Pues bueno, antes de empezar a poner el capítulo, los argumentos y todo, quisiera dar una pequeña explicación a cómo vino este fanfic que muchos dirán que es fuera de lo común para ser un foro de One Piece o de shounen serios.
Este relato es una derivación de otro relato que venía intentando hacer hace alrededor de 6 años, pero que por buenos motivos (no tenía internet para entonces, y mi estilo de narración no se compara ni un tanto al que medio manejo ahora) decidí dejar a un lado y mantenerlo vivo solo en mi imaginación.
Las únicas diferencias que puedo mostrarles con este y el intento de relato, es que he modificado los nombres del personaje principal y sus aliados, el estilo de narración (pasando del guión teatral mal realizado, a un experimental primera persona que no logro dominar todavía), y la visión de la vida que tenía el personaje cuando yo tenía 13 años, a la forma en que lo veo ahora.
También, como en todos mis relatos, diré que nunca utilizaré personajes ya creados por el verdadero autor. Eso, en lo personal, le resta creatividad a un relato, además que restringe más lo que uno intenta desarrollar (como si de por sí un fanfic de Digimon fuese demasiado restrictivo). Y tampoco pienso realizar un fic de amor. De esos existen miles y miles en muchos foros, ese tema no me agrada, y menos si es con personajes ya creados. Eso no me gusta. Además, como me dijera anteriormente una persona a la que admiro en su manera de narrar lo que escribe, "como si el amor fuese tan fácil de relatar".
Pero bueno, mejor me dejo de cuentos y voy directo al grano.
Argumento principal:
Daisuke Yanami era un estudiante de primaria común y corriente, hasta que por equivocación se involucra con un Digimon demonio muy poderoso, quien lo secuestra para llevar a cabo sus planes de dominación del Digital World, y eliminar a un grupo de niños que está destinado a acabar con sus planes. ¿Qué sucederá cuando descubran que Daisuke es uno de esos niños destinados? ¿Podrá llevar una vida de estudiante, héroe y villano a la vez?
Índice de capítulos (en progreso):
¡¡Nuevo!! 00.- Prelude of The Digital World Chronicles -
Acto 1 -
Acto 2 -
Acto 3 (
Mirror en FanFiction)
01.-
Cómo comenzó todo (
Mirror en FanFiction)
02.-
Introducción de Gotsumon y Rakugamon (
Mirror en FanFiction)
03.-
Un día más lejos del hogar (
Mirror en FanFiction)
04.-
Revelación. La determinación de Hiroshi (
Mirror en FanFiction)
05.-
Rakugamon y Onagimon contra el ataque tándem de Akio y Mizuki (
Mirror en FanFiction)
06.-
Fuera máscaras. ¡Torkaimon ataca! (
Mirror en FanFiction)
07.-
En el calabozo hay un Vigilante de la Frontera... (
Mirror en FanFiction)
08.-
Huída, rescate de Piccolomon y reencuentro (
Mirror en FanFiction)
09.-
El verdadero Rakugamon (
Mirror en FanFiction)
10.-
La evolución de Gotsumon (
Mirror en FanFiction)
11.-
El juicio de Daisuke (
Mirror en FanFiction)
12.-
El regreso del dúo roca-humano (
Mirror en FanFiction)
13.-
OK, todo el mundo de pie (
Mirror en FanFiction)
14.-
Descifrando: El hijo del elegido (
Mirror en FanFiction)
15.-
Los diarios de Rina y Mizuki (
Mirror en FanFiction)
16.-
Akio, Hiroshi y el ejército (
Mirror en Fanfiction)
17.-
Revelando la verdad. El nuevo inquilino (
Mirror en FanFiction)
18.-
Ella es mi ojou-san (
Mirror en FanFiction)
19.-
Hace 30 años... (
Mirror en FanFiction)
20.-
No dejes sola a mi hermana (
Mirror en FanFiction)
