incluí uno en este último... :roll:
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kid
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Mensaje por kid »

Primero muchas gracias a todos por los ánimos :ok: . La verdad es que se agradecen.

Drak: como ya dije al principio, intentaré que salgan todos los personajes, pero no prometo nada. Esto es básicamente porque hay varios que no sé dónde meterlos, y porque tampoco quiero que esto dure demasiado (uno al final se acaba cansando). No daré una lista porque no lo tengo claro del todo, y porque así hay más intriga para ver quién sale y cuándo sale :ok: . Si algún personaje al final no aparece lo siento mucho, pero no será porque sí, si no porque no se me ocurría un papel que darle dentro de la historia.


haruka: ni Robert ni Kyoko son del tema. Kyoko es sólo una "extra", y Robert lo inventé yo expresamente para que tuviera el papel de capitán. ¿Por qué? Básicamente por dos motivos:
-Porque no había ningún otro personaje que pudiera serlo, desde mi punto de vista. La mayoría estaban hechos expresamente para ser co-protagonistas, antagonistas o secundarios (como el que yo presenté). Así que mejor hacerlo directamente para ello y ya está.
-La otra razón es... ¿qué derecho tengo a elegir, de entre todos los que hay, al que va a ser el protagonista? Seguro que alguna gente no hubiera estado de acuerdo o me hubiera acusado de favoritismos, así que me lo ahorro.

Ack-Soul: los personajes son de "Una Nueva Historia", porque el tema se creó específicamente para esto.

Bueno, espero haberos aclarado vuestras dudas. Nos vemos :wave:
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Reyes
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Mensaje por Reyes »

Me ha gustado mucho la historia, con comienzo one piecero, un protagonista carismatico y buenos secundarios(me a gustado Kyoko). Ojalá que sigas con la idea y te quede una buena historia(si es muy buena registrala :lol: ). Ojala también salga mi personaje pronto :lol:

P.D: Comparto la opinión de un poco mas de descripción de los lugares, por lo demas "perfect"
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kid
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Mensaje por kid »

¡Buenas a todos! Aquí traigo ya el segundo capítulo de la historia. Cuando dije que una semana entre capítulos quería decir que una semana como máximo :ok: , aunque lo haré cuando tenga ganas, pero con ese límite. Seguramente la que viene no pueda por los exámenes, pero quizá el sábado o el domingo sí. ¡Espero que os guste!
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CAPÍTULO 2: LLEGADA AL ARCHIPIÉLAGO DE LAS ESTRELLAS


Robert descansaba tumbado en una hamaca que había colocado en la proa de su recién adquirido barco, bostezando de aburrimiento y cansancio. Se había quedado con el que le había gustado más de los dos, que a pesar de ello era una ruina: el mascarón de proa; una figura de acero que representaba a una mujer desnuda, estaba sin un brazo, y el casco estaba lleno de magulladuras y destrozos. No obstante, era un barco bastante amplio, con una gran bodega y tres habitaciones individuales, a parte de cuatro múltiples, un lavabo y una cocina mugrienta. También tenía tres cañones a cada lado y dos en la cubierta, que podían moverse mediante unas ruedas en la base. Como estaba todo sucio, Robert se pasó todo el día limpiándolo, habiendo quedado agotado por ello. Sabía que se quedaría dormido en la hamaca, pero no tenía ganas de moverse.
-Espero llegar pronto a alguna parte. –pensó en voz alta. En ese momento se dio cuenta de que un copo de nieve había caído sobre la cubierta. Robert alzó la vista y dijo con desgana y molestia:-Y ahora se pone a nevar. Odio este maldito mar.-el cielo se había nublado en un momento y había empezado a hacer un frío invernal, por lo que Robert se levantó de la hamaca y se metió dentro del barco, deteniéndose para mirar durante un segundo la bandera que había izado en el mástil central: una bandera pirata de color negro que representaba el cráneo de un dragón teñido de rojo.