21.-
El regreso de Rakugamon (
Mirror en FanFiction)
22.-
Maldito Onagimon (
Mirror en FanFiction)
23.-
Todos de nuevo al Digital World (
Mirror en FanFiction)
24.-
Hemos llegado... a una isla desierta (
Mirror en FanFiction)
25.-
Problemas de comunicación (
Mirror en FanFiction)
26.-
Reencuentro con viejos amigos (
Mirror en FanFiction)
27.-
No perdamos tiempo: Rumbo a Light City (
Mirror en FanFiction)
28.-
Tratando de seguir adelante (
Mirror en FanFiction)
29.-
Terror en Light City - Parte 1 (
Mirror en FanFiction)
30.-
Daisuke destapa sus intenciones (Mirror en FanFiction)
31.-
"Proyecto" (
Mirror en FanFiction)
32.-
Terror en Light City - Parte 2 (
Mirror en FanFiction)
33.-
La valentía de Ayano (
Mirror en FanFiction)
34.-
Tomando diferentes rumbos (
Mirror en FanFiction)
35.-
Norn (
Mirror en FanFiction)
36.-
El Digimon Rally (
Mirror en FanFiction)
37.-
¡Rina, por el premio! (
Mirror en FanFiction)
38.-
En la morada de Yggdrasil (
Mirror en FanFiction)
Pronto agregaré mirrors de FanFiction. También publicaré conjuntamente este fic en Todoenuno Fansub.
Y el primer capítulo.
- Spoiler: Mostrar
- 01.- Cómo comenzó todo
Primer día de clases. Ciudad tranquila, son las seis de la mañana. Preferí levantarme temprano, no quería perder con ilusión este día de clases. Aunque vivo cerca de mi nueva escuela y faltaba una hora para que comenzaran las clases, aproximadamente a dos cuadras de ella, es mejor estar preparado si no quiero que algo salga mal. Aún no escucho movimiento alguno en las afueras de mi habitación, de seguro mis padres se han dormido otra vez. Esto era el colmo. ¿Y no se supone que mi padre debe llegar temprano el primer día a su nuevo empleo en la agencia de autos?
Me puse el uniforme de camisa blanca y pantalón oscuro, además de mis nuevas calcetas y zapatos bien boleados. Mientras tanto encendí la tele para ver las noticias de la mañana, esto de ser nuevo en la ciudad es bastante pesado. Y lo veo, sólo tres canales... Sé que es una ciudad pequeña, pero... ¿tres canales? Eso es una burla. Con razón mi padre quiere contratar televisión por cable. Ya está que me perdí las caricaturas de la mañana... En la otra ciudad no necesitábamos malabares para eso... Ni modo, vamos a ver las noticias.
Escucho al reportero mencionar sobre un nuevo secuestro de un niño de 9 años, algo difícil de creer en esa ciudad tranquila, o al menos eso mencionaba el de la tele. De seguro son niños ricachones que presumen sus celulares o sus laptops en plena calle, con eso de que ahora todos tienen una... Por Dios, ¿a quién se le ocurre mostrar sus pertenencias en la calle? Es totalmente inseguro, uno no sabe la cantidad de ladrones que se encuentra en la calle. Aun así lamenté el que esos niños se perdieran. Deben haber pedido sumas millonarias por su liberación.
Apagué la tele no sin antes ver la fotografía de ese niño, tomé mi mochila y salí de mi cuarto, no sin antes asegurarme de apagar la luz. Mi padre acababa de levantarse, mi madre, como siempre, se durmió. Por eso mi padre preparó el desayuno a pesar de que podía llegar tarde a su trabajo.
-Para que desayunes. -me dijo mi padre mientras me servía el desayuno en un plato.
Eran los típicos huevos con jamón. Pero cualquier cosa para el desayuno siempre cae bien. Mi padre se despidió con un abrazo y tomó el bus. Mientras tanto desayuné y esperé unos minutos hasta decidir ir a la escuela.