Al cabo de cuatro días, cuando ya empezaba a pensarse que se había perdido, (ya que aunque disponía del Log Pose que le quitó a los piratas no tenía ni idea de navegación); pudo avistar una isla en el horizonte. Parecía ser una isla de tamaño medio completamente llena de edificios y con un gran puerto. A través del catalejo pudo ver que había varios barcos entrando y saliendo de la isla. Sonrió pensando que allí podría comprar comida, ropa y todo lo que necesitara para seguir con su viaje, y quién sabe si también reclutar a algún tripulante. Pensó que sería mejor guardar la bandera pirata antes de amarrar en el puerto para así evitarse problemas, y corrió a su camarote, el del antiguo capitán del barco, para recoger la bolsa donde guardaba los doscientos mil Berries que le había quitado a los piratas. Tomó el timón y se acercó al puerto, cruzándose con un gran y bonito galeón lleno de gente, algunos de los cuales le saludaron al pasar, devolviéndoles él el saludo con un gesto de la mano. Parecía ser un sitio muy amigable. Al acercarse al puerto pudo ver que los edificios de la ciudad eran grandes y de colores claros, sobre todo blanco y gris. Tras amarrar su barco con la ayuda de un marinero que había allí y soltar el ancla, Robert bajó de él con la bolsa del dinero echada al hombro, respirando la suave brisa marina que agitaba su cabello y contemplando el vuelo de las gaviotas y el ir y venir de la gente que caminaba por la amplia calle del puerto. Robert sonrió con felicidad y leyó un cartel de madera que rezaba: “Bienvenidos a la hermosa Isla Estrella del Sur”. Robert miró a su alrededor intentando decidir en qué dirección caminar para encontrar alguna tienda de comida, puesto que eso era lo más urgente. Al pasar la vista por entre la gente, se dio cuenta de que había un par de tipos armados con sables que parecían estar molestando a un vendedor de pescado que tenía una pequeña tienda de tela junto al puerto. No parecían ser más que dos simples rufianes, pero aún y así la gente que estaba alrededor se alejó asustada. Robert se acercó un poco para curiosear, pero tuvo que detenerse en seco para dejar pasar a un gigantesco hombre que debía medir más de dos metros de alto, ataviado con un abrigo de cuero marrón, y de piel de color negro como el ébano. Robert se quedó con la boca abierta al ver el descomunal espadón que llevaba atado a la espalda, de cuya empuñadura colgaban dos bolas rompecabezas de color gris pálido. Además, por debajo del abrigo podía avistarse un ligero peto de hierro recubierto por una fina capa del mismo material del que estaba compuesto el rompecabezas. Todo ello, además de su aspecto físico, con la cabeza rapada, los ojos oscuros y profundos y cara de pocos amigos, le daba un aspecto muy intimidatorio que hacía que la gente se apartara a su paso.
-¡Vamos inútil, sólo te hemos dicho que nos des un poco de pescado! –gritó uno de los maleantes amenazando al vendedor con su sable.
-Lo siento, pero no os lo puedo dar si no vais a pagarme... –titubeó el asustado hombre. El delincuente iba a volver a amenazarle, pero su compañero le detuvo diciéndole:
-¡Espera!, ¡mira ese tío! –ambos contemplaron a la gigantesca mole que se les acercaba andando con paso firme pero tranquilo, y se echaron a temblar de arriba a abajo.
-¡¿Q-qué quieres?! –le preguntó uno de ellos con inquietud. El tipo se detuvo y dijo con calma, con una grave y tranquila voz:
-Has sido capaz de darte cuenta de mi presencia entre toda esta gente. Sin duda eres muy observador.
-¡Pero si es imposible no verte! –exclamaron ambos delincuentes, además del pescador.
-Basta de hablar. ¡No soporto las injusticias, y vosotros estáis cometiendo una! –exclamó el extraño hombre. Los dos delincuentes echaron a correr, pero no pudieron escapar del alcance de sus largos brazos. El tipo cogió a cada uno con una mano y los chocó entre ellos, dejándoles fuera de combate. La gente que había a su alrededor comenzó a aplaudirle, gritando:
-¡Bien hecho, Kraken!, ¡eres el mejor! –él se marchó de allí con ambos delincuentes encima de los hombros.
-Qué tipo más extraño... –comentó Robert en voz baja- ¿Quién es? –le preguntó a un barbudo anciano entrado en carnes que estaba a su lado, y que mostraba una alegre expresión.
-¡Es Kraken, el cazador de recompensas! –contestó él- Es un tipo muy particular, pero siempre ayuda a los marines del cuartel a atrapar piratas y bandidos.
-¿Hay un cuartel de la marina en esta isla? –preguntó Robert.
-Sí. –contestó el anciano mirándole de arriba a abajo por primera vez.-Deduzco por tus palabras que no eres de por aquí, ¿me equivoco?
-Estoy de paso. –respondió Robert sonriendo y asintiendo con la cabeza.
-¿De dónde vienes?
-De la isla de Midos, ¿por qué?
-¡Entonces tu Log Pose te llevará por todas las Islas Estrella! –rió el viejo.-¡Verás, esta es la Isla Estrella del Sur, pero también están la del Este, el Oeste y el Norte! Se llaman así porque tienen forma de estrella, y todas juntas forman el Archipiélago de las Estrellas.
-Vaya, no tenía ni idea. –dijo Robert- ¿Y cuánto tardará mi Log Pose en fijarse?
-Un día en cada una de ellas. –contestó el viejo- Primero te llevará a la del Este, luego a la del Oeste y finalmente a la del Norte. Deberías tener cuidado con la del Este, puesto que está llena de piratas; aunque se supone que ninguno de ellos te causará problemas, pero yo no me fiaría de ellos...
-¿Y cómo es que la marina consiente que hayan piratas en esa isla?
-No lo sé con seguridad, pero es algún tipo de pacto de no agresión. –contestó el viejo rascándose la barba de forma pensativa.-Por contra, seguro que la del Oeste te gusta más, porque en esta época se celebra el festival de las camelias. Y en la del Norte hay un enorme mercado donde puedes encontrar prácticamente cualquier cosa.
-¡Eso suena interesante! –exclamó Robert sonriendo- Muchas gracias por su amabilidad.
-¡De nada, chico! –rió el viejo.

Robert siguió caminando por el puerto hasta adentrarse en las calles de la ciudad, llenas de gente paseando, y pensó que tal vez debería haberle preguntado a aquél anciano dónde podía encontrar alguna tienda de comida que no fuera sólo de pescado. Pero en el fondo le daba igual: así podría dar una vuelta por la ciudad mientras la buscaba. Mientras paseaba por la ciudad se metió sin darse cuenta por una serie de pequeñas callejuelas en las que casi no había gente, y en una de ellas un tipo moreno y melenudo le dijo:
-¿Estás buscando algo, amigo? Te veo un poco perdido.
-¿Qué? –preguntó Robert percatándose de su presencia en ese momento, puesto que estaba apoyado en una pared junto a un callejón y no le había visto hasta entonces.-Sí. Me gustaría saber si hay alguna tienda de comidas varias por aquí cerca.
-Sí, sí, por aquí hay una. –respondió el hombre con amabilidad.- Puedes llegar cruzando este callejón.
-Oh... muchas gracias. –dijo Robert sonriendo, dirigiéndose al callejón. Al entrar se dio cuenta de que había otro tipo allí, esperándole con un cuchillo, y de que el tipo melenudo le había seguido y le tapaba la salida.
-¡Venga, danos todo lo que tengas! –le gritó el de la melena.
-¿Qué?
-¡¿Eres estúpido?! –le gritó el otro- ¡Si no nos das todo tu dinero te mataremos!
-¿Cómo?, ¿eso quiere decir que por aquí no hay ninguna tienda de comida? –preguntó Robert, algo decepcionado.
-¡Cállate! –gritó el que llevaba el cuchillo abalanzándose sobre él. Robert esbozó una confiada sonrisa, pero repentinamente una figura apareció tras el hombre que le estaba atacando, derribándole de un puñetazo, al grito de:
-¡¿Pero qué haces, desgraciado?! –era un hombre de más o menos la misma edad que Robert, aunque su expresión era bastante más seria y madura. Tenía el pelo de color castaño oscuro, corto y bien recortado, y los ojos de marrones. Tenía una pequeña cicatriz en la mejilla derecha, e iba vestido con una vieja camisa de color azul marino y unos pantalones de cuero marrón llenos de polvo. Llevaba una gran espada a la espalda y una pequeña daga enfundada en el cinturón. El tipo del cuchillo cayó al suelo pasando de largo a Robert y desequilibrando a su compañero, que se echó hacia atrás asustado, sin saber qué hacer.-¡Largaos de aquí enseguida si no queréis que me enfade! –gritó el desconocido con fuerza. Los dos atracadores se fueron corriendo a toda velocidad, y cuando hubieron desaparecido de su vista, el tipo le dijo a Robert:-¿Te han hecho algo esos dos?
-No, tranquilo. Gracias por ayudarme. ¿Quién eres?
-Me llamo Arreyes, y no tienes por qué darme las gracias. ¡Porque soy yo quien quiere tu dinero! –gritó Arreyes llevando sus manos a la empuñadura de su espada.
-¡¿Qué?! –exclamó Robert con sorpresa. A continuación Arreyes se echó a reír con una fuerte carcajada y dijo:
-¡Es broma, es broma!; ¡no hace falta que te enfades! –Robert se lo quedó mirando con desconfianza, pero Arreyes le dijo:- Para que veas que voy de buena fe, te invito a dar un trago. ¡Conozco un bar por aquí cerca donde hay unas camareras guapísimas!
-¿En serio? –dijo Robert, al cual le cambió la cara de total seriedad a una sonrisa tonta instantáneamente.