Y heme aquí. La escuela primaria de Ciudad del Valle. Primero veía a los padres y madres de familia despidiéndose de sus hijos. Las papelerías cercanas abiertas por si necesitábamos comprar algo de último momento, y los paleteros y vendedores ambulantes pregonando sus productos, entre paletas dulces, heladas y frituras. Entré a las instalaciones, y me sorprendí de lo que era el lugar. Nunca había visto un lugar donde se cuidara tanto la limpieza y el orden. Seguramente los profesores serán muy estrictos, pensé. Ingresé a mi aula. El quinto grado grupo A. Había un grupo de niños al fondo, pero por primera vez me sentí como un pez en un estanque de tiburones. No pensé que ser el nuevo de la clase sería difícil. Y allí están, mirándome como si fuese un bicho raro, un desconocido.
Tan pronto como intenté acomodarme en mi pupitre, sonó el timbre de entrada. Unos minutos más tarde entro nuestra profesora. Al verla sentí miedo. Era una mezcla entre ballena y morsa, o algo parecido. Por un instante pensé que no cabría por la puerta, y al sentarse, que quebraría la silla, y por ende, el suelo, cayendo hacia los salones de las plantas bajas.
Me dijo que me presentara, así que me paré de mi asiento, pasé frente al grupo con un nudo en la garganta y dije...
-Mi nombre... mi nombre es Daisuke Yanami. Vengo de Ciudad Roja, mi padre nos trajo a mí y a mi familia a esta ciudad porque cambiaron su trabajo hasta aquí.
-Siéntate. -me dijo la profesora con una dulce voz.
Lamentablemente eso era lo único de dulce que había en su voz, pues apenas comenzó la clase nos daba de lo lindo con una especie de sarcasmo que al parecer nadie soportaba, sólo el botijón de la clase que al parecer era sobrino de la señora. "Tenía qué deducir que era de familia", me dije. Por fortuna la primera parte de la clase terminó pronto, dando paso al recreo. Más sin embargo no fue tan agradable de lo que pensé. Intenté socializar con mis nuevos compañeros de clase, pero pronto me di cuenta que hacer nuevas migas no sería tan fácil como lo pensé.
-¿Qué? ¿Así que eres el chico nuevo? -me dijo uno de estatura más pequeña que yo, pero más fuerte, mientras me tomaba de las muñecas y las llevaba a mi espalda para inmovilizarme.
-S... Sí, sí... -dije apresuradamente mientras trataba de liberarme de mi "captor".
No había sentido tanto miedo como ahora, sabría que me iría mal, pero era lo malo del círculo de amigos, para poder seguir en uno debías demostrarlo, y esta parecía ser la forma de ellos de hacerlo.
-¡Miren, miren! -contestó el sobrino de nuestra profesora. -¡El nuevo está asustado! ¡Pues mira! ¡Así se hacen las cosas en esta escuela! ¡Así que acostúmbrate a ser nuestro saco de boxeo!
-Le... diré a la profesora... -contesté intentando parecer rudo.
¿Y qué crees que va a hacer? -contestó mientras se reía. -¡Mientras ella esté aquí, sacaré dieces y haré lo que quiera!
Eso fue lo último que me dijo antes de comenzar a darme de puñetazos en el estómago. No pude soportar mucho, debía ser fuerte pero cada golpe me sacaba el aire y me aporreaba contra la pared del salón. Algunos niños curiosos se acercaron a mí, pero en vez de hacer algo, sólo escuchaba burlas, risas y demás. Un muchacho delgado y bastante amiguero, en vez de ser un valiente, decidió unirse a la fiesta de golpes, pero esta vez en la cabeza.
-¡Basta, basta! -gritó una niña antes de que el director y un profesor de la escuela se acercaran a mí y me llevaran a la dirección.
-¿¡Que qué hiciste, Daisuke!? -gritó mi papá frente al director.
-Yo... yo... -intenté balbucear ante el temor y los golpes que recibí.
-¡Tú nada! -gritó de nuevo mi papá. -¡Pero vaya que no puedes ni pasar un día en una nueva ciudad porque te pones a pelear con tus nuevos amigos!
-Pero, pero... -intenté contestar de nuevo, esta vez con lágrimas en mis mejillas, o al menos eso es lo que recuerdo ahora.
-¡Pero nada! -gritó de nuevo mi padre. -¡Nos vamos ahora mismo a la casa! ¡Y ya verás la que te espera!
Por un instante, al salir de la dirección, pude ver a mis agresores, y cómo se reían de la humillación que recibí. Ellos eran los malos y no yo. ¿Por qué entonces tenía qué pagar por lo que hayan hecho ellos?
Pero lo peor quizás no fue eso ni lo que siguió. No sólo bastaron los regaños de mi padre, sino también los regaños de mi madre quien le seguía el juego a mi papá, muy a pesar de que quisiera decirle que no empecé la discusión.
-¡Vete a tu cuarto! – me dijo. -¡Y nada de ver televisión ni estar pegado en la computadora!
-Sí, mamá… -le contesté completa y totalmente triste.
Y me dirigí a mi cuarto. Eso era lo que más me molestaba de mi familia. Siempre querían aparentar frente a todos una familia feliz, pero la realidad era diferente. Nunca me escuchaban, ni me hablaban nada más que para regañarme o para despedirse cuando se van a trabajar. Muchas veces pasé mis cumpleaños en solitario, cuando llegaban, nunca me dieron un gesto de felicidad o algo por el estilo. En realidad, todo el mérito se lo llevaba mi hermana menor...
Todo eso pensé mientras contaba uno a uno los escalones que iba subiendo hacia mi habitación. Esa era una de mis manías que poco a poco fui perdiendo, quizás porque más adelante tuve que ocultar una segunda vida fuera del mundo real. Pero eso no viene al caso.
Abrí la puerta de mi cuarto, encendí los focos y cerré con llave. Prendí la computadora, pero dejé apagadas las bocinas para que no me sorprendieran.
Empecé abriendo las páginas que me gusta visitar a diario. Unos clicks por aquí y otros por allá. De un momento a otro, y sin darme cuenta, llegué a una página que nunca había visitado antes. En el título decía con letras claras: “Bienvenido al sitio web del Digital World”. En un apartado de la derecha, había un vínculo que ponía en letras negras: “Acceso a usuarios”.
Yo, curioso, accedí a ese apartado. Había una caja de texto donde tenía que introducir algo que la página llamaba Digi-ID. Por supuesto, yo no tenía uno. Pero las imágenes a los lados del cuadro de texto eran demasiado curiosas. Parecía tratarse de un juego o algo así. Pero no había forma de registrarse en el “juego”.
Nuevamente curioso, oprimí el botón que decía “Acceder”, debajo del cuadro de la clave. Al hacer eso, el monitor de mi computadora se apagó. Por un instante comencé a alarmarme, pero no podía hacer ruido o me llevaría una tremenda reprimenda que nadie podría salvarme. Intenté encenderla oprimiendo el botón de encendido, pero nada pasaba. De un momento a otro, sentí una especie de ambiente pesado dentro de mi habitación. Todo parecía dar vueltas en mi cabeza, y de un instante a otro, perdí la conciencia.
Cuando recuperé la conciencia, sentí que mi cuerpo estaba mojado. Eso me extrañó mucho, así que abrí los ojos rápidamente, y me encontré que estaba flotando en una especie de líquido verde, con cables pegados en mi cabeza, y amarrado de pies y manos. También noté que estaba dentro de una cápsula.
Aturdido, confundido, y asustado, comencé a forcejear y a gritar con total desesperación a mi mamá y a mi papá. Frente a mí apareció una especie de monstruo gris con cuernos, alas negras y una altura muy similar a la del tubo donde me encontraba.