Arreyes condujo a Robert por las calles de la ciudad hasta un amplio local en cuya fachada había dibujada una gatita rosa junto a un cartel que decía “Bar Neko-Neko”. El bar estaba bastante lleno, y absolutamente todos los clientes eran hombres. Ello era debido a las dos camareras, las gemelas Neko; dos hermosas chicas de cabello oscuro y ojos verdes y profundos, vestidas con un corto vestido rosa cubierto por un delantal con el nombre del bar. Ambas llevaban una diadema rosa con orejas de gato sujetándoles el pelo, y servían a los clientes moviéndose por el local con unos coloridos patines. Cuando Robert las vio se le alegró la expresión, al igual que a Arreyes, que en esos momentos mostraba la misma cara que él. Las hermanas se acercaron a ellos cuando les vieron cruzar la puerta, diciéndoles con simpatía:
-Bienvenidos al Bar Neko-Neko, ¿qué desean?
-¡Traednos una botella de ron para los dos! –respondió Arreyes.
-Hola Arreyes, ¿quién es tu amiguito? –dijo una de ellas posando la mano en el hombro de Robert.
-¡Me llamo Robert! –contestó él.
-¡Está de paso por esta isla y le han intentado robar!, ¡pero le he salvado! –explicó Arreyes.
-¡Vaya!, ¿y te han hecho daño, guapo? –dijo la otra cogiéndole del otro hombro. Robert negó con la cabeza, algo sonrojado, y sin borrar la sonrisa de su cara.-¿De dónde vienes?
-De la isla de Midos.
-Esa isla tan pequeña... ¿y qué haces por aquí?
-Ten cuidado con lo que les dices si no quieres que lo sepa toda la ciudad. –le advirtió Arreyes- Las dos son tan cotillas que no pueden estarse de enterarse de todo y luego contarlo.
-¡No le digas eso, Arreyes! –dijeron ambas a la vez.
-Aunque acabamos de enterarnos de que el modista de la calle del Sauce tiene una aventura con su ayudante... –dijo una de ellas.
-¡Ah, te refieres a ese señor que le hizo el traje a Violeta, ¿verdad, Mai?! –exclamó la otra.
-Sí, a Violeta, aquella chica que dijo que su novio era uno de aquellos marineros, pero era mentira. ¿Te acuerdas de ellos, Juliet? –siguió Mai.
-¡Basta de cotilleos! –interrumpió Arreyes con un suspiro de disgusto.
-¡Lo sentimos! –dijeron ambas sacando la lengua a la vez. Juliet y Mai los condujeron a una mesa y les sirvieron una botella de Ron, quedándose con ellos. Después de unas cuantas copas, Mai preguntó:
-¿Qué llevas en esa bolsa, Robert? –Él, que ya iba un poco borracho, y que además no podía resistirse a los encantos de las mujeres, contestó:
-¡Doscientos mil Berries!
-¡¿Qué?! –exclamaron las dos hermanas.-¡Cuánto dinero!
-¡Podrías comprarme un vestido muy bonito! –le dijo Juliet abrazándose a él. Mai también se le abrazó, diciendo con voz suplicante:
-¡Y a mí podrías comprarme un anillo de oro!
-¡Sí, sí!; ¡os compraré lo que queráis! –respondió Robert riendo junto con Arreyes. Robert se sentía mareado a pesar de no haber bebido mucho, y estaba tan cansado que tenía ganas de dormir. Parecía que los párpados querían cerrarse y él no podía hacer nada para evitarlo; y además, ya no entendía lo que le decían las chicas, y todo le daba vueltas. Finalmente se acabó durmiendo con la cabeza apoyada sobre la mesa.
-Bueno, ya está. –dijo Arreyes levantándose y cogiendo la bolsa con el dinero.-No tardará mucho en despertarse; decidle que no sabéis adónde he ido y que a penas me conocéis. Lo de siempre...
-¡De acuerdo! –exclamaron las dos hermanas con una pícara sonrisa.
-Pero es una pena que le hagas esto. –dijo Mai- Es muy mono...
-Eso es cierto, Arreyes. –dijo una voz tras ellos. Se trataba de Jack, el dueño del bar; un hombre no muy alto de cincuenta y tres años, calvo por la coronilla y con un extraño y largo bigote que terminaba en varios rizos. Tenía la piel, los ojos y el poco pelo que le quedaba de color oscuro.-Ya sabes que no me gusta que hagas estas cosas en mi local. Así llamas la atención de la marina, y soy yo quien tiene problemas. Si ibas a robarle, ¿por qué no lo hiciste en la calle?
-No sé por qué, pero... cuando le vi, me dio la impresión de que si lo intentaba hacer por la fuerza me daría problemas. –contestó Arreyes- Aunque viéndolo ahora, me parece una estupidez. –se echó la bolsa al hombro y dijo con sarcasmo:- Tranquilo viejo, ya me voy de aquí.