-Vaya, vaya. Este muchachillo que hemos invitado es demasiado ruidoso. -contestó aquel sujeto. -Si sigue haciendo ruido, lo mandaremos a una animación suspendida como los otros que están aquí.
Al escuchar las palabras de esa cosa, traté de serenarme sin lograrlo, y volteé hacia los lados para ver cientos de tubos en filas. Noté que esos tubos tenían el mismo líquido donde me encontraba, y que además cada tubo contenía un niño. Logré reconocer a uno de ellos. Era el mismo que vi en la fotografía que mostraron por televisión. No podía ser, ¿de verdad estos niños estaban aquí en un lugar que no conocía?
-Aquí está el niño que hemos traído, Torkaimon-sama. -contestó un monstruo de color verde, colmillos enormes y un enorme martillo sujeto a su espalda. -Daisuke Yanami, de 10 años.
-Bien hecho Onagimon. -contestó Torkaimon gritando. -Ya estoy harto que me traigas a puros niños “basura”. ¡Conecta el analizador de Digisoul!
-Sí, señor. -contestó Onagimon mientras se dirigía a una enorme palanca en el suelo frente a mí.
-¿Analizador de Digisoul? -pregunté en voz baja.
Onagimon movió la palanca hacia el lado contrario a donde se encontraba, y la máquina donde me encontré comenzó a funcionar. Las bobinas del techo del tubo comenzaron a formar surcos de electricidad, las cuales descendían hasta llegar a los cables. Al suceder esto, comencé a sentir un ligero dolor que pronto comenzó a hacerse fuerte. Comencé a gritar del intenso dolor que recorría mi cuerpo, a la vez que sentía cómo mis fuerzas desaparecían del todo.
Una especie de humo o aura negra comenzó a emanar de mí. Algo que note, durante esa horrible sesión de dolor, que, al parecer, a Torkaimon le satisfacía por completo.
-El niño del Digisoul negro... -dijo Torkaimon en voz baja. -¡Onagimon, excelente trabajo! ¡Has encontrado al niño correcto! ¡Apaga esa máquina y lleva a esos niños a sus respectivos lugares de origen!
-Me alegra serle de ayuda, Torkaimon-sama. -contestó Onagimon mientras cambiaba a apagado la palanca que controlaba aquel tubo de suspensión.
El “aura” negra comenzó a solidificarse y, al hacer contacto con el líquido, éste se puso de color negro. Cuando ocurrió esto, sólo sentía cómo el dolor se desvanecía de mí, y después, no sentí nada...
Desperté de nuevo, y esta vez me encontré dentro de una celda. Me aferré a la celda y comencé a gritar:
-¡Sácame de aquí, maldito engendro del demonio! -grité.
-¡No soy un engendro, pero sí un demonio, así que tomaré eso como un cumplido! -gritó Torkaimon. -¡Mi nombre es Torkaimon! ¡Y soy el rey demonio de la zona del sur del continente Folder!
-¡No me importa quién seas! ¡Sólo sácame de aquí! -grité de nuevo.
-Antes de sacarte de aquí, tendrás que jurarme que me obedecerás en todo lo que te ordene, ¿entendido?
-¿¡Y por qué debería obedecerte!? -grité intentando desafiarle.
Pero no tenía ninguna oportunidad, ya que el monstruo ese que se hacía llamar Onagimon traía en un tubo a una persona inconsciente que identifiqué claramente como mi madre.
-¡Mamá! ¡Mamá! -grité, al momento que Torkaimon comenzó a reírse.
-¡Los humanos son fáciles de manipular! ¡Nosotros, los Digimon demonio, hemos aprendido a vivir en soledad, sin cursilerías como la amistad o la familia! -bufó Torkaimon. -Espero que de esta forma no te niegues a colaborar con nosotros.
-¿Qué es lo que quieren? -pregunté resignado.
-Los niños elegidos vendrán pronto. -me contestó.
-¿Niños... elegidos...? -pregunté sin siquiera entender a lo que se refería.
-Son niños que por alguna razón pueden manipular a los seres de este mundo, más conocidos como Digimon. -siguió respondiéndome ese sujeto. -Ellos vendrán con el fin de evitar que yo domine el mundo. Tu deber, junto con Onagimon, será detenerlos, eliminarlos y aniquilarlos para que no interfieran con mis planes, ¿me oíste?
-No entiendo qué estás hablando. -contesté todavía desafiante. -¿Qué harás si no acepto?
-Si no aceptas, esta persona morirá. -contestó Onagimon señalando a mi madre.
-¡Pero sólo soy un niño! -les contesté. -¿Cómo puedo hacer eso que me pides?
-¡No te preocupes! -me contestó orgulloso Torkaimon. -¡Yo mismo te daré las armas necesarias para que logres tu cometido!
Al decir esto, dejó una bola de papel en mi celda, la cual desenvolví y encontré en su interior una píldora negra.
-¡Esa píldora contiene en su interior el espíritu de un Digimon que fue vencido hace cientos de años y confinado a esa prisión para evitar que siguiera causando destrozos en este mundo! -contestó Torkaimon. -¡Yo mismo lo robé y te lo entrego a ti! Espero que lo uses para obedecerme en lo que te ordene. ¡Tómalo y podrás transformarte en ese ruin y despiadado demonio! Con el poder con el que cuentas, no te será difícil controlarlo.
Al ver cómo Onagimon trataba de mala forma el tubo de suspensión en el que llevaban a mi madre, no dudé ni por un instante en tomar esa píldora y tragarla. Al tomarle, empecé a sentir un enorme cambio en mi interior, el cual se evidencio con una especie de metamorfosis en mi cuerpo. Mi cuerpo se tornó de un color rojo intenso, pude sentir un par de alas rasgadas en mi espalda y pequeños cuernos en mi frente, y mis brazos enclenques se tornaron en un par de musculosos brazos con tatuajes en forma de calavera. De igual modo mi cuerpo en general creció al doble o al triple de su tamaño original.
-Entonces, ¿puedo contar contigo para llevar a cabo mis planes, muchachito?
-No me llame muchachito. -le contesté mientras resoplaba un poco de aire caliente desde mi interior. -Y sí, puede contar conmigo para lo que desee, Torkaimon-sama.
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Han pasado seis meses desde entonces. Torkaimon me ha dado miles de herramientas para monitorear el continente Folder tanto fuera como dentro del Digital World. Por suerte me dio la posibilidad de ir y salir del Digital World sin problemas, siempre y cuando no intentara abandonarlo. Mi padre fue manipulado por Onagimon para que creyera que mi madre fue secuestrada por delincuentes y no por seres virtuales. Lo que me preocupa es escuchar en ocasiones a mi hermana menor llorando preguntando por mamá. Quisiera responderle, pero no puedo hacerlo.
Lo único que me queda es seguir firme como esbirro de Torkaimon. Espero que pronto pueda conocer en persona a esos “niños elegidos” para poder eliminarlos, llevar a Torkaimon a la cima del Digital World y liberar a mi madre de sus garras. Para eso debo llevar una doble vida, ser un estudiante en la vida real, y un demonio despiadado y ruin en un mundo que nadie conoce, o al menos eso quiero creer...
Continuará...
PD: Sé que después de esto me llamarán "el Agumon andante", pero bueno, es lo que tiene el tener algo de imaginación xD.
PD2: Dedicado a cierta persona que conocí en este foro hace varios años, a quien admiro bastante no solo por sus excelentes relatos y poesías, sino por la persona que es en verdad, aunque sea por lo poco que lo conozco por aquí o por MSN. De no haber sido por su insistencia en ayudarle a publicar mi parte de historias y aligerarle su carga en ese mega-proyecto, nunca me hubiera animado a publicar este fic. Le debo algunas fotos de mi último viaje a Mérida, se las pasaré cuando lo encuentre por MSN.