Después de casi una hora, Robert recobró el conocimiento, notando una gran pesadez y un ligero dolor de cabeza. Cuando abrió los ojos y vio que estaba en aquél bar, recordó lo que había pasado y miró a su lado en busca de Arreyes, sorprendiéndose al no encontrarle. Las hermanas Neko se percataron de que se había despertado y se acercaron a él, diciendo:
-¿Has dormido bien, encanto?
-¿Me he quedado dormido? –dijo él bostezando, notándose cansado- ¿Dónde está Arreyes?
-Se marchó hace una hora. –Robert las miró con extrañeza y bajó la mano derecha para palpar la bolsa del dinero. Al no encontrarla, bajó la izquierda para ver si estaba en el otro lado, y cuando se dio cuenta de que tampoco estaba, se giró con nerviosismo para buscarla tras la silla.
-¡¿Dónde está mi dinero?! –gritó, llevándose las manos a la cabeza.
-Ah, ¿aquella bolsa? –dijo Juliet intentando disimular.-Hace rato que no la vemos, ¿verdad, Mai?
-Cierto, Juliet. –respondió ella en tono juguetón.
-¡Debe habérsela llevado ese tío! –gruñó Robert levantándose con rabia- ¿Adónde ha ido?
-¡No lo sabemos! –exclamaron ambas hermanas simultáneamente.
-¿Seguro? –insistió Robert con desconfianza. Ambas negaron con la cabeza, esbozando una nerviosa sonrisa.-¿De verdad que no queréis decírmelo?
-¡Si... si a penas le conocemos! –dijeron las dos, tras hacer un gran esfuerzo por no contárselo; puesto que les encantaban los rumores y no podían evitar decir todo lo que sabían.
-¿De...ver...dad...? –dijo Robert acercando su cara a ellas, subiendo y bajando las cejas rítmicamente. Las dos hermanas comenzaron a sudar con nerviosismo y apartaron su mirada con disimulo, sabiendo que si volvían a abrir la boca se les escaparía.-Bueno, da igual. –dijo Robert con pasotismo, cruzando las manos tras la nuca- De todas formas ya sé adónde ha ido ese tío... –las gemelas Neko se miraron entre ellas con interrogación, preguntándose cómo podría saberlo.
Última edición por kid el Dom Jun 18, 2006 3:43 pm, editado 1 vez en total.
Franxo
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Mensaje por Franxo »

Weno me encantan estas historias, a ver cuando pones el tercer capitulo
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Cormano
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Mensaje por Cormano »

Me gusto, y mucho jejejejjeje, la verdad es q ahora con ese toque q le diste de mas descripcion está bien, te mete mucho más en la historia, y decir q bueno, q en este segundo capítulo no fue tan emocionante como el primero, pero es normal, ya q en este es como el mítico de plantear la nueva situacion y tal, aún así me ha dejado intrigado por esa última frase.
Spoiler: Mostrar
Será que tiene un agujero en la bolsa e iban cayendo las monedas??
PD: Kid, oyes tenía pensado escribir y pasarte por PM un pequeño texto sobre mi personaje en el cual te explicase a parte de sus ventajas (q ya iban en la historia y no te relatare de nuevo) sus defectos, sus ambiciones, sus miedos y su personalidad de manera detallada, para q así te sea más facil plasmarlo en tu historia, así q si te parece bien te mando ese PM
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Drake
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Mensaje por Drake »

Me ah encantado la Historia pero espero que la aventura no quede solo en el archipielago de las estrellas,pero te queria hacer una pregunta:
¿Se pueden Dar ideas para localizaciones y demas?
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kid
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Mensaje por kid »

Gracias a todos por el peloteo (es broma :lol: ). Si queréis podéis dar ideas de lugares, aunque yo ya lo tengo todo más o menos montado en mi cabeza, pero si sale algo mejor pues eso...

Drak: tranquilo que irán más allá del archipiélgao :ok: .

Cormano: mándame el MP cuando quieras, que no hay problema.

Nos vemos :wave:
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Luffyden
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Mensaje por Luffyden »

Kid muy buena esta segunda parte :wink: me ha encantado de veras ^^ ademas tambien le has dado un toque de humor bastante gracioso ^^
Espero con ansias la tercera parte :P
Un saludo :wave:
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jornada laboral, a fin de mes cobrar, pagar todas la deudas y vuelta a empezar y asi disfrutar de tu NO libertad
